Propiedades y beneficios del ajo
El ajo es uno de los remedios naturales más utilizados con fines medicinales. Te invitamos a conocer las múltiples propiedades y beneficios del ajo. Este viejo conocido ha estado presente en todas las grandes civilizaciones y culturas, y se usa en la cocina de todo el mundo como condimento.
Desde el inicio, las propiedades y beneficios del ajo le han otorgado la fama de «espanta-enfermedades». ¿Quién no conoce la creencia de que sirve para ahuyentar a los temidos vampiros?
Vamos a dar un repaso a esta magnífica planta, para conocerla un poco más, y descubrir todas propiedades beneficiosas que puede aportarnos este espanta enfermedades.
El Ajo
El ajo, o allium sativum, es una planta perenne de hojas planas y delgadas, cuyas raíces llegan a alcanzar el medio metro o más. Tiene un bulbo compuesta de gajos que de manera general se denominan dientes. Está estrechamente relacionada con la cebolla, el puerro y la chalota.
Cada bulbo forma lo que de manera común se conoce como cabeza, y puede albergar desde seis hasta veinte dientes. Y cada diente es capaz de convertirse en una nueva planta de ajo, porque en la base de cada gajo tiene una yema terminal con un gran poder de germinación. Ni siquiera es necesario plantarlo.
Esta planta tiene hecha flores blancas, y un par de semanas antes de que llegue el momento de la cosecha, brota un vástago llamado porrino. Este vástago redondo que tiende a enroscarse, está considerado una delicia gastronómica.
Una de las características más particulares de esta planta, es el fuerte aroma que desprende al ser cortado. Esto es debido a dos sustancias, el disulfuro de alilo y la alicina.
Esta especie ha sido tradicionalmente clasificada dentro de la familia de las liliáceas, aunque actualmente existe cierta polémica porque se ha introducido dentro de las amarilidáceas.
Historia y cultura del ajo
Según los estudios moleculares, se considera muy probable que provenga de Asia occidental, y se cultiva desde hace más de 7.000 años.
Esta planta ya era conocida y cultivada por griegos y romanos, aunque parece que el término «allium» proviene del pueblo celta, y significa «quemar».También el pueblo babilonio, el egipcio, o el chino ha dejado constancia documentada de su uso. Históricamente, esta planta ha sido utilizada por sus propiedades medicinales para la salud.
Actualmente, es cultivado en muchos lugares del mundo, y además de aprovechar las propiedades y beneficios del ajo, es un ingrediente fundamental en la cocina gracias a su intenso aroma y sabor.
De su composición química destacamos que las características del ajo están determinadas por la fertilidad del suelo donde se cultiva. Esta planta consigue un 0.25% de aceite esencial por destilación.
Respecto a su toxicidad, es muy reducida. Debido a sus propiedades anticoagulantes, se desaconseja las dosis elevadas de ajo crudo o en extractos, en los casos de hemorragia.
Tampoco se recomienda un consumo abusivo y continuado (3-4 dientes grandes al día), ya que puede producir una irritación estomacal. Igualmente es aconsejable evitarlo durante el periodo de lactancia, porque puede transferir un sabor desagradable a la leche materna.
Cómo consumir el ajo
Esta planta tiene una amplia utilización en farmacología, y es muy utilizada dentro de la medicina naturista. Según los efectos medicinales buscados en el ajo, debe ser ingerido crudo o cocido, ya que tiene diferentes propiedades según se prepare.
- El ajo crudo machacado, cortado o masticado, produce la mezcla de la alinasa con la aliina, resultando la sustancia conocida como alicina, la cual es responsable de muchas de las potentes propiedades y beneficios del ajo. Cuando el ajo es cocinado, este compuesto es eliminado.
- La cocción del ajo produce la liberación de otros compuestos diferentes, como el ajoeno y la adenosina. Estos elementos ayudan supuestamente a reducir el colesterol, y tienen propiedades anticoagulantes.
Es muy sencillo incorporar esta planta a nuestra dieta, para aprovechar las propiedades y beneficios del ajo. Además, existen otros diferentes formatos para su consumo:
- Concentrado de ajo.
- Ajo en polvo.
- Extracto de ajo.
- Aceite esencial de ajo.
