¿Cuándo nos conviene lavar la cara con agua fría y cuándo con agua caliente?

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En temas de belleza a diario, muchas mujeres tienen problemas en la piel debido al estado del agua. No saben que utilizar agua caliente o helada, dependiendo de que tipo de piel tengas, puede estar haciéndote un flaco favor.

Por eso, es muy importante saber, que el agua caliente viene bien para algunas cosas, pero fría y/o helada, también aporta múltiples beneficios. Por tanto, os explicamos en qué momentos os vendría mejor utilizar agua fría o bien, utilizar agua caliente. Y, sobre todo, saber el tipo de piel que tenéis para no estar estropeándola.

Por ejemplo, de antemano, las pieles que son sensibles e intolerantes, no les viene del todo bien utilizar el agua muy caliente. Siempre será recomendable utilizar el agua templada o incluso, fría.

El motivo es muy simple.

Las pieles más sensibles y delicadas sufren muchísimo con los cambios de temperaturas. Por tanto, siempre una temperatura normal, como el agua tibia, será la más adecuada. De lo contrario, la piel puede quedar enrojecida e irritada. Eso ocurrirá con una temperatura muy caliente, por ejemplo, aunque pueda parecer contradictorio.

Los capilares se hinchan e incluso se rompen. Se pierden las capas más protectoras y superficiales de la piel y se deshidrata con más rapidez. Por tanto y sobre todo en invierno, hay que vigilar las temperaturas muy extremas.
Aprovechando que cuando te lavas la cara, lo haces con las manos, te comentamos también que cuidadito con él la temperatura muy caliente. En invierno hace frío, sí. Pero intentad utilizar el agua tibia.

El agua muy caliente (sobre todo lo notarán los que tengan las pieles más sensibles o con problemas en la piel), se les puede producir dermatitis. Si notáis la piel enrojecida, escamosa, roja, con picores, etc. Ojo, igual que con ciertos jabones, que también pueden dar esos problemas.

El agua caliente en cambio, para el rostro, va muy bien pata los hombres. ¿Por qué y cuándo? Pues a la hora de afeitarse. No es una tontería, no. A la hora de afeitarse, lo recomendable es abrir los poros. Que mejor por tanto para que el afeitado quede lo más pulcro, eliminando bien cualquier resto de vello… que abrir los poros con el agua caliente y afeitarse.

Otro dato curioso que muchos barberos comentan es que según la temperatura del agua: caliente o bien fría, sirve para una cosa u otra.

En el caso del agua caliente: a parte de lo ya mencionado, también servirá para ablandar un poco el vello. Esto para algunos hombres es una ventaja, pero para otros, es un inconveniente. Precisamente, porque dicen que la cuchilla les resbala y el afeitado no es tan efectivo.

Por el contrario, afeitarse con el agua fría, tiene también muchas ventajas, la principal, evitar que la piel se irrite ni enrojezca. Pero claro, a muchos no les viene bien si tienen el vello muy duro. Tened en cuenta que el agua fría no abre los poros.

Por el contrario, igual que hemos dicho que abre los poros el agua caliente, el agua fría lo que hace es cerrarlos. Por ende, la combinación del agua caliente y después fría, debería ser la combinación perfecta para cerrar los poros.

El agua caliente, aunque es lo que apetece con el frío y con los duros inviernos. Pero si hay que elegir entre el agua caliente y el agua fría, sale ganando ésta última. Mejor fría. Si no resistes el frío, entonces mucho mejor tibia.

Con el agua caliente, sólo conseguirás que se abran los poros, pero, por el contrario, la piel se enrojecerá, se deshidratará, si tienes la piel delicada cuidado, porque lo que puede parecerte una casualidad y de ahí la piel roja, se puede convertir en una enfermedad llamada cuperosis. Unas rojeces en la piel que puede ser para toda la vida.

Con el agua fría un truco que te servirá para ponerlo en práctica a las mañanas (que seguramente te ha pasado en alguna ocasión y es molesto) son las marcas en la cara. Sí, esas marcas que se te quedan en la cara de las sabanas o de la almohada y por más que te lavas la cara y pasa el rato, no desaparece. Pues un truco: el frío.

Lávate la cara con agua fría.

E incluso, muy fría. Verás como es mano de santo. Esto ocurre por la mala circulación. Así que para eliminar la hinchazón, la mala circulación, las marcas y descongestionar, agua fría.

Hasta ahora, todos los datos son para lavarse la cara con las manos, pero lavarse la cara mientras te duchas, tiene entonces, otros beneficios.

El dilema será, lavarse entonces ¿con agua caliente o con agua fría? Según los beneficios de cada uno, elige la que vaya más contigo.

Si eliges ducharte con el agua caliente, ten en cuenta que no ayuda en nada en problemas de circulación. Si eres propensa a las varices, las arañas vasculares, piernas cansadas, hinchazón de pies y piernas, deshidrata muy rápido la piel, aparecen rojeces, etc.

Los beneficios… también los hay y son bastantes.  Por una parte, si en vez de una ducha, prefieres un baño, el agua caliente te servirá para poder relajar no sólo la mente sino también los músculos. Te aliviará el cuerpo y si tienes dolores de espalda, es sumamente beneficioso.

Un truco si tienes dolores o pesadez de piernas, es añadirle al baño, sal. Si, sal. Puedes hacerlo con sales minerales de olores, colores o con una propiedad concreta, pero la sal normal, es la más beneficiosa. Te aliviará muchísimo y es un condimento que tienes siempre en casa, no necesitas comprarlo.

