Cómo ser elocuente
Una persona elocuente es aquella que tiene un buen nivel de expresión. Siempre encuentra las palabras adecuadas y facilita el entendimiento de todos los que la escuchan. Existe mucha gente que tiene esta habilidad. Los periodistas, los presentadores de programas, los políticos y muchos profesores se expresan muy bien, de manera rápida y con palabras fáciles de comprender.
¿Quieres saber cómo lo hacen? ¿Te gustaría ser elocuente para expresarte mucho mejor? Si es así, te invito a seguir leyendo este artículo. Aquí te explicamos cómo conseguirlo.
¿Qué es ser una persona elocuente?
La elocuencia es la facultad personal para hablar con fluidez, usando las palabras efectivas para convencer a los demás sobre una idea. Para ello, entran en juego las palabras, pero también los gestos, los ademanes y las imágenes, además de cualquier otro recurso en el que podamos apoyar nuestro discurso. Todo ello resulta perfectamente entendible para todas las personas, tengan la formación que tengan.
Existen muchas personas elocuentes. Actualmente, esta cualidad es muy cotizada en el mundo de la política. Los representantes políticos deben transmitir sus ideas de manera creíble, demostrando una seguridad muy grande, para poder transmitirla y conseguir votos para sus partidos. Los periodistas deben ser elocuentes, también, para contar al mundo la verdad. Los profesores también deben tener esta cualidad, pues supone una facilidad para que los alumnos entiendan las explicaciones. Es cierto que ser elocuente nunca está de más, pues es una habilidad que no supone un entorpecimiento para nadie.
Características de una persona elocuente
Para conseguir ser una persona elocuente, deberemos antender a sus características. De esta forma, sabremos cómo debemos hablar para tener esta cualidad:
- Usan un vocabulario básico y claro. Expresan sus ideas con frases cortas, palabras claras y totalmente entendibles, sin tecnicismos. No dan demasiadas vueltas para explicar una sola idea. Separan ideas, terminan de decir una idea para pasar a la otra.
- Emplean sus conocimientos en el tema, y se preocupan por aprender más para poder hablar mejor. No obstante, los tecnicismos no son buenos, pues crean confusión en el oyente. Debes aprender nuevas ideas e informaciones y saber que palabras básicas emplear para poder ser perfectamente entendible.
- Cuando una persona elocuente expresa una idea un tanto difícil, la ejemplifica con ejemplos del día a día para asegurarse de que se entienda bien.
- Usa adjetivos, transiciones, e intenta olvidarse de las muletillas. Los adjetivos añaden cualidades a la persona o idea expresada. Las transiciones unen oraciones y pueden aportar más razón a la idea expuesta (como por ejemplo, transiciones como “es más”. “adicionalmente”, “en particular”, “además”…). El uso de muletillas no resulta profesional.
- Terminan las oraciones. No enlazan ideas, no se dejan oraciones a medias.
¿Cómo ser una persona elocuente?
Para ello, deberás tener unas cualidades a favor:
Cualidades personales
Una persona elocuente demuestra seguridad en todo lo que expresa. Además, su lenguaje no verbal así lo indica también.
Por tanto, es necesario tener un nivel adecuado de seguridad para poder transmitirlo. Es muy fácil transmitir seguridad al hablar, pero esta debe ir acompañada de gestos. La expresión no verbal es más difícil de controlar. Un lenguaje con mucha seguridad, si no está respaldado por unos gestos a consonancia, no consigue transmitir buenas vibraciones.
Para mostrar seguridad, se debe creer firmemente en aquello que se va a decir. Un político debe creer las ideas de su partido, compartirlas y compartir el modo de vida que pretenden anunciar. Solo si él lo cree puede conseguir que lo crean los demás.