No es necesario matar al resto de personas con tu aliento a ajo. Busca el equilibrio, y fíjate en la respuesta de tu cuerpo. No le sienta a todo el mundo de la misma forma. Pero si comienzas a utilizarlo cada mañana, en pocos días comenzarás a notar sus efectos.
Se considera la dosis mínima para lograr los efectos terapéuticos de esta planta, el consumo de un diente con las comidas, 1-2 veces al día.
Propiedades y beneficios del ajo
Veamos ahora la multitud de virtudes que ofrece el consumo de esta planta para nuestro organismo.
Alto valor nutritivo sin calorías
El ajo tiene muy pocas calorías, pero un alto valor nutritivo. Es rico en vitamina C, manganeso y en vitamina B6. También tiene pequeñas cantidades de vitamina B1, hierro, calcio, fósforo, cobre y potasio.
Antibiótico natural
Es un potente antibiótico natural para hacer frente a virus, hongos y bacterias. Entre las propiedades y beneficios del ajo, destaca su poder antibiótico, ayudando a curar infecciones. Igualmente fortalece el sistema inmunológico y favorece la rápida cicatrización de heridas.
Mejora la circulación de la sangre.
La homocisteína es la responsable de endurecer los vasos sanguíneos. La vitamina B presente en el ajo disminuye el nivel de esta sustancia. Gracias a esta cualidad del ajo estamos ayudando a prevenir la formación de coágulos rebajando el espesor de la sangre.
También hay menor riesgo de padecer un trombo, y reducimos la probabilidad de sufrir afecciones en las arterias coronarias. Ingerir un diente de ajo en ayunas nos cuida de todos estos problemas.
Reduce el colesterol
Reduce el colesterol en sangre y la formación de ateromas. El ajo tiene beneficios cardiovasculares. Ayuda a rebajar el colesterol total y el LDL (lipoproteína de baja densidad), que es el «colesterol malo». Se estima que el ajo puede reducir entre un 10-15% del colesterol.
Por otra parte, no afecta al colesterol HDL, el «bueno», ni a los triglicéridos. Debemos reflejar que esta propiedad del ajo ha sido y sigue siendo puesta en tela de juicio.
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Reduce la hipertensión
Ayuda a rebajar la hipertensión gracias a sus compuesto activos. Se utiliza en el control de patologías cardíacas porque rebaja el bloqueo de las arterias y la presión arterial. Una de las causas de muerte más común en el mundo es la enfermedad cardiovascular. Por ejemplo, el derrame cerebral o el infarto. Y la hipertensión es una las causas más determinantes en este tipo de enfermedades.
El ajo ayuda contra la hipertensión gracias a la alicina, que consigue disminuir la presión arterial y favorece el transporte y circulación de oxígeno a los órganos. Esto conlleva un menor estrés para el corazón.
En un estudio se demostró que el extracto de ajo envejecido, aplicado en dosis de 600-1500 mg, fue tan eficaz como el fármaco Atenolol. Aunque sí es cierto que la cantidad necesaria de alicina es considerablemente alta. Aproximadamente 4 dientes de ajo al día.
Favorece el Hígado
Estimula las funciones del hígado. El ajo ayuda en la depuración de toxinas y eliminación de parásitos. Esta planta es abundante en vitaminas A, B y C, las cuales favorecen los procesos hepáticos.
Su capacidad antiinflamatoria está muy recomendada para aquellas personas que padecen de hígado graso. Se aconseja comer un diente de ajo al día.
Reduce las intoxicaciones de metal pesado
De entre las muchas propiedades y beneficios del ajo, destaca también, la ayuda a desintoxicar el organismo de metales pesados. Los compuestos de azufre que contiene el ajo cuidan contra el daño producido por la toxicidad de los metales pesados. Por ejemplo, el mercurio o los restos de fármacos que el hígado no es capaz de procesar.
Se realizó un estudio en personas con una alta exposición al plomo. El ajo redujo los niveles en sangre de este metal pesado en un 19%. Igualmente rebajó muchos síntomas clínico de intoxicación, como fueron la hipertensión y los dolores de cabeza.
Favorece la salud ósea
Ayuda a mejorar la salud de los huesos. No se ha estudiado en humanos, pero se han realizado experimentos en roedores, que han demostrado que el ajo aumenta el estrógeno en las hembras. Esto minimiza la pérdida ósea.
