Cómo ser persuasivo
Se dice que la persuasión es una de las técnicas más utilizadas por las personas exitosas. Esto se refiere a que los que son persuasivos obtienen lo que quieren muy fácilmente, a simple vista. Pero realmente hay que hacer un análisis de lo que se requiere para llegar hasta este punto.
Las habilidades de persuasión no son algo que se ha comenzado a cultivar en la época moderna. De hecho desde la antigua Grecia se realizan diferentes observaciones de la importancia de serlo, para lograr conseguir lo que tanto se anhela. Convencer a otros de lo que se quiere es una forma de denotar convicción de lo que se está realizando.
Realmente persuadir es una cuestión de cada persona individualmente. Para algunos es considerado un talento natural, que les funciona en diferentes situaciones de la vida. Otros, en cambio, tienen que trabajarla con tiempo analizando constantemente sus pros y contras, ya que no se les da tan bien.
Lo importante aquí es que la persuasión y el ser persuasivo en definitiva abre muchas puertas. En los negocios, amistades y hasta con la familia, persuadir es considerado incluso un arte para aquellos que se han concentrado en dominarla.
Por ello es importante analizar el cómo podemos llegar a ser una persona con este tipo de características. Es relevante ya que ayuda a alcanzar diferentes metas a lo largo de nuestras vidas y sobre todo las incluidas en las relaciones interpersonales.
Confía en ti mismo
Antes de comenzar a persuadir lo primero es confiar en ti mismo. Si no confías en ti como producto no podrás venderte hacia los usuarios que están a tu alrededor. Con esto no nos referimos propiamente al mercado de las ventas y compras, es más una referencia a lo que eres como ser humano.
La confianza cuando está bien impregnada en nuestro interior es muy fácil de exteriorizar y hacerla notar a las demás personas. Independientemente del campo en que necesites ser persuasivo tienes que convencerte a ti mismo para poder proyectarlo.
Puede que esta sea la parte más difícil y que por ello muchos personajes no puedan ver la persuasión como algo factible. Pero la confianza es algo que, al igual que el ser persuasivo, te ayudará a mejorar en distintas situaciones.
Espera y haz silencio
Una persona persuasiva se caracteriza por evitar las situaciones explosivas en donde el descontrol de las emociones maneje por completo el entorno. Por este motivo en la mayoría de las ocasiones lo mejor es esperar y hacer silencio. Estas dos acciones te permitirán medir el tiempo adecuado para ejercer tu acción. Igualmente es un momento para poder establecer la estrategia correcta que debes aplicar mas adelante.
En la mayoría de las oportunidades funciona esperar, ya que muchas personas se limitan a ignorar a aquellos que lucen muy apresurados. Peor aún, si hablas demasiado puedes llegar a aburrir (entre otras consecuencias negativas), por lo que perderás la ocasión de convencimiento que buscas en estos casos. Por ello, junto con la espera y el silencio vienen otros factores a tomar en cuenta.
Observa tu entorno
Precisamente la espera, al ser persuasivo, te permitirá observar tu entorno. Hacer un análisis de las personas y las dificultades que se presentan en ese espacio hará que tomes decisiones sobre las medidas a realizar.
Otro punto a favor alrededor de la observación es que hay que conocer a las personas que vamos abordar y que intentaremos convencer de lo que queremos. Es importante señalar que esto varía mucho según el campo y las circunstancias a las que te estés enfrentando, por lo que tienes que ser mucho más cuidadoso.
Ser persuasivo implica mucho análisis y este se hará primeramente mediante la observación. Es una de las formas en que aprendemos a perfeccionar esta forma de lograr lo que nos proponemos y convencer a otros.
Escucha
Muchas veces pensamos que el ser persuasivo implica el hablarle sin parar a la persona que queremos convencer hasta lograrlo. Este pensamiento no podría estar más lejos de la realidad, debido a que una de los factores más importante es el saber escuchar.
Con escuchar nos referimos a prestar atención a lo que la otra persona dice, poniendo énfasis en sus necesidades. No podemos pretender convencer a alguien sino sabemos cómo hacerlo y esto se aprende precisamente escuchando.
Persuadir es tener la capacidad de sobrellevar el discurso del otro y que sus palabras nos sirvan posteriormente para entablar el nuestro y llevarlo hacia donde queremos. Además de que al conocer a esa persona, estaremos aprendiendo sobre los alrededores, lo que puede abrirnos muchas posibilidades posteriormente.
Piensas antes de comentar
Al igual que es importante que tomemos en cuenta las palabras que los demás dicen, se le debe sumar a que es fundamental pensar antes de emitir cualquier comentario. Por más que queramos persuadir y que llevemos muchas ideas para hacerlo hay que cuidar lo que se dice.
Dependiendo de la situación en la que nos encontremos, que ya hemos observado y escuchado, es que mediremos los comentarios, opiniones y palabras que serán emitidas por nuestra parte. No podemos dejarlo todo al azar ya que esto puede arruinar casi por completo el momento y con esto perder nuestra capacidad de convencimiento ante ciertas personas.
Es importante el lenguaje
Precisamente porque debemos pensar antes de emitir respuestas o comentarios es que es tan fundamental el lenguaje que utilicemos. No es lo mismo el lenguaje coloquial que utilizarás para persuadir a un amigo en alguna situación, en comparación con el que tienes que usar en tu ambiente laboral que implica una estructura más formal.