Toma algún ejemplo
Seguro que conoces algún personaje público, e incluso alguna persona de tu círculo social, que te gusta su manera de expresarse. Escúchala con atención, analiza cómo se expresa, que palabras utiliza. Intenta imitarla, sin que sea demasiado evidente. Si tienes la suficiente confianza con esa persona, puedes pedirle ayuda. Puede aconsejarte, e incluso puedes ensayar con ella. Aprender de ella puede resultarte muy beneficioso.
Superar el miedo social
Hablar en público es una de las actividades que más ansiedad genera para muchas personas. No obstante, es una actividad esencial para entrenar la elocuencia, y necesaria para llevarla a cabo.
Un discurso emitido por una voz tembolorosa no resultará muy acertado. Además, debemos tener en cuenta que nuestro lenguaje no verbal también demostrará que estamos nerviosos.
Para combatirlo, podemos ensayar con un número mediano de personas e ir aumentándolo poco a poco. Si la ansiedad supone un problema real, buscar ayuda psicológica. El objetivo principal es que podamos controlar los nervios.
No es muy recomendable la toma de tranquilizantes, como Lexatín y otros, pues puede quitar fuerza al discurso.
No hables demasiado rápido
Pero tampoco demasiado lento. Si hablas rápido, puede que muchas personas no puedan seguirte. Si hablas lento, resultarás aburrido. Una velocidad media es la adecuada. Intenta mantenerla durante todo tu discurso, sin cambios de velocidad repentinos ni demasiados silencios.
Apúntate las ideas que vas a decir
Si se trata de un discurso preparado, puedes apuntar las ideas que quieres expresar. Los apuntes deben ser pocos, pues no se trata de leerlos. Simplemente, servirán para recordarte las ideas. La exposición detallada debe surgir de ti mismo.
No leas estos apuntes ni los mires demasiado. Puedes echarles un ojo en caso de olvido, para evitar los silencios incómodos. En el momento en que tengas clara la siguiente idea, vuelve a mirar al frente y exponla.
Mira a los oyentes
Establece contacto visual con ellos. Les gustará ser los protagonistas. Repite sus gestos, siempre y cuando sean positivos a tu discurso. De esa manera, existirá una conexión que será muy positiva, pues te aportará credibilidad.
Permite que se expresen en una ronda de ruegos y preguntas. Resuelve dudas, si las hay. Dales la importancia que merecen.
Lee y fórmate
La lectura y la formación son muy importantes, pues abren nuestra mente a nuevas ideas que integrar. Estas nuevas ideas pueden sernos muy útiles para aportar más credibilidad a nuestros discursos.
Por ello, debes tomarte tu tiempo en conseguir nuevas informaciones sobre temas que te interesen. El saber no ocupa lugar, y solo puede aportarnos beneficios positivos.
A modo de conclusión
Una persona elocuente es aquella que sabe cómo expresarse, tanto de manera verbal como no verbal, para saber convencer a los oyentes. Para ello, usa unas palabras fáciles de entender, concisas y demuestra mucha seguridad en si mismo y en la idea que intenta transmitir. Además, debemos saber qué tipo de palabras podemos usar y que tipo debemos evitar. Estas son algunas cualidades que necesitamos tener para ser una persona elocuente. Aquí no solo interviene nuestro lenguaje, sino también nuestros gestos, por lo que será muy difícil dar a entender una idea que nosotros no compartimos.
Es importante, además, leer e informarse de nuevas ideas. El saber puede marcar la diferencia en un discurso.
Realizando todas las recomendaciones expuestas en este artículo, podemos ir mejorando poco a poco nuestro nivel de elocuencia. Al principio puede resultar difícil, pero es una habilidad perfectamente entrenable. Solo necesitaremos paciencia, técnica y mucho ensayo. Para ello, podemos pedir ayuda a algún amigo elocuente, o empezar con círculos pequeños de personas e ir aumentándolos poco a poco. Con el tiempo, podremos llegar a expresar nuestras ideas de manera segura y transmitir esta seguridad. Esto hará que podamos convencer a los demás de nuestras propias ideas y puntos de vista.
me gusto la informacion