Cómo preparar un biberón

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La maternidad es la etapa más bonita que existe, ya que criar a un bebé y todo lo que conlleva es un paso muy bonito en la vida de toda persona. Sin embargo, hay que saber ciertas cosas antes de hacerlo, como por ejemplo aprender a preparar un biberón.

Preparar un biberón es conseguir preparar la leche en polvo para los niños metida en un recipiente llamado biberón. Aunque parezca algo muy simple, hay que tener en cuenta algunas cosas que la gente no tiene.

La temperatura del agua, la higiene y las dosis son fundamentales para eso, ya que si no sabes cómo hacerlo correctamente, podrías tener algunos problemas relacionados con la salud de tu bebé.

Aprender a preparar esto es básico para ser madre o padre, ya que no siempre se le puede dar el pecho a tu hijo, ya que llegará el punto que necesite tomar leche de continuidad o algo parecido. Además no todas las mujeres quieren o pueden dar el pecho, así que tienen que recurrir a la alternativa del biberón para poder alimentar a su hijo durante los primeros años.

La verdad que aunque preparar un biberón tenga su aquel, no es tan difícil si se tienen en cuenta varias cosas. Realmente esto es como todo en la vida, es decir, que si tú aprendes a hacerlo bien correctamente una vez, luego ya no se va a olvidar en la vida cómo se hace esto.

Hoy vamos a ver cómo preparar un biberón y lo vamos a hacer paso por paso, para que no te quede ninguna duda con respecto a este tema y puedas criar a tu hijo de la forma correcta, dándole los nutrientes que tanto necesita y evitando que coja ningún tipo de enfermedad.

Preparación de materiales

El biberón está compuesto por la tetina y el recipiente, siendo ambos partes muy importantes. Con la tetina, el bebé podrá chupar la leche como si de una teta se tratase y con el recipiente, podrás guardar la leche ya preparada.

Lo más importante para preparar los materiales es la higiene, ya que el sistema inmune de los bebés es muchísimo más frágil que el de los seres humanos adultos, entonces cualquier infección podría dañar su salud. Lava bien el recipiente y la tetina, ya que son focos de infección y por este motivo, deben estar totalmente esterilizados antes de proceder a servir el biberón a tu bebé.

Además debes hacer lo mismo con la cuchara y con todos los medios que uses para dar la leche al bebé, ya que aquí también se pueden contagiar con algunos gérmenes y se deben mantener aislados por completo de estos gérmenes y de otro tipo de enfermedades.

Preparar el biberón

Ahora es el turno de aprender a preparar el biberón, ya que es para lo que estamos aquí, para dar leche a nuestro hijo. Lo primero que debemos saber es que la leche que vamos a dar a nuestro hijo viene en forma de polvo y se debe mezclar con agua para que se pueda tomar correctamente.

Estos polvos se venden en cualquier farmacia y son fáciles de reconocer, siendo separados también por tipos de leche según la edad de tu hijo. El agua actuará como disolvente de la mezcla, ya que es el disolvente universal y el más sano para tu hijo.

Lo primero que debes hacer es calentar el agua hasta que llegue a una temperatura donde la leche se disuelva bien, eso si, sin pasarse. Una vez que el agua haya sido calentada, echa la dosis de leche en polvo, cierra la tapa del biberón y agítalo bien hasta que se disuelva por completo, ya que este tipo de leche puede tardar en disolverse.

Calcular las dosis

Las dosis del biberón son muy importantes, ya que debemos calcular un poco la dosis de leche y la dosis de agua que debemos echar para que se disuelva de la forma correcta. Lo que yo hago es echar una cucharada pequeña por cada 25 mililitros, ya que es la mezcla que yo considero correcta para un niño pequeño.

Sabiendo ya esta proporción, debemos tener en cuenta el tamaño del biberón para saber cuanto hay que echar. Si por ejemplo tenemos un biberón de 250 mililitros, debemos echar unas 10 cucharadas y si es de 300 mililitros, serían 12 cucharadas. En el caso de tener uno más pequeño, por ejemplo de 200 milititros, tendríamos que echar 8 cucharadas para que todo nos quedase completamente cuadrado.

Si tal que te has pasado con la dosis, calienta el agua un poco más de lo normal, ya que el agua a más caliente está, mejor disuelve los solutos. Eso si, luego tendrás que enfriar un poco el agua para que tu bebé pueda tomar la leche sin quemarse los labios ni nada de eso. La forma de enfriarlo es remojarlo por fuera con agua fría hasta que coja la temperatura deseada por ti. Eso o simplemente dejarlo a temperatura ambiente durante un rato hasta que se enfríe un poco, eso lo dejo a tu elección personal.

Si echas de menos y ves que la leche no ha cuajado bien, echa un poco más y revuelve el biberón hasta que veas que ha cogido el color y la forma correcta, algo muy sencillo.

Riesgos que no deben correr

Ahora que ya sabes como dar el biberón es la hora de dar de comer a tu hijo, sin embargo aún nos queda una pequeña cosa más por aprender, ya que hay algunos riesgos que no debemos correr para dar el biberón a nuestro pequeño, los cuales podrían poner en peligro su salud.

La primera norma es que si la leche no se toma en el momento, se debe tirar, ya que si por ejemplo dejamos el biberón para otra ocasión, podrían depositarse las bacterias sobre la leche, algo que sin duda nos supondría un grave problema, ya que como ya dije antes, nuestro hijo tiene un sistema inmune mucho peor que el del ser humano adulto.

También se debe vigilar que no caiga al suelo antes de servir, sobre todo la parte de la tetina, de nuevo por el tema de las bacterias, ya que nuestro hijo podría contagiarse fácilmente.

Hasta que edad hay que dar el biberón

Realmente en este sentido algunos niños son más precoces que otros y no hay una respuesta clara al respecto. Algunos son capaces de dejarlo a los 13 meses, otros son capaces de dejarlo un poco más mayores y otros son bebés crónicos que están casi hasta los 3 años.

Lo que hay que hacer es dejar al niño que vaya cogiendo otras cosas, ya que no podremos quitárselo de golpe así como así. Por ejemplo, coge una taza y déjala al lado del biberón y verás como el niño va cogiendo gusto con la taza a medida que se vaya haciendo más mayor. Cuando veas que casi no coge el biberón, es la hora de pasar a cosas mayores.

En cuanto a la comida sólida, empieza dándole potitos y papillas que tú veas que no hace falta masticarlas y después de eso, vete pasando a alimentos un poco más sólidos. Lo normal es que el propio bebé vaya desarrollando curiosidad por la mayoría de los alimentos.

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