El lenguaje es la principal estrategia para comunicar lo que queremos por ello hay que tener cuidado a la hora de persuadir. De hecho es tan relevante que lo expertos lo clasifican como la principal habilidad de persuasión, de allí el hecho que haya tantas formas de estudiarlo y técnicas para aprender a aplicarlo correctamente.
Controla tu gestualidad
Muchas veces nos consideramos personas poco persuasivas, a pesar de que tenemos un discurso muy elaborado. Lo que no sabemos es que el fallo podría estar entorno a nuestros gestos y no en lo que decimos.
Demos aprender a sobrellevar nuestras palabras con los gestos que hacemos al hablar. Lo mismo aplica ante las diferentes reacciones que logremos tener en situaciones específicas, que de no ser las más adecuadas pueden ocasionar que perdamos la habilidad de convencer a las demás personas.
Nuestra cara, manos y cuerpo expresan a veces mucho más de lo que lo hacen las palabras, por ello, hay que tener mucho cuidado. Muéstrate convencido de lo que dices, no muevas demasiado las manos y aplica la empatía con todo tu rostro para que realmente aprender el cómo ser persuasivo.
Para ser persuasivo hay que ser atractivo, aprende cómo ser una persona atractiva y escoge un look que te favorezca.
Plantéate Objetivos
Ahora que has tomado en cuenta todo lo anterior hay que comenzar a plantearte objetivos para alcanzar tu meta. Persuadir implica un recorrido, por el cual pasamos en búsqueda de convencer a los demás. Pero precisamente este camino nos debe llevar a algún lugar y eso es lo que tenemos que establecer antes de comenzar a andar.
Los objetivos podrán ser muy complejos, como la venta de un automóvil; o mucho más sencillos, como decidir quién lava los platos en casa. Son precisamente estas metas lo que nos permitirán tomar las mejores decisiones en cuanto a la forma de persuasión y el cómo llegaremos a ellas.
No olvides la cortesía
Una excelente característica de las personas persuasivas es la cortesía que estas aplican a la hora de convencer a receptores. El ser cortés desde el principio, empleando las normas y buenos modelas, es la mejor forma de apertura las relaciones.
Aplicando las normas de cortesía, sobre todo en el ambiente laboral, se marcara una diferencia notable. Puede que inicialmente seas muy callado, pero tan solo con seguir las regla que tienen que ver con los buenos modales, ya estarás emprendiendo un buen camino en cuanto a la persuasión.
Saludo y despedida
Tanto en el momento de persuadir como al terminar de hacer el contacto, sin tomar en cuenta el resultado, se debe dejar una huella que comienza con el saludo y termina al despedirse. Es fundamental que tengamos presente esta parte como uno de los pilares de la persuasión.
Comenzar establecer relaciones con un saludo amigable y sellarlas con una despedida simpática te ayudaran a quedar en el recuerdo de la persona. Puede que en un principio no lo hayas convencido pero créenos que tan solo con esto gesto estarás marcando la diferencia. Por esta razón, cuando menos lo pienses, veras los resultados positivos.
Respeta el tiempo
Una representación en que la cortesía se hace notoria en el poder de la persuasión es cuando se respeta el tiempo de la otra persona. Por más que la espera haya sido larga y que tu plan conlleve un esfuerzo muy largo, se debe tomar en cuenta que a veces los demás no tienen los minutos que nosotros queremos.
Una de las forma de respetar los tiempos de espera es a través de la pregunta, algo tan fácil como decir “¿qué tiempo dispones?” marca un comienzo favorable. El ser persuasivo implica conocer a los demás y por ello hay que aprender sobre las horas que tienen libres los demás para escucharnos.
El valor de las gracias
Finalmente para poder cerrar cualquier intento de persuasión es fundamental incluir la palabra “gracias” en nuestro vocabulario. Tal vez en un principio no te vaya del todo bien, pero con el tiempo veras los resultados de esta palabra que puede parecer muy simple.
Ten presente que los demás están dispuestos a escucharlas gracias y que es una palabra que se espera y que además reconforta. A veces tenemos la creencia de que algunas personas de nuestro alrededor no se la merecen, pero el valor de la persuasión está en no considerarnos menos que nadie pero tampoco caer en ser presumido.
Por ello, es fundamental dar las gracias, es una muestra de sencillez y cortesía en cualquier momento o lugar que nos puede favorecer al persuadir. Nunca esta demás cerrar una negociación, exitosa o no, con un agradecimiento por habernos prestado atención por cierto periodo de tiempo.
Sonríe
Finalmente para ser persuasivo hay que sonreír y esto tiene que ver con los gesto. Lo hemos dejado al final ya que es un factor sumamente importante que a veces es pasado de largo. Sonreír hace que se rompan las tensiones entre ambas partes y es una muestra de que quieres convencer pero sin intimidar a las personas de tu alrededor. Sonreír hace a las personas lindas.
Ser persuasivo, como te mencionábamos en principio, te ayudará en muchos aspectos. Además de que denotar confianza en cada cosa que haces, convenciéndote a ti mismo y a los demás, serán una combinación perfecta en cualquier campo de la vida en la que ser influyente.