Cómo curar sinusitis
La sinusitis es una enfermedad que afecta a una gran parte de la población. No solamente se da en adultos, sino que es muy frecuente que se dé también en la población infantil. Aunque hay muchos factores que hacen que una persona tenga más predisposición a tener sinusitis que otras, en realidad existen muchos casos en los que es simplemente cosa de genética.
Cuándo aparece la sinusitis.
La sinusitis se da cuando existe una concentración de moco anormal en nuestras cavidades craneales. Debajo de los huesos de los pómulos y la frente, por ejemplo, encontramos cavidades que están vacías. Pues bien, cuando hay un exceso enorme de moco y este se queda en esas cavidades, es cuando decimos que tenemos sinusitis.
La sinusitis es una enfermedad que no reviste gravedad. El problema mayoritario es el malestar que produce en las personas que la padecen. A parte de hacer sentir una congestión muy grande, puede provocar dolores intensos de cabeza, mareos y sensación de embotellamiento. Si la sinusitis produce dolores de cabeza, estos pueden llegar a ser realmente molestos. Lo más normal es que este dolor se localice en la parte superior y a cada lado del tabique nasal, casi llegando a los lagrimales de los ojos. Pero también en las sienes, a cada lado de la frente o incluso en los pómulos.
Esta enfermedad, que supone al final la inflamación de los senos paranasales —las cavidades de las que hablaba antes—, puede ser producida por un hongo, por una bacteria o incluso por un virus. Aunque la causa más común que produce esta sinusitis es la rinitis alérgica. Tener alergia a algo determinado y que nuestros senos paranasales se inflamen creando ese exceso de moco. Esto pasa porque el cuerpo intenta eliminar de su interior los agentes que están molestándole. Así, crea ese exceso de moco para intentar echar de esas cavidades el agente externo que no debería estar ahí. Por eso lo más común es que se dé en procesos alérgicos. Una persona que es alérgica al polen, notará una segregación de moco anormalmente mayor cuando esté cerca del polen. Porque su cuerpo está intentado que ese polen no entre dentro de las cavidades nasales, por ello crea mucho moco para intentar impedir su paso.
Como decíamos hay factores que influyen en la aparición de la sinusitis. Uno de ellos, es el hecho de fumar. Si tienes sinusitis y quieres curarte, deberás dejar de fumar cuanto antes. Esto es muy importante. Al fumar, estás metiendo en tu cuerpo agentes externos que este identifica como dañinos. Si eres propenso a generar moco, tu cuerpo generará todavía más para intentar eliminar el mayor porcentaje de sustancias que te están dañando.
Qué hacer si tienes sinusitis.
Si tu sinusitis se debe a un proceso alérgico, lo primero que tendrás que hacer, si quieres curarte, es tomarte los antihistamínicos que previamente te habrá recetado el alergólogo. Este especialista te hará unas pequeñas pruebas (lo más probable es que te pinche en el brazo con un pequeño raspador impregnado de una sustancia que puede provocar alergia) para saber qué es exactamente el elemento que te está generando esa cantidad de moco. Una vez dictaminado (lo más normal es que sea polen, gramíneas, ácaros o pelo animal, sobre todo de gato), te recetará una medicación acorde con tus características corporales para frenar de inmediato esa segregación continua de moco.
Si el dolor es muy intenso, deberás ir a tu médico para que te examine. Lo más normal es que te haga una radiografía para ver si efectivamente el dolor viene por el exceso de moco dentro de esas cavidades de las que hablaba anteriormente. Si no es una rinitis alérgica, entonces tu médico deberá investigar hasta dar con la causa que está provocando que esas cavidades se te congestionen con sustancias mucosas. Si tu médico piensa que la situación es grave y que con remedios naturales no se te va a pasar el dolor, lo más posible es que te mande medicamentos para contrarrestar el efecto. Si está causada por una infección bacteriana, te recetará de inmediato antibióticos para que se te pase lo antes posible. Hace unos años se tenía la mala costumbre de recetar siempre antibióticos cuando se detectaba un cuadro de sinusitis, cosa que era contraproducente, porque recordemos que esta se podía generar por una bacteria, pero también por un hongo o por un virus. Los virus y los hongos son inmunes a los antibióticos, por lo tanto, recetar antibióticos cuando no es una bacteria la que está produciendo la enfermedad, no solo es inútil, sino que es contraproducente, pues el agente que no es una bacteria y que está dando pie a que esa enfermedad se desarrolle, se hará más fuerte todavía.
Esto es un gran problema ya que no es fácil distinguir una sinusitis producida por un hongo a la producida por un virus o una bacteria. Para ello, habría que hacer una tomografía o una resonancia y aun así no se sabría al cien por cien cuál es el agente externo que está provocando la enfermedad. La única forma totalmente fiable que se tiene para saber cuál es ese agente externo es introduciendo un catéter por la nariz. Pero este método, al tratarse de un método invasivo y agresivo para el cuerpo humano, no se realiza salvo caso de emergencia. Pero los médicos dicen que no debemos preocuparnos por esto, ya que en muchos casos la sinusitis remite por sí misma y no es necesario tratarla con ningún tipo de medicamento.
Remedios naturales para la sinusitis.
Por ello, lo mejor es tener en cuenta una serie de remedios naturales que podemos hacer en casa para intentar curar la sinusitis cuanto antes.
Vahos de eucalipto.
El más recomendado es el de hacer vahos de eucalipto. Para ello necesitaremos una olla con agua hirviendo en su interior, una madera o un salvamanteles donde apoyar la olla (tendremos que estar en un sitio lo más cómodo posible), una toalla grande y esencia de eucalipto en aceite o directamente hojas de eucalipto.
Tendremos que poner a hervir el agua. Cuando empiece a burbujear, la podemos retirar del fuego y colocarlo en una mesa o en algún sitio que quede a la altura de nuestra cabeza. Lo más útil es sentarnos delante de una mesa, de la cocina por ejemplo, de manera que tengamos la olla en frente de nosotros. Entonces añadiremos un buen puñado de hojas de eucalipto o bien unas gotas de aceite de eucalipto. Ambas cosas pueden encontrarse en cualquier herbolario o tienda especializada. Incluso las hojas de eucalipto se pueden encontrar en algunos supermercados grandes. Entones inclinaremos nuestra cabeza sobre la olla y nos taparemos la cabeza con la toalla, tapando también la olla y no dejando que el vaho se salga por ningún sitio. Tendremos que respirar por la nariz unas cuantas veces, haciendo el esfuerzo por que las fosas nasales se abran. Notaremos que nos falta un poco el aire, por el exceso de vaho y calor, entonces podemos retirar un poco la toalla, tomar aire y volver a repetir el proceso. Será bueno que lo hagas durante quince o veinte minutos un par de veces al día. Con esto notarás enseguida la mejoría. Además, gracias al vaho, tus poros se abrirán y podrás aprovechar para después limpiarte la cara con un tónico facial y eliminar las impurezas de tu piel.
Manzanilla.
Otra opción para hacer vahos es usar la flor de la manzanilla o bien un aceite de manzanilla para diluir en el agua. El procedimiento es igual que el anterior. No es tan eficaz abriendo las fosas nasales, pero gracias a su poder antiséptico, la manzanilla nos puede ayudar a combatir los agentes externos que tenemos en nuestro interior y que están provocando que generemos tanta mucosidad. Así que sería buena idea alternar los dos tipos de vahos, haciendo uno de eucalipto y otro de manzanilla para así conseguir el efecto más completo posible.
Si la congestión te molesta enormemente y no estás en casa para poder hacer estos vahos, puedes llevar a mano el botecito de aceite esencial para olerlo fuertemente cuando no puedas respirar. También existen en la farmacia medicamentos preparados para ello. Son unas pequeñas barritas que podemos introducir en la nariz y que, al aspirar con fuerza, hacen que nuestras fosas nasales se despejen. No echan ningún líquido, sino que solo con los efluvios y el olor hacen que se despeje nuestra nariz. Si prefieres el método antiguo, siempre puedes acudir al agua de mar, que viene preparado para que lo puedas usar en cualquier sitio y que tiene una eficacia altamente recomendada.
Infusión de malva.
Pero no solo los vahos de eucalipto son buenos para despejar las fosas y los senos nasales, sino que también la infusión de malvas ayuda muchísimo. Para ello bastará con tener una taza de agua hirviendo (de unos doscientos cincuenta mililitros) y añadir una cucharada pequeña de flores de malva. Lo tendremos que dejar reposar durante unos cinco minutos y entonces estará lista para tomar. La puedes endulzar con un poco de azúcar o incluso con miel. Si tomamos esta infusión de dos a cuatro veces al día, notaremos cómo la mucosidad disminuye muchísimo.
Hay que decir que es muy importante que bebas mucha cantidad de líquido. Cuanto más líquido bebas, más fácil te resultará echar todo el moco acumulado. Así que no te cortes, y bebe muchas infusiones, por ejemplo, si no eres capaz de tomarte dos o tres litros de agua al día. Las infusiones son siempre una buena opción para esto, ya que nos hacen beber mucho líquido sin apenas darnos cuenta.
Infusión de jengibre.
Si seguimos con las infusiones, la infusión de jengibre también funciona muy bien para eliminar la mucosidad de los senos nasales. Para ello, solo tendremos que echar un poco de raíz de jengibre rallada en una taza de agua hirviendo y beberla antes de que se enfríe. Si quieres, deja reposar la raíz durante unos cinco minutos y después cuélalo para evitar encontrarte los trozos de raíz. Puedes echarle también el zumo de medio limón para darle un toque especial. Por último, si le echas miel, te quedará una infusión riquísima y que no solo te ayudará a limpiar tu nariz y senos nasales, sino que también, por las características antibacterianas del limón, conseguirás eliminar más rápidamente los agentes que te están produciendo ese malestar.
Cataplasma de verbena y huevo.
Por último, puedes recurrir a hacer una cataplasma. Para ello, necesitarás la cáscara de un huevo y verbena bien picada. Mezcla estos dos ingredientes hasta que queden perfectamente integrados, entonces úntalo en un trapo o toalla pequeña y colócatelo en la zona de la nariz. Deberás pasar con ello el máximo tiempo posible, así que la mejor idea es irte a la cama con ello. Asegúralo con un poco de esparadrapo para que se te mueva demasiado y aguante en el sitio el máximo tiempo. Al día siguiente notarás la mejoría enormemente.