Conozco multitud de personas que quieren adelgazar, que quieren verse mucho más guapas y más en forma de lo que están actualmente. Pero hacer dieta es algo muy sacrificado que requiere de una muy alta y resistente fuerza de voluntad y que no está al alcance de cualquiera. Muchas personas se ponen a dieta y a los pocos días desisten (por no decir al día siguiente), porque pasan tanta hambre, que no son capaces de seguir con ello ni un minuto más. Desisten, se frustran y se convencen a ellos mismos que hacer dieta es misión imposible y que jamás serán capaces de adelgazar.
Y yo digo que eso es así porque no han encontrado la dieta ideal, esa que te permite perder peso de una forma saludable y, lo que es más importante, sin pasar hambre. Si una persona no pasa hambre cuando hace dieta, es más probable (que no seguro cien por cien) que siga con ella durante más tiempo.
Y, sí, este artículo va de lo que estás pensando: te traigo una dieta con la que no pasarás hambre y con la que perderás peso sí o sí.
Ya son varios los artículos que he hecho sobre dietas y en todos digo lo mismo, así que en este no iba a ser menos: si quieres ponerte a dieta, antes de empezar ponte en contacto con un médico y cuéntale lo que estás buscando. Lo más posible es que te haga un chequeo completo para ver cómo está tu salud y entonces decidirá qué dieta es la que más se ajusta a lo que tú estás buscando y la que mejor se adapta a tus características físicas y personales. Es probable que te decline a una consulta de un nutricionista, para que sea este el que, directamente, te ponga a dieta. Así que otra buena opción es acudir a un nutricionista especializado y profesional para que sea este el que te asesore y te haga el seguimiento.
Tienes que tener en cuenta que esta dieta, la del arroz, es una dieta que no puede durar más de siete días. Durante esa semana, estarás ingiriendo muy pocas calorías, lo que le permitirá a tu cuerpo tirar de las reservas que ya tiene acumuladas, como es la grasa.
No puedes hacer esta dieta durante más de una semana, y después tendrás que cuidar mucho tu alimentación para no coger esos kilos que has perdido. Así que no te tomes esto como una dieta de larga duración, sino como una dieta para hacer en un momento puntual en el que necesitas sí o sí perder esos kilos de más. Si no es así, lo mejor es que acudas a tu médico para que este te ponga una dieta enfocada para un periodo más largo, ya que lo importante es que aprendas a comer para estar sano y no volver a recuperar los kilos que has perdido cuando has hecho una dieta como esta.
Propiedades del arroz.
Dicho esto, vamos a pasar a ver las propiedades del arroz, para saber por qué hacer esta dieta nos ayudará a perder peso. Lo más importante que hay que destacar de este alimento es que es rico en hidratos de carbono de absorción lenta. Esto es muy importante, porque normalmente cuando nos ponemos a dieta eliminamos de la misma todos los carbohidratos, lo que es un error.
Hay que eliminar aquellos que sean de absorción rápida, esos a los que nuestro organismo no le da tiempo a descomponer y por lo tanto se convierte en grasa al instante.
En cambio, los de absorción lenta nos están procurando mucha energía durante más tiempo, por lo que no se tienen por qué convertir en grasa. Además, al estar nuestro cuerpo trabajando tanto, conseguiremos que el metabolismo nos acelere, haciendo que nos resulte más fácil perder peso.
Por supuesto, es un alimento muy rico en fibra, cuando se toma en su versión integral, lo que ayuda muchísimo a nuestro sistema digestivo a realizar su trabajo además de ser un buen elemento para reforzar nuestro sistema digestivo, protegiendo partes tan importantes del mismo como puede ser el colon.
Otro de los beneficios que tiene el arroz es que es muy saciante, así que comer este alimento hace que tengamos una sensación de saciedad muy grande, lo que puede ayudarnos a reducir el apetito en gran medida y evitar, así, picar entre horas productos que nos pueden hacer engordar.
Dieta para una semana.
Visto todo esto, ahora te voy a enseñar un menú que puedes utilizar para hacer tu dieta semanal del arroz. Recuerda que el arroz debe ser integral, que debes reducir el consumo de la sal para evitar retener líquidos y, por supuesto, que debes acompañar esta dieta con un poco de ejercicio diario de carácter suave.
Día 1.
Para desayuno tomarás un vaso de leche sin grasa a la que podrás añadir una cuchara pequeña de azúcar, con tres galletas cuyo ingrediente principal sea el arroz y todo ello acompañado de una taza de té o café. Para el almuerzo, come una pieza de fruta que sea de temporada. Para la comida, hierve unos ciento cincuenta gramos de merluza, acompáñala por una ensalada mixta y de postre un par de galletas de arroz, a poder ser integral. Para la merienda tienes la misma opción que para el almuerzo. Y, por último, para la cena, puedes preparar unos setenta y cinco gramos de risotto con queso descremado, dos piezas de fruta y un yogur desnatado.
Día 2.
Para el desayuno, tienes las mismas opciones que las del día uno. Para el almuerzo, exactamente igual. Para la comida puedes preparar un plato de arroz con alcachofas y de postre un tazón de fresas. Para la merienda, lo mismo: una pieza de fruta. Y, para la cena, puedes cocer un par de huevos y acompañarlos por unas verduras hervidas y un poco de arroz, unos treinta gramos, con una ensalada mixta también.
Día 3.
Para el desayuno tienes las mismas opciones, solo que en este día puedes sustituir la cucharada de azúcar por una de miel. Para el almuerzo, la pieza de fruta habitual. Para la comida, puedes optar por cocinar cien gramos de carne que no tenga grasa, como el pavo, el pollo o el conejo y hacerlo a la plancha, acompañado por unas espinacas hervidas y aderezadas al gusto y dos galletas de arroz integral. Para la merienda, de nuevo puedes elegir una pieza de fruta que te apetezca. Para cenar, puedes hornear dos tomates rellenos con un poco de arroz hervido previamente y mezclado con verduras y hacer una especie de guarnición de coliflor y, de postre, un yogur desnatado.
Día 4.
Para el desayuno tienes la misma opción que la del día anterior. Para el almuerzo, toma la pieza de fruta que tú quieras; dado que en cada almuerzo y merienda comerás una pieza de fruta, procura que esta sea variada y que en cada comida elijas una distinta para beneficiarte de las máximas vitaminas y propiedades posibles. Para la comida, puedes hacerte una ensalada de arroz con verduritas frescas, como pimiento, cebolla o pepino y que puedes acompañar con unos cincuenta gramos de queso cottage, además de dos rebanadas de pan (siempre integral). Para merendar, la pieza de fruta que tú quieras. Y, para cenar, unos noventa gramos de arroz con un poco de salsa de tomate (siempre hecha en casa, ya que la comprada contiene muchísima azúcar y sal), acompañado por dos rebanadas de pan integral con unas alcachofas y jamón serrano encima y un chorrito de aceite de oliva virgen extra para darle un toque de jugosidad.
Día 5.
Para el desayuno, lo mismo de siempre. Para el almuerzo también, la pieza de fruta. Para la comida puedes preparar una ensalada y echarle una pechuga hecha previamente a la plancha con unas verduritas y de postre un par de galletas de arroz integral. Para merendar, otra pieza de fruta. Y, para cenar, puedes aprovechar el tomate natural que sobró el día anterior para acompañar a unos ochenta gramos de arroz, y puedes hacer unos champiñones a la plancha y un puerro al vapor, además de un yogur para tomar de postre.
Día 6.
Para la hora del desayuno, tomarás lo mismo que el resto de días. Al igual que para el almuerzo, intentando tomar una pieza de fruta diferente a la del día anterior. Para comer, puedes hervir unos sesenta gramos de arroz y añadirle unos cincuenta gramos de atún enlatado preferentemente en aceite de oliva virgen extra. Además, puedes acompañar todo con unos pimientos a la plancha a los que puedes echar un poco de aceite de oliva y un chorrito del zumo de un limón para darle un toque más especial. Para la merienda, escoge otra pieza de fruta que sea de temporada. Y, para la cena, esta vez harás una sopa juliana, con verduras frescas y, además, unas verduras a la plancha, también un yogur y una galletita de arroz integral.
Día 7.
Por fin, para el último día, el desayuno será igual que el resto, así como el almuerzo también. Para la comida, puedes preparar unos sesenta gramos de risotto con queso bajo en grasa, una ensalada mixta y un poquito de bizcocho hecho en casa con harina integral y bajo en azúcar. Para la merienda puedes optar por otra fruta. Y, para la cena, una pechuga de pavo o de pollo, unos ciento cincuenta gramos en total, una ensalada de espinacas frescas y un yogur.
Con esta dieta perderás peso de manera eficaz y sin pasar nada de hambre. Tienes que tener en cuenta que es posible que, durante lo que dura la dieta, que es una semana, te sientas más decaído y sin tanta fuerza o vitalidad que como acostumbras a estar cuando no estás a dieta. Es normal, dado que tu cuerpo nota un cambio muy importante debido a ese cambio en la alimentación y, por lo tanto no debes preocuparte. Pero, si ese estado de cansancio y malestar que puede estar produciéndote la dieta se convierte en algo más grave, hasta el punto de no dejarte hacer tu vida normal diaria como debería, debes dejar la dieta de inmediato y ponerte en manos de un médico para que este te haga un chequeo, ya que es posible que padezcas alguna enfermedad como la anemia que se soluciona muy fácilmente (tomando una medicación muy concreta o cambiando el tipo de alimentación) pero que hay que detectar para curar. También tienes que evitar, durante lo que dure la dieta, hacer un ejercicio intenso. No es que no debas hacer nada de ejercicio, pero si lo haces tiene que ser moderado y nada que te desgaste demasiado físicamente, así que lo mejor es ir a andar, por ejemplo y, dejar los ejercicios más costosos para después de la dieta.