También sirve el agua caliente para purificar la piel. Como hemos estado diciendo, la temperatura elevada abre los poros, así que, de manera natural, empezarás a sudar. Al hacerlo, sin darte cuenta, el cuerpo de manera natural estará purificándose y eliminando por el sudor, las toxinas.

Es beneficioso para la salud, teniendo en cuenta que es bueno para el corazón.

Eso sí, el agua caliente, no significa que la temperatura tenga que ser exagerada y tengas que salir del baño roja/o, con la piel irritada o medio asfixiada/o. Hay que tener cuidado… porque las temperaturas elevadas, pasa de ser bueno a malo.

Justo que elimina toxinas, al sudar, se pierde agua… y, en consecuencia, se consigue perder algo de peso. Ojo. Adelgazar nos referimos a las aguas que el cuerpo elimina, pero realmente, no deja de ser como una sauna. Cuando salgas del baño y bebas un poco de agua, lo recuperaras.

Consigue desconectar y relajarte

Las personas que tienen mucho estrés, que están nerviosos, que necesitan desconectar… un baño con agua caliente por la noche les vendrá realmente bien. Puedes echarle unas gotas de esencias aromáticas que más te gusten y tener a la vez, los beneficios de la aromaterapia.

Si tienes problemas para dormir, antes de recurrir a no pegar ojo, dar vueltas en la cama o tomarte pastillas para poder conciliar el sueño, prueba con un baño con agua calentita. Nada más placentero y relajante… te servirá para poder dormir mucho mejor a la noche, antes de acostarte.

Si los beneficios del agua caliente son muchos, los beneficios del agua fría no se quedan atrás tampoco.
Por una parte, ya te comentamos que no sólo refresca y elimina marcas que se produce por una mala circulación de la sangre.

Si tienes una mala circulación, un truco para aliviar las piernas, los tobillos o el cuerpo en general, es aprovechar la ducha y realízate un masaje con el agua fría. ¿Cómo se hace? Échate los chorros del agua directamente desde los pies hacia arriba, hasta la rodilla. Siempre en el sentido de abajo hasta arriba (hacia el corazón) porque ayuda al retorno venoso.

Mientras estás en la ducha, a la hora de lavarte el pelo, el agua caliente daña un poco el pelo, haciéndolo más frágil y seco. En cambio, el agua fría te vendrá muy bien para que brille más. No sólo lo tendrás más brillante, sino que la cutícula capilar la sellas de manera totalmente natural.

Es decir, un baño de estas características tendría un beneficio similar a seguir una alimentación sana en la que se incluirían gran cantidad de frutas y verduras, así como la realización de ejercicio de manera regular.

El agua fría es vigorizante

Darte un baño con el agua fría es todo lo contrario que con el agua caliente. El agua caliente te tranquiliza, te relaja, incluso te da sueño… todo lo contrario que el agua fría.
El agua fría te despertará, por eso va muy bien para utilizarlo por las mañanas. Te despeja, es vigorizante, te espabila.

El agua a esta temperatura ayuda a que la piel no pierda sus aceites naturales, ni se deshidrate o se descame como si ocurre con el agua caliente. Tampoco tendrás que preocuparte de tener la piel sensible o sensible.
Realizar la limpieza facial con agua fría te ayudará a mantener la piel más joven y lozana. Tanto en la piel del rostro, como en la piel del cuerpo.

En el cuerpo, la piel se puede beneficiar de la temperatura fría o helada para, por ejemplo, reafirmar la piel y evitar que la piel pierda colágeno y elasticidad. De alguna manera, aunque no sea milagroso, ayuda a reafirmar.

En el rostro, el agua fría, deshincha y descongestiona. Por eso se dan tantos trucos (como aplicarse hielo en la cara), o venden productos que se tienen que meter en el frigorífico o congelador para que sean más potentes sus beneficios.

Olvídate de todo esto o bien, compleméntalo con lavarte la cara con agua fría. Eso sí, al principio si no te atreves con las temperaturas bajas, hazlo con el agua tibia. Cada vez, ve poniéndolo más frío hasta que puedas conseguir aguantar el agua fría.

Pensad, en definitiva, que el agua fría siempre descongestiona y contrae. En todo. Tanto en los muchos beneficios para la piel, para la flacidez, la celulitis, alivia, protege incluso, y mejora el estado de algunas pieles. Para pieles sensibles son de gran ayuda el frescor del agua fría. Es más, ante rojeces, calma y consigue bajar la temperatura y estabilizarlo.

Como no a todo el mundo le apetece lavarse y utilizar el agua fría, podéis ir probando con el agua tibia y alternar con agua fría. Incluso, es más beneficioso porque el cuerpo tiene las propiedades del agua caliente y el agua fría.
Se unen ambos beneficios y se consigue aprovechar al máximo los beneficios que se necesiten.

Haciendo un breve resumen, no hay temperatura mejor ni peor. Simplemente, ambas, el agua caliente y el agua fría tienen sus pros y sus contras.

Por lo general, el agua fría para lavarte la cara por las mañanas sería lo más indicado. Ya que te espabilará, descongestionará. Por la noche, el agua caliente, relaja y abre los poros para que pueda absorber mejor las cremas nocturnas e ir a dormir más relajado/a.

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