8 cosas que el miedo no quiere que sepas
El miedo es una de las emociones básicas más intensas que sentimos. Está presente en muchos de nuestros pensamientos y en muchas de nuestras acciones. Lo tenemos tan normalizado que, en muchas ocasiones, lo sentimos sin darnos cuenta siquiera. Esta normalización nos impide ser conscientes de sus repercusiones en nuestra autoestima y en nuestra personalidad. Y él se beneficia de ello, pues esconde lo realmente cierto.
Si quieres saber cómo puedes combatir el miedo, debes saber cómo actúa. En este artículo te contamos las 8 cosas que el miedo no quiere que sepas, para continuar dominando tu vida. Si crees que el miedo tiene cogidas las riendas de tu vida y quieres dominarla tu, sigue leyendo este artículo. En él sabrás lo que debes hacer para hacerle frente y neutralizarlo.
El miedo. Ese gran conocido… ¿o desconocido?
Si fuéramos conscientes de la enorme presencia que el miedo tiene en nuestra vida, no nos parecería cierto. En casi todos nuestros pensamientos y nuestras acciones existe una pizca de miedo, que nos alarma sobre aquello negativo que puede suceder. En ocasiones, esta pizca crece y el miedo es tan grande que dejamos de hacer actividades, acciones, o tomar decisiones por lo que pueda pasar.
El miedo es una emoción básica que paraliza. Existen ocasiones en que puede ser útil, pues puede beneficiar a la supervivencia. Por ejemplo, si en alguna ocasión nos encontramos a un toro que viene de cara hacia nosotros, sentimos miedo y nuestra acción es la huida. Esto puede salvarnos la vida. Por ello, el miedo es una respuesta adaptativa, cuando nuestra vida corre peligro.
No obstante, el problema está en que sentimos miedo paralizador en muchas situaciones de nuestra vida; muchas de las cuales no suponen un peligro para nuestra supervivencia. ¿Por qué tenemos miedo a engordar? ¿Por qué tenemos miedo a llamar a esa persona con la que no tenemos contacto desde hace tiempo? ¿Y a empezar ese nuevo trabajo? Estas situaciones no ponen en peligro nuestra vida, y en cambio, el miedo nos impide hacerlas.
Detrás de estas limitaciones, existen 8 cosas que el miedo no quiere que sepas, pues eso le permitirá continuar manejando tu vida. No obstante, es necesario saberlas para poder combatirlo.
8 cosas que el miedo no quiere que sepas
1.Tu eres la única persona que puede decidir sobre tu vida
El miedo es una emoción que en ocasiones puede resultar tan intensa, que termina influyendo en nuestras decisiones personales. Todos hemos vivido situaciones en las que deseamos realizar cualquier acción o tomar determinadas decisiones sobre nuestra vida, pero no lo hacemos por el miedo a lo que pueda pasar o al que dirán.
Es entonces cuando comprendemos que, en realidad, es el miedo el que está modulando nuestro camino. Está decidiendo sobre nosotros, y nosotros le hacemos caso porque no nos atrevemos a ignorarlo, por las consecuencias que puede tener.
Es importante romper con esta idea y saber que somos nosotros los únicos autorizados a tomar las riendas de nuestra vida. Es cierto que, ante una situación, puede suceder lo que no esperábamos; pero la equivocación habrá valido para aprender.
Permítete hacer lo que deseas, y no escuches al miedo.
2.Es posible no creer lo que te dice el miedo
El miedo te puede decir muchas cosas:
- No podrás aprobar ese examen porque es muy difícil
- No conseguirás encontrar pareja porque tu personalidad no es atractiva
- Si cambias de trabajo, podrá salir mal.
Si escuchamos a nuestro miedo, a diario nos manda mensajes muy negativos que nos paralizan. Nos paralizan porque lo creemos. En muchas ocasiones, ese miedo es irracional; no tiene elementos objetivos suficientes para sostenerse. Pero aún así le creemos.
En nuestras manos está creerlo y permitir que nos limite, o no creerlo y orientarse a la acción. Es cierto que sus suposiciones pueden ser ciertas en algún momento, pero aún cuando eso ocurra, las consecuencias no serán tan negativas como te hace ver.
3.El miedo nos miente
Todas sus afirmaciones se basan en suposiciones de nuestra personalidad que no tenemos. El miedo infravalora nuestras capacidades. No obstante, no hay nada mejor que demostrarle que está equivocado, para darnos cuenta de que miente. Y es que el miedo no está presente en ninguno de los hábitos de las personas emocionalmente inteligentes.
La mayoría de mensajes negativos que tiene nuestra mente vienen a raíz del miedo. No dejes que siga diciendo más mentiras.
4.Cuando lo consigues neutralizar, eres capaz de hacer todo lo que te propongas
No hay nada más positivo y reconfortante que hacer caso omiso a todo aquello que nos dice el miedo, enfrentarte a aquello que temes y darte cuenta de que, evidentemente, has salido aireada o mejor parada de lo que el miedo te gritaba. Poco a poco, a medida que vas repitiendo esto, descubres que eres capaz de hacer lo que te propongas y que tienes un potencial que hasta ahora andaba escondido en tus rincones.
A medida que vayas enfrentándote a aquello que te da miedo, obtendrás la fuerza para hacerlo en situaciones mucho más pesadas. Esto te permitirá coger las riendas de tu vida y llegar donde te propongas llegar.
Si quieres mejorar tu autoconocimiento, te recomiendo leer nuestro artículo «Cómo conocerse a si mismo«.
5.A medida que te vas equivocando, vas perdiendo el miedo
Enfréntate a aquello que te da miedo. Equivócate. ¡No pasa nada! La equivocación nos sirve para aprender; con ella aprendemos lo que no debemos hacer la próxima vez; nos permite cambiar de táctica y encontrar la que nos funciona. Generalmente, las equivocaciones son menos graves de las que nos ha hecho creer el miedo durante tanto tiempo.
Equivocarse forma parte de la vida, todo el mundo nos equivocamos y aprendemos de estas equivocaciones. Intenta que tu no seas menos.
6.El miedo no siempre paraliza
Si no quieres que el miedo te paralice, no lo hará. Depende de ti.
El miedo, generalmente, paraliza. Debido a las consecuencias, no nos predispone a la acción. No obstante, no hay contraste más positivo que ponernos manos a la obra aún cuando sintamos miedo. Si tu cerebro quiere hacerlo, podrás hacerlo.
7.Salir de la zona de confort y explorar nuevos horizontes te llena de vida
No hay nada más gratificante que expandir tu zona de confort. El miedo te dirá que no, que no es una zona segura para vosotros. No obstante, lo único que hay es desconocimiento. Si exploras otros lugares, otras formas de hacer tus tareas, descubrirás que fuera de la zona no se está tan mal. Además, cuando te habitúes, podrás entender que lo que antes no era tu zona de confort ahora si lo es; la habrás agrandado, y eso te permitirá tener más recursos útiles para usar en tu día a día.
8.El miedo es combatible y tu puedes combatirlo
Si tu quieres, puedes combatirlo. El miedo habla mucho, pero tu eres la que decide si escucharlo o no. Claro que él quiere que lo hagas. Pero si tu no quieres hacerlo, adelante. Cuando no lo escuchas, cuando lo aíslas, es cuando consigues empezar a trabajar por aquello que quieres y cuando logras ser una persona segura y confiada.
A modo de conclusión
El miedo es una emoción básica y paralizante. Nos impide realizar aquello que queremos, porque nos alerta de las horribles consecuencias que puede tener, aunque las consecuencias no sean, en realidad, tan horribles como nos dice.
El miedo quiere que le hagamos caso, y para ello, se impone en nuestros pensamientos. No obstante, basta con no darle una mayor importancia para entender que, en realidad, las consecuencias de las acciones no son tan graves como él quería hacernos creer.