Cómo ser feliz con una enfermedad
¿Buscas cómo ser feliz con una enfermedad? Aquí te vamos a sugerir unas pautas, para ayudarte a ver que siempre hay que tratar de disfrutar de la parte positiva de la vida.
Es duro, cuando se recibe la noticia de que se tiene una patología, grave o crónica. Es puesto a prueba la capacidad más instintiva de reacción. El cambio llega sin preguntar. Solamente es así, quieras o no.
Aunque a veces resulta devastador, nos ofrece la oportunidad de dar la mejor parte que tenemos dentro. Es solo nuestro, el derecho de decidir sobre cómo encarar una dura situación como la enfermedad. Hay muchas variables que provocan reacciones muy diferentes, entre las personas que reciben un diagnóstico patológico.
El cerebro humano trae de serie tres tácticas posibles ante situaciones críticas: quedarse impasible, huir o pelear.
Ocurre de manera frecuente que, en el momento clave cuando se diagnostica a algunas persona un cáncer terminal, sencillamente no hacen nada y continúan viviendo, sin tener ninguna reacción ante lo que no es evitable.
La razón puede ser porque no tienen intención de alterar la vida de aquellos le rodean. También puede ser debido a una etapa de bloqueo. Esto genera una incapacidad que no permite encarar a la situación.
También, podemos encontrarnos con la huida. Esta es la estrategia que adopta la persona que dedica toda su energía a ir de especialista en especialista en busca de alguno que le pueda decir aquello que quiere escuchar.
Por último, tenemos la lucha, que en este caso se trata de aceptar y ser lo más consecuente posible con la realidad. También es conocer de manera profunda a su enfermedad, es decir, informarse y formarse.
También es estar preparado para combatir con todo tipo de armas, es decir, seguir los tratamientos prescritos correctamente, y luchar por mantener el cuerpo, la mente y el ánimo de la mejor manera posible durante el tratamiento.
Cómo ser feliz con una enfermedad
Hay que luchar por ser feliz mientras dure el proceso de una patología, independientemente de que sea grave, muy grave o incurable. Esto es realmente importante ya que se trata de la mejor herramienta con la que se puede contar para conseguir tener la calidad de vida mejor posible.
Entonces, ¿cómo ser feliz con una enfermedad? ¿Cómo se puede ser feliz cuando te vives un proceso no deseado de una afección?
Tienes que comenzar por el difícil hecho de cambiar tu manera de pensar. Aquí te explicamos algunas pautas que te podrán servir de ayuda.
Asume el problema
Negar la enfermedad, intentar resistirse o incluso oponerse, sirve nada más que para aumentar el dolor. De esta manera dificultarás el proceso de carácter emocional que de manera forzosa tendrá lugar. Es totalmente vital poder vivir junto con la enfermedad. No hay otra posibilidad.
Visualiza tu salud
En el ámbito de la salud, las imágenes mentales resultan muy importantes. Ayudan a lograr que el cuerpo, el organismo se convierta en nuestro aliado durante el proceso de curación.
En el año 1984, en el Centro Médico de George Washington, se consiguió demostrar que la visualización ayudaba a fortalecer el sistema inmunológico. Este es uno de los ejemplos de los muchos estudios realizados en el campo de las neurociencias en base a las imágenes mentales .
En la visualización sanadora, esta imagen mental se compone básicamente de tres etapas:
- Visualizar la enfermedad con los datos más fehacientes y objetivos de que dispongamos.
- Ser consciente de cómo la enfermedad está bajo el control de la atención médica. Así como de la medicación que se haya prescrito, y también por las defensas que tiene nuestro propio organismo.
- Visualizarnos a nosotros mismos de manera totalmente restablecida, sintiendo el cuerpo recuperado.
Qué depende de ti y qué no
Resulta también imprescindible saber distinguir qué depende de ti y qué no en lo que respecta a tu enfermedad.
Todos somos conscientes que tener una patología no es cuestión de querer, no es por gusto. Pero sí debe serlo el querer cuidarse, el querer pasarlo bien, o por lo menos no pasarlo mal innecesariamente. Hay que juntarse con gente que sirva de apoyo, y seguir al pie de la letra las prescripciones del doctor.
Cuando se comienza por asumir esto, es cuando se puede a realizar todo lo factible por tratar la enfermedad con una visión positiva.
Practica la relajación
Resulta muy recomendable incorporar a la rutina algún tipo de práctica relajante, como el yoga. En este enlace puedes aprender cómo meditar.
De entre los diversos beneficios que puede aportar a la salud, vamos a destacar:
- Regula los ritmos eléctricos del cerebro.
- Alivia la tensión de los músculos.
- Restringe la liberación de hormonas asociadas con el estrés.
- Regula el ritmo cardíaco y rebaja la presión arterial.
- Favorece la actividad intestinal.
- Incrementa el número de las células inmunitarias y su eficacia. Por ello, protege de enfermedades infecciosas.
- Surgen sentimientos de calma.
- Aumenta el control y la confianza en uno mismo.
Aprovecha los sentimientos negativos
Todos los sentimientos resultan aprovechables. No rechaces los sentimientos que son negativos, porque en realidad no lo son.
La realidad es que son mensajes que emite nuestro cuerpo, de nuestro subconsciente y debemos hacer por entenderlos y administrarlos de manera adecuada. No queda otra para llegar a ser feliz con una enfermedad.
Ser optimista
Es necesario tener una actitud positiva con todo lo que está asociado con la enfermedad. También hay que ser optimista con todo lo que rodea a la enfermedad. Hay que buscar la manera de levantarse cada día con una carga nueva de optimismo ante el nuevo día que tienes la suerte de seguir viviendo.
