Cómo conocerse a sí mismo
Es posible que alguna vez nos hayamos sentido confundidos por nuestros propios actos, en una determinada situación que hemos pasado. Como a las demás personas, es una situación que nos cuesta mucho entender y, sobre todo, nos llama la atención. Hacer cosas que no habíamos pensado o que, en teoría, no queríamos hacer y acabar haciéndolas es un poco contradictorio. Puede que algo vaya mal o estemos pasando por una situación no muy buena, o puede ser por otras razones. El no saber y no poder controlarlo muchas veces es lo que nos quita el sueño durante todas las noches. Es importante conocerse bien y saber nuestra forma de comportarnos, así como nuestros motivos. Por eso, en este artículo hablaremos de cómo conocerse a sí mismo. Para poder aceptarnos y estar cómodos con nosotros, es vital que nos conozcamos muy bien. Saber esto, hará que podamos combatir el estrés acumulado.
Es una tarea muy difícil y puede que nunca llegue a completarse definitivamente, ya que, normalmente, nunca paramos de evolucionar. Pero el objetivo es totalmente distinto, es conocerse lo máximo posible para estar en paz con nosotros mismos. Si hay algo que queremos cambiar, también es importante saber cómo funcionamos antes. Todo este conocimiento nos ayudará en el día a día y en nuestro futuro.
A lo largo de este texto encontrarás varios métodos con los que se podrá conseguir conocerse a sí mismo y que esto nos permita seguir de una manera saludable y adecuada con nuestras vidas. Seguramente hayamos escuchado la frase de «tropezar dos veces con la misma piedra», esto significa que hasta que no aprendamos del error, seguiremos haciéndolo. Hay personas que llegan hasta a encariñarse con la piedra, de tantas veces que tropiezan. Esto se debe a que todavía no hemos identificado el error causante.
Conocerse a sí mismo
Hay muchas formas de llegar de llegar a conocerse a sí mismo. De hecho, todos los días tenemos esta opción. Cada segundo que pasa, cada decisión o pensamiento que nos viene a nuestra cabeza nos puede llegar a mostrar mucho. En este apartado, hablaremos de algunas maneras que nos pueden facilitar esta tarea, hacerla más llevadera y del todo enriquecedora.
Salir de nuestra zona de confort. Esta zona se denomina a nuestro espacio de refugio. En dicho espacio, siempre estamos cómodos y nunca se nos plantean retos que puedan alterar dicha tranquilidad. La zona de confort nos impide avanzar y crecer. Y es en esta zona, cuando nos sentimos mal, donde nos refugiamos para no enfrentarnos a la realidad. El primer paso es el más difícil, pero si lo conseguimos dar, descubriremos una parte de nosotros que no conocíamos. Enfrentarnos a nuevos retos, a caminar por lo desconocido y ponernos a pruebas, según en qué situaciones, es de gran ayuda. A parte de conocerse a sí mismos, esto ayuda a la confianza para nuevos retos.
Usar un lenguaje sincero y honesto. Es, posiblemente, la tarea más difícil que podemos hacer. Hablarnos de una manera sincera y reconocer nuestros errores es vital para este proceso. Hay que escapar de las excusas y de la búsqueda de culpables. Las circunstancias influyen, pero ya que no las podemos dominar, tenemos que centrarnos en nuestro rango de acción. Por eso, detenerse a quejarse de ellas o de lo que la gente hace, no nos servirá. Tampoco hay que ir al otro extremo y usar un lenguaje ofensivo para hablar con nosotros. Simplemente se trata de tener el valor de reconocer nuestra responsabilidad. De esta forma sabremos los verdaderos motivos de nuestro comportamiento o acciones. Este es, sin duda, un paso importante para ser feliz.
Más caminos para el conocimiento
Tiempo para la reflexión. Es complicado sacar conclusiones en caliente. En estas situaciones no pensamos con claridad y es nuestro subconsciente quién toma el mando. A veces decimos cosas que no queremos cuando estamos así. Al no pensarlas, todas las frases que expresamos en este estado carecen de filtro. Esto no quiere decir que sea lo que realmente sintamos o pensamos, pero sí tiene cierto significado. Si está en nuestra cabeza o en nuestro interior, es por alguna razón. Tomarnos un tiempo para reflexionar sobre nuestros actos en situaciones con las pulsaciones elevadas será totalmente revelador.
En la mayoría de nuestras situaciones, nuestro comportamiento y nuestras palabras están reguladas por nuestra parte consciente. Actuando desde esta zona del cerebro, solemos estar influenciados por nuestros miedos e inseguridades. Esto dificulta la razón de que nos lleguemos a conocer bien. Esas veces que nos hemos preguntado en qué estábamos pensando para decir o hacer aquello, es una consecuencia y nos llega a confundir. Analizar fríamente y hacerse preguntas importantes, ayudará con la tarea de conocerse a sí mismo.
Otra manera de saber más acerca de nosotros es pensar sobre nuestros últimos días, semanas o años. Ver nuestra evolución, las decisiones que hemos tomado durante ese tiempo y las circunstancias de ese momento nos ayudarán. De esta manera sabremos cómo hemos reaccionado ante dichas circunstancias y ver las consecuencias tanto positivas como negativas. También, esta práctica nos puede ayudar a encontrar un patrón de comportamiento. Esto nos pone en una situación ventajosa y nos ofrece una visión más amplia de nuestra vida. Visualizar nuestra historia como si fuéramos un espectador, hace que lo veamos todo con más claridad. Es la mejor forma de llegar a conocerse a sí mismo. Puede que haya etapas o decisiones que no queramos recordar, pero es muy útil.
Consejos
Este camino por recorrer lleva mucho tiempo y dedicación. Como hemos dicho antes, no es un camino que tenga un final, ya que es una forma de comunicarnos con nosotros mismos. Por eso es importante disfrutar del viaje, no del destino. No siempre, en esta tarea, habrá momentos positivos. Puede que tengamos que hacer frente a momentos realmente duros que no queremos volver a revivir. Pero, sin duda, cada paso que demos, nos acerca mucho más a nuestro objetivo.
Es parte del crecimiento y de la evolución tener malas etapas y buenas. No debemos preocuparnos por eso, sino por el hecho de conocerse a sí mismo. Llegar a este nivel de conocimiento nos puede facilitar ser capaz de estar en posesión y consciencia de todo nuestro potencial a la hora de tomar una decisión. Nunca se sabe lo que puede pasar en el futuro, pero por lo menos de esta manera estamos preparados de la mejor forma que hemos podido hacerlo.
Se puede ser feliz sin tener pareja, por lo que no es imprescindible estar en una relación para que nos ayude en este camino. Si que otra persona nos puede dar su punto de vista y ayudar, pero es una experiencia que es mejor hacerla por nuestra cuenta. De eso se trata la vida, de salir adelante.
No debemos ser duros con nosotros mismos. Todos cometemos fallos y somos humanos. Lo que sí podemos hacer es aprender de nuestros fallos, pero nunca debemos tenernos en baja estima. Saber valorarnos es muy importante en nuestra vida. Pero para saber lo que valemos, antes hemos de conocernos bien. Siguiendo estos consejos y prácticas, tendremos un conocimiento mucho más profundo de nosotros. Esto nos ayudará en todos los ámbitos de la vida y tendremos el poder de corregir cualquier circunstancia o comportamiento.