Igualmente, un estudio sobre mujeres con la menopausia demostró que una dosis diaria de extracto de ajo seco, equivalente a dos gramos de ajo crudo, rebajaba el índice de deficiencia de estrógeno. Esto significa que una de las propiedades y beneficios del ajo, es favorecer la salud ósea en las mujeres.
Refuerza contra la anemia
Útil contra la anemia. El ajo estimula los jugos gástricos y favorece la asimilación del hierro. Por esto, es muy recomendable para la anemia.
Previene la demencia y el alzheimer
Otra de las propiedades y beneficios del ajo es que alberga antioxidantes que contribuyen a prevenir la demencia y el alzheimer. Estos antioxidantes apoyan los mecanismos de protección del organismo, contra la oxidación que produce el envejecimiento.
Ha sido demostrado que el consumo elevado de suplementos de ajo, reduce de forma notable el estrés oxidativo en individuos que padecen hipertensión. Esto se debe al aumento de enzima antioxidantes en el organismo.
Estas propiedades antioxidantes, junto con la disminución de la presión sanguínea y del colesterol, previene ante enfermedades cerebrales como la demencia y el alzheimer.
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Ayuda contra las enfermedades comunes
El ajo es un fuerte aliado contra el resfriado común. Según un estudio, el ajo ayudó a reducir el número de resfriados en un 63%. Asimismo, redujo la duración media de los síntomas del resfriado en un 70%. De 5 días, a solo un día y medio.
Por lo tanto, para aquellas personas propensas a padecer resfriados, ajo en la dieta. Previene y ayuda en enfermedades comunes como es el resfriado o la gripe.
Además, el ajo tiene características descongestionantes, siendo excelente para paliar problemas pulmonares, como puede ser tener los bronquios llenos de mucosidad. Para aquellos que padecen sinusitis, se aconseja hacer vahos o tomar jarabe a base de ajo.
Aumenta el rendimiento atlético
Ayuda a mejorar el rendimiento atlético. De manera tradicional, se ha utilizado para mejorar la capacidad física y paliar la fatiga. Ya se administraba en la Antigua Grecia a los atletas olímpicos.
Hay estudios en roedores que demuestran que el ajo ayuda en el rendimiento deportivo. Aunque no se han demostrado beneficios en personas sanas, si que ha quedado patente gracias a otro estudio, que en personas con enfermedades cardíacas mejora el rendimiento.
Cuida de la piel
Protege nuestra piel. El ajo permite cuidar y regenerar la piel debido a que es rico en antioxidantes. Reduce el acné y favorece la renovación celular. Esto permite una piel más joven y tersa. Toma un diente de ajo en ayunas, y después un vaso de agua.
Otras cualidades del ajo
- Frena los daños causados por el reumatismo y la arteriosclerosis.
- También ayuda a mitigar la depresión y el estrés.
- Aumenta el nivel de insulina en el organismo.
- Además, previene ciertos tipos de cáncer y determinadas complicaciones de la diabetes mellitus.
- Es destacable que el ajo se comporta como un repelente natural para el control del caracol africano, así como el cedro.
- Otras propiedades y beneficios del ajo permiten luchar contra las verrugas y también actuar como un eficaz vermífugo, es decir, acaba con las lombrices intestinales.
- El ajo y los mosquitos. Esto sigue siendo una leyenda, puesto que no se ha demostrado de manera científica que los individuos que consumen ajo, sean capaces de repeler a los mosquitos y a sus irritantes picotazos.
Contraindicaciones del ajo
Como comentamos al inicio del artículo, la toxicidad del ajo es muy reducida.
Si tienes problemas con las hemorragias, o tomas algún medicamento con propiedades anticoagulantes, evita el consumo de ajo diario. Es un anticoagulante natural.
El ajo tiene un alto contenido en yodo. Por lo que no debes consumir tampoco ajo de forma diaria si sufres de hipotiroidismo.
No es aconsejable un consumo abusivo y continuado (3-4 dientes grandes al día), ya que puede producir una irritación estomacal, así como dolores abdominales, náuseas, vómitos, diarreas… esto mismo puede ocurrir por el consumo de ajo con el estómago vacío.
El ajo tampoco se recomienda durante el periodo de lactancia, porque puede transferir un sabor desagradable a la leche materna.
No tomes ajo de forma continua si tomas algún fármaco para el corazón.