10 hábitos de las personas emocionalmente inteligentes
Actualmente, parece que la inteligencia emocional ha cogido mucha importancia y está en boca de todos. Tanto los médicos como los psicólogos la recomiendan para garantizar nuestro bienestar psicológico, muy ligado también a nuestro bienestar físico.
Así como es importante cuidar nuestro organismo, mediante una buena dieta y la realización de ejercicio, también es bueno cuidar nuestro cerebro y nuestra parte psicológica. La inteligencia emocional es un tipo de inteligencia que, en un principio, no está totalmente relacionada con nuestro nivel de CI, aunque es cierto que aquellas personas con coeficiente intelectual medio-alto comprenden en mayor medida la importancia de tener una buena inteligencia emocional.
Existen diferentes hábitos que podemos llevar a cabo para facilitar el desarrollo de nuestra inteligencia emocional. Si quieres saberlos, te invito a quedarte y a leer este artículo. Aunque no puedas realizarlos todos desde un principio, la práctica puede hacer que poco a poco termines dominándolos. Así, conseguirás vivir con más paz y armonía contigo mismo.
Los 10 hábitos de la inteligencia emocional
1.Reconoce tus sentimientos y los de los demás
Este hábito es el más importante en la inteligencia emocional. Las emociones son el eje vertebral de este tipo de inteligencia. Todo lo que concierne a ella se basan en las emociones.
Nuestra existencia está llena de emociones. Cada momento de nuestra vida nos hace tener una diferente emoción. Ya sea básica o secundaria, siempre estamos sintiendo algún tipo de sentimiento.
La inteligencia emocional exige un insight, es decir, una mirada al interior de cada uno, que nos permite observar que emoción estamos sintiendo en cada momento y ser consciente de ella. Muchas veces, ponerle nombre ayuda a detectarla. La detección es el primer paso a la comprensión.
Comprender, además, que ninguna emoción es mala nos ayuda a aceptar todas y cada una de ellas. No se trata de cambiar aquellas negativas, se trata de comprenderlas, saber por qué han aparecido, que situación las ha propiciado, y aceptarlas.
De la misma forma que es muy útil reconocer las emociones propias, también lo es reconocer las de los demás. Para ello, deberemos escuchar con la mente abierta lo que nos dicen, y comprender el lenguaje no verbal que la gente suele utilizar. Cuando tengamos la habilidad de poder reconocerlas, habremos desarrollado un nivel de empatía que nos ayudará a mejorar nuestras relaciones personales.
2.Expresar sus emociones y pensamientos
Una vez reconocidas nuestras emociones, deberemos tener la habilidad para expresarlas. Muchas veces, hacemos cosas que no queremos hacer para evitar enfrentar nuestra opinión con otras opiniones.
Expresar las emociones nos ayudará a regular su intensidad y a ser conscientes de ellas. Ponerles su propio nombre nos hará partícipes de su expresión.
3.Aceptar la imperfección
Crearse unas propias exigencias puede resultar sano, siempre y cuando no busquen la perfección absoluta. Las personas emocionalmente inteligentes saben que esta perfección no existe y que resulta muy injusto exigirla. Con la exigencia de la perfección absoluta estamos mermando nuestra autoestima, característica fundamental para garantizar nuestro bienestar emocional.
Saben que las personas se equivocan, aceptan sus propias equivocaciones y comprenden las de los demás. De esta manera, las expectativas de la persona hacia si mismo y hacia los demás no están distorsionadas, y mantiene una visión sana y realista del ser humano.
4.Reconocen que la salud es importante, y por ello, practican buenos hábitos
La salud lo es todo. Una buena salud puede hacer que nuestro cuerpo y nuestra mente esté sana por más tiempo, las personas emocionalmente inteligentes lo saben, y entienden que, para garantizar esta salud, deben cuidarse.
Controlar nuestra alimentación mediante una dieta equilibrada y completa, que le ofrezca al organismo todos los nutrientes necesarios para poder realizar sus propias funciones de manera correcta, es necesario para estar fuertes psicológicamente. Además, realizar ejercicio de moderación adecuada respecto a la persona puede aportar más salud y bienestar emocional, debido a la segregación de dopamina.
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5.Ven el vaso medio lleno, también cuando existen problemas
Ver el vaso medio lleno significa ver el lado positivo de cualquier situación, también en los problemas. Esto nos ayuda a gestionar mejor los momentos de adversidad, nos predispone a analizar el problema desde diferentes puntos y a la búsqueda de soluciones positivas y encajadas al problema en cuestión. En resumen, nos permite tener las adversidades bajo control.
Por cierto, saben cómo hacerle frente al estrés y a la ansiedad.
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6.Se rodean de gente que suma
Nuestro entorno social se construye de muchas personas, más de las que nos imaginamos. Cada persona, en base a su personalidad y su forma de relacionarse, aporta un valor a la relación. Existen personas que, por su forma de ser, restan; son aquellas personas denominadas tóxicas, que buscan constantemente un culpable para todas las situaciones. Por el contrario, existen también personas que suman; son aquellas personas positivas, que aportan beneficios a la relación de familiaridad, amistad o amorosa que compartan con nosotros.
Alejarse de las personas tóxicas y centrarse en las personas positivas es muy positivo para nuestro bienestar físico y personal.
7.Saben decir NO
Decir NO no es fácil, pues puede generarnos disputas o distanciamientos con los demás. No obstante, es importante saber marcar nuestros límites. No debemos aceptar un trato que no nos parece correcto, no debemos hacer nada que no queramos. Decir un NO a tiempo nos ayuda a creer más en nosotros mismos y a respetarnos.
8.Viven el presente y no se centran en el pasado
“El pasado, pasado está”. Las personas emocionalmente inteligentes superan sus problemas y los dejan atrás. No viven ancladas en el pasado. De él han cogido los aprendizajes necesarios y viven el presente solucionando los problemas del presente. Las herramientas que hemos conseguido con los problemas del pasado nos sirven para el presente, pero no volvemos atrás.
9.Tienen espíritu de superación
No se conforman con lo que tienen, siempre quieren mejorar en todos los ámbitos. Salen de su zona de confort para buscar nuevas experiencias que les permitan mejorar. Conocen sus virtudes y sus puntos fuertes y no dudan en usarlos a su favor.
Aunque no todo les sale bien, poseen y ponen en práctica la resiliencia (capacidad de recomponerse tras un mal momento), lo que les ayuda a seguir adelante.
10.Saben cómo buscar la felicidad
Aunque son conscientes de que la felicidad eterna y completa no existe, y aceptan sus problemas y sus estados de ánimo negativos, saben cómo crear momentos de felicidad y disfrutar de ello. Conocen esos pequeños detalles que marcan la diferencia, y encuentran tiempo para realizarlos.
Todos estos factores se pueden entrenar. Poco a poco, si te lo propones, podrás ser una persona emocionalmente inteligente. No solo mejorarás en salud, sino que pronto notarás como tienes más bienestar.
A modo de conclusión
Las personas con inteligencia emocional alta son personas más adaptadas psicológicamente y que sufren menos problemas mentales. La inteligencia emocional puede aprenderse, mediante una serie de factores que te describimos en este artículo. Si quieres aumentar tu inteligencia emocional, te recomendamos que los practiques. Aunque al principio no tengas éxito en todos, no te preocupes; es cuestión de práctica. Pronto notarás como tu salud mejora y como te encuentras más a gusto contigo mismo. Es cuestión de tiempo, dedicación y paciencia.