4 deliciosas recetas con piña

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Por todos es sabido que consumir piña es muy beneficioso para nuestra salud. Cuidar lo que comemos y hacer un poco de ejercicio constante son las claves para tener una vida sana y un cuerpo saludable. Por eso, es importante que prestemos atención a lo que comemos y a lo que incluimos en nuestra dieta diaria. Ser conscientes de esto es una tarea que al final resulta muy sencilla: basta con querer aprender un poquito más sobre los alimentos para saber qué beneficios nos aporta cada uno. Después solo tendremos que echarle un poco de imaginación para hacer que esos alimentos estén a diario en nuestra dieta.

Beneficios de la piña.

La piña es muy conocida por su alto poder diurético. Eso significa que nos ayuda a eliminar líquidos retenidos, llevándose con ellos muchas toxinas que nuestro cuerpo no necesita.

Por eso la piña se usa en muchas dietas en las que se busca eliminar la mayor cantidad posible de líquido acumulado. El consumir piña a diario puede ayudarnos a eso. Este poder diurético también lo tienen otros alimentos, como por ejemplo la cola de caballo. Pero lo bueno de la piña es que además tiene multitud de vitaminas, sobre todo vitamina C, por lo que es imprescindible para combatir los radicales libres y, por lo tanto, ayudar a proteger nuestro sistema inmunitario.

Además, también tiene calcio, fósforo y magnesio. Por no hablar de lo buenísima que está y de todas las posibilidades que nos ofrece a la hora de usarla en la cocina.

Ahora que ya sabes todo esto, seguro que quieres saber alguna receta fácil para añadir a tus menús en los que la piña tenga un gran protagonismo. Yo lo que suelo hacer es comprar las piñas enteras, evitando comprar la que viene en lata o en bote. Hay algunas marcas que ofrecen la piña en lata y que no le añaden azúcar, pero sí que le añaden néctar, que viene siendo casi lo mismo que el azúcar. Así que si quieres aprovecharte de todas las ventajas que esta fruta tropical te puede ofrecer, lo mejor es que la compres entera, natural. Para saber que está en su punto, tienes que tirar de una de las hojas centrales, de las pequeñas. Si sale con facilidad, es que está madura. Si te ha costado arrancar esa hoja, mejor coge otra piña porque a esa todavía le queda un tiempo para madurar. También puedes saber el grado de maduración de la piña apretando un poco con tus dedos la parte inferior de la misma. Tienes que notar que se hunde un poquito pero no demasiado.

Una vez que tengas tu piña perfecta, es hora de cocinar.

1. Ensalada de piña y marisco.

La primera receta que te traigo es una receta muy sencilla y que yo hago absolutamente todas las Navidades. Es la ensalada de piña con marisco. Para ello necesitarás una piña, palitos de cangrejo, lechuga iceberg, maíz, gambas peladas y cebolla. También necesitarás salsa rosa, aunque la verdad es que yo prefiero hacerla por mí misma, ya que es tan fácil como mezclar salsa kétchup con mayonesa. Las cantidades pueden variar dependiendo del gusto de cada persona. A mí me gusta que sea más oscura, por lo que la cantidad de kétchup que echo es mayor que la cantidad que usarán las personas que quieren que la salsa sea más suave y tienda más al sabor de la mayonesa.

Una vez que tengamos los ingredientes, la preparación es muy sencilla: partimos la piña por la mitad, sin quitarle las hojas. Para ello necesitaremos un cuchillo muy grande y bien afilado, para asegurarnos de que el corte es completo. Después tendremos que vaciar la piña. Para ello, yo lo que hago es hacer cortes en la carne de la piña como si estuviera dibujando cuadrados. Después, con una cuchara, voy quitando todos los trozos uno a uno hasta que quede completamente vacía. Ten cuidado de no romper la cáscara de la piña, porque luego la vas a usar como recipiente para presentar la ensalada.

Una vez que esté la piña vacía del todo, es hora de empezar a preparar el resto de ingredientes: basta con cortarlos en trocitos pequeños e ir poniéndolos en una fuente, para después añadir la salsa rosa al gusto de cada uno. Mi consejo es que cortes la lechuga iceberg en juliana (haciendo tiras, en vez de cuadrados) para que la presentación quede mucho más bonita. Después solo tendrás que poner el resultado dentro de las piñas vacías y adornarlo poniendo unas gambas por encima de la ensalada.

Es un plato muy refrescante y que a todo el mundo le gusta. Yo lo pongo siempre en Navidad porque, cuando hay tantas comidas copiosas, a la gente le gusta también tener algo que les refresque un poco y le dé la sensación de que está comiendo algo ligero.

Siempre se busca tener una ensalada a mano y esta es una buena opción, ya que además, al contener piña, estamos consiguiendo un efecto diurético en los comensales que es muy necesario, sobre todo en esas fechas, para que no se sientan hinchados después de comer.

2. Filetes de lomo con piña.

Ya hemos visto cómo hacer una buena ensalada, un primer plato, usando la piña como ingrediente principal. Ahora vamos a ver cómo preparar un plato de carne que contenga piña y que esté delicioso. Para ello, os traigo la receta de filetes de lomo con piña.

Los filetes de lomo, sobre todo si son de cerdo, tienden a ser aburridos y monótonos. Lo cierto es que son muy sanos, porque apenas contienen grasa y son bajos en calorías. Pero su preparación suele ser siempre la misma: hacerlos a la plancha con alguna especia y poca cosa más. Esto puede llevarnos a pensar que este plato es tedioso y que los filetes de lomo no son nada versátiles. Pero la verdad es que quedan muy bien cuando se cocinan con alguna salsa que les aporte jugosidad. Por supuesto, buscamos que ese acompañamiento no tenga un poder calórico demasiado alto, para no estropear todos los beneficios que nos dan los filetes, así que tenemos que elegir uno que sea ligero, que esté rico y que sea muy sano. De ahí que haya elegido la piña como acompañante.

Para esta receta necesitarás medio kilo de lomo, media piña (como siempre, natural), 75 gramos de nada que sea baja en calorías y una taza de caldo. Este caldo se recomienda que sea casero, pero si no tienes, puedes comprarlo hecho en cualquier supermercado. Eso sí, procura buscar uno que sea bajo en sal (porque estos caldos precocinados tienen demasiada) y que no lleve demasiados aditivos como conservantes; en definitiva, busca el más natural posible).

Una vez que tengas los ingredientes, comienza la preparación: dora en una cazuela los filetes, hasta que cojan un poco de color. Después colócalos en una bandeja, añade el caldo y los trozos de piña por encima. Mételo en el horno durante una media hora. Después pon todo en la cazuela de nuevo y añade la nata. Déjalo al fuego durante un par de minutos y luego sírvelo decorando con trozos de piña.

Es una receta muy fácil, con pocas calorías, muy ligera, muy rica y, sobre todo, muy original.

3. Rollitos de piña y jamón.

La tercera receta que te traigo se llama rollitos de piña con jamón. Su elaboración es un poco más compleja que las anteriores. Necesitarás pasta brick, cien gramos de jamón cocido, unos doscientos de guisantes, una cuarta parte de una piña, una cebolleta, media lechuga y cien gramos