Practica la risa
La risa es uno de los mejores, si no el mejor, alimento para el alma. Por eso, debería ser obligatorio por ley ejercitar la risa. Disfruta del placer de reír como más te guste.
Una posibilidad es a través de un curso de risoterapia. Este te ofrecerá la oportunidad de tener una experiencia diferente, conocer gente interesante, relajarte, potenciar las emociones positivas, etc.
Disfruta del momento
Tienes que vivir centrando tu atención en el momento presente y no puedes obsesionarte con lo que tiene que venir.
A nivel emocional, uno de los mayores peligros es adelantarte a los acontecimientos. Por ello, en el momento en que te sientas angustiado o estés preocupado, busca una actividad que necesite toda tu atención
Tienes que entender de manera total el proceso al que te enfrentas, pero sin presiones excesivas que no te dejen ser feliz con una enfermedad.
Por desgracia, es muy frecuente perdernos lo que está pasando. También vivir de forma angustiosa pensando en un futuro hipotético al que tenemos miedo por ser desconocido.
La cuestión es encontrar planes que te ayuden a salir de ti mismo. Romper con el diálogo destructivo de tu interior que se presenta cuando alguien reduce toda su vida a la enfermedad.
Eres el dueño de tu vida
Es vital que no dejes que la enfermedad tome el control de tu vida. Seguro que te podrá limitar de alguna manera. Pero solo será un problema en los aspectos que permitas que sea.
Evita las personas negativas
Lo mejor es que te alejes de la personas que resultan negativas y que te chupan energía. Por el lado contrario, haz por rodearte con personas de carácter optimista. El optimismo es indispensable para ser feliz con una enfermedad.
Pero no te quedes encerrado en ti mismo, a nivel emocional no resulta bueno el aislamiento, déjate acompañar.
Como casi todo en la vida, lo adecuado es encontrar el equilibrio, también debes de tener tu espacio propio. A este respecto, entrar a formar parte de una asociación de afectados por la enfermedad puede ser un factor de apoyo para compartir experiencias con personas que viven una misma situación.
Volvemos a remarcar, que el espacio propio resulta imprescindible. Debes de sentirte libre, incluso obligado a pedir tus momentos privados cuando necesites estar solo.
Disfruta de hacer cosas que te gustan
No dejes que se te escape el tiempo entre los dedos. Dedícate a las cosas de las que más disfrutas. Es importante que recuperes la pasión para que la puedas llevar a todos los aspectos de la vida.
La vida comenzó el día que naciste. Y va ha terminar algún día. En el medio de nacer y morir hay que vivir. Si disfrutas de tocar la guitarra, pues tócala. Si lo que más te gusta es bailar, para comenzar no es demasiado tarde. Ya queda poco para terminar este artículo «cómo ser feliz con una enfermedad».
Evita el estrés
El estrés cuando no dura demasiado tiempo, te carga de energía, te prepara para la acción. Sin embargo, cuando dura demasiado tiempo el estrés, el organismo comienza a pasar factura. El cuerpo se encuentra cansado y siente el efecto de este modo de lucha o huida permanente.
El estrés provoca unos efectos que pueden resultar peligrosos, generando diferentes trastornos de salud tales como:
- Mayor vulnerabilidad a las infecciones.
- Agotamiento del sistema inmune.
- Padecimiento de problemas digestivos.
- Aparición de patologías cardíacas.
- Estados de ansiedad o depresión.
- Trastornos del sueño.
- Sobrepeso u obesidad
- …
Que la enfermedad no tome el control
No permitas que la afección que te toca padecer se apodere de ti. La enfermedad no te debe controlar a ti. Lee, estudia y conoce todo lo que tienes que saber sobre la enfermedad, su tratamiento y no dejes que se adueñe de ti.
Busca apoyo
Debes encontrar a las personas que te puedan ayudar. Sea un psicólogo, algún grupo de apoyo, tus familiares o amigos. Según las circunstancias, habrá momentos en los que puedas necesitar la ayuda de algunos, o de todos.
Dieta adecuada
Debes prestar atención a tu nutrición. Una dieta adecuada favorece nuestro sistema inmunológico para que se encuentre en las mejores condiciones. Esto le permitirá luchar contra todo agente patógeno que intente hacernos daño. No hace falta buscar: «Cómo ser feliz con una enfermedad» para mantener una dieta saludable, es totalmente aconsejable para todo el mundo.
La nutrición adecuada ayuda a nuestro cuerpo para conseguir trabajar a máxima capacidad. Esto mantiene a uno saludable, feliz y en buenas condiciones físicas. Siempre dentro de las limitaciones que imponga nuestra patología.
Puedes vencer a la enfermedad
Siempre tienes que albergar la esperanza de que existe la posibilidad de vencer la enfermedad. La tecnología y la ciencia avanzan muy rápido. Cada día se presentan nuevos tratamientos efectivos y avances científicos.
Usa tu cabeza
Tienes que utilizar la razón, o lo que es lo mismo, tratar de ser consciente y objetivo. Esfuérzate en pensar de la forma con más claridad en tu situación. En cómo te sientes, qué es lo que necesitas, qué puede ayudarte, qué dificultades tienes que superar. Y empéñate con todas tus fuerzas en conseguir que todo salga de la mejor manera posible.
Bueno, intrépido lector, aquí terminamos con este artículo sobre cómo ser feliz con una enfermedad. Nos llenaría de alegría el poder haberte ayudado en algo. Pero no te olvides que esta publicación tiene un carácter divulgativo, y nunca debe sustituir a la consulta de un profesional.