Cómo iniciar una conversación sin tener nada de qué hablar
Todo el mundo se ha encontrado alguna vez en una situación en la que no sabe cómo empezar una charla. Es un momento muy incómodo donde los segundos se hacen eternos y la tensión cada vez empieza a notarse más. En estos momentos es cuando daríamos lo que fuera por salir de esta escena y poder respirar por fin tranquilos. En este artículo hablaremos de cómo iniciar una conversación sin tener nada de qué hablar de una manera totalmente sencilla.
Ser un gran conversador es una gran habilidad que a todo el mundo nos vendría bien tener para ciertos momentos. Tampoco hace falta estar hablando todo el tiempo, pero sí que una buena charla para compartir nunca está de más.
Si no tenemos nada de qué hablar y queremos o necesitamos sacar un tema, tendremos que pensar muy rápido. A lo largo de este texto podrás ver varios consejos útiles.
Ante todo, hemos de tener en cuenta las circunstancias y la relación que tenemos con esa persona que queremos hablar. De esto dependerá el abanico de temas de los que podemos echar mano para salir del apuro con buen resultado. También hemos de pensar el momento, ya que dependiendo de la situación algunos temas serán probablemente más favorables que otros. Puede que la otra persona tenga la misma sensación y se encuentre en el mismo aprieto, también es algo considerable. Ante todo, debemos tener en cuenta que nuestra actitud y nuestra forma de hablar es más importante que nuestras palabras. Lo que la otra persona percibe son nuestros sentimientos en primer lugar, por lo que es importante tenerlo muy presente. Tampoco hay que estar incómodos antes el silencio, este pensamiento nos ayudará a reducir el estrés en estas peculiares situaciones. Dependiendo del enfoque dado, seremos capaces de manejar la situación.
Sacar conversación
Ante la situación de enfrentar un problema en concreto, siempre es aconsejable profundizar y llegar hasta el fondo del mismo. Es un proceso mental que lleva su trabajo, pero preguntarnos el porqué de estas sensaciones será un acto muy ilustrativo. Para eso es necesario responder a estas preguntas con total sinceridad, dejando a un lado los miedos y las inseguridades. Tal vez estemos incómodos ante una situación en la que dos personas están en silencio porque no sabemos qué piensan. Entonces, lo verdaderamente importante es llegar a averiguar qué nos hace querer saber lo que están pensando en ese momento.
Seguir este camino nos conducirá a nuestros pensamientos más profundos y reveladores en los que podremos enfrentar a nuestros problemas. Después de realizar estas reflexiones, afrontaremos estos problemas con más información sobre nosotros y sabremos cómo actuar de manera correcta. Lo único que nos debe importar es cómo ser feliz.
Todo esto tiene como objetivo estar tranquilos y controlar la situación en el caso de que estemos en este aprieto. Partiendo de esa base, estaremos más relajados y tendremos todas nuestras capacidades trabajando para conseguir sacar un tema de conversación. Este es un consejo que podemos poner en práctica, tan sólo necesitamos un momento silencioso para reflexionar con nosotros mismos. Porque sólo hay dos maneras de afrontar una circunstancia. O controlamos la circunstancia o ella nos controlará a nosotros.
Una vez teniendo claro este paso, podremos pasar a pensar en temas de conversaciones seguros. Hay varios temas sobre los que todo el mundo, inevitablemente, tiene una opinión formada. Aunque hemos de ser prudentes, porque hay algunos temas delicados o demasiado serios como para intercambiar opiniones. Los temas idóneos para sacar en este tipo de situaciones son de poca relevancia, pero interesantes. Podemos hablar del tiempo, pero es un poco tópico.
Oportunidades presentes
Una solución puede ser estar atentos a lo que está pasando a nuestro alrededor, ya que puede derivar en charla. Cualquier cosa que veamos curiosa o digna de comentar es aprovechable para hacer un comentario que lleve, posteriormente, a hablar. Es como tirar del hilo para ver que le sigue después. A veces sólo hace falta eso para iniciar una conversación. Es una manera de romper el hielo sin que se note que queramos hacerlo o que estamos poniendo excesivo interés.
Si tenemos amigos o conocidos en común, esto nos abre otra vía para encontrar un inicio y salir del paso. Es una práctica habitual empezar la conversación hablando de la gente que conocemos y de esa manera la confianza va creciendo. Si en vez de empezar hablando haciendo afirmaciones, hacemos preguntas lo tendremos mucho más fácil. A la gente, normalmente le gusta que le pregunten o le pidan su opinión. Más que recibir la opinión de otro. Es un punto que podemos aprovechar en nuestro beneficio.
Es aconsejable observar a la otra persona, sin que se nos note mucho. Puede que esta persona esté ocupada o quiera hacer otra tarea. En este caso no estará nada receptiva y nos costará más llamar su atención. Pero nada es imposible, sólo hay que encontrar el tema adecuado y repasar los consejos previamente dados. También hay que evaluar si debemos dejar a esa persona que siga con su tarea, porque puede que sea importante.
Si observamos a la otra persona, podemos sacar alguna información o conclusión. Esto nos servirá para tener más datos sobre ella y acertar con los temas que queremos traer a la conversación. Si observamos su ropa, podemos deducir si viene del trabajo, si va a hacer deporte, etc. Sabiendo esto, ya tenemos por lo menos una posible pregunta.
Consejo
Hay una regla de oro que normalmente tenemos que cumplir en los silencios y es la siguiente. Si lo que digas no va a superar el silencio, es mejor no decirlo. Es mejor guardarse esta oportunidad y usar el tiempo para encontrar otro tema más interesante. Diciendo lo primero que se nos viene a la cabeza, sólo conseguiremos sacar muchos temas en poco tiempo. Esto hará que quede clara nuestra intención y percibirán que estamos desesperados por hablar. Si la otra persona no tiene prisa por iniciar una conversación, tú tampoco deberías tenerla. Hemos de dejar que todo fluya y, eventualmente, eso sucederá. Adelantarnos a los acontecimientos puede conseguir justo lo contrario, que estos acontecimientos nunca lleguen a producirse.
Si tenemos un móvil, que seguramente sea así, tenemos una herramienta valiosa para encarar esta situación. Desde el móvil tendremos acceso a Internet y a cualquier noticia digna de comentar. También pueden ser vídeos o música. Se lo podremos enseñar a la otra persona y a partir de ahí surgirán otros temas. Debemos tener cuidado con qué le enseñamos, ya que si es demasiado personal sólo lograrás hacer el momento más incómodo todavía.
Evitar preguntas demasiado personales es una actitud bastante coherente. Si no tenemos mucha confianza, hay algunos temas que es mejor no sacar a colación. También si el tema de lo que vamos a preguntar no es motivo de alegría, es mejor no traerlo a la charla. Ya que la otra persona puede sentirse invadida o triste al recordar tal experiencia. No es justo que simplemente para conseguir estar nosotros tranquilos sacando una conversación tengamos que hacer pasar por ese mal trago a la otra persona.
Si estas situaciones nos ponen demasiados nerviosos, tal vez nos interese saber cómo curar ansiedad.
Conclusión
Observar sus reacciones también es muy efectivo. De esta manera podremos ver sobre qué temas está más receptivo y qué otros temas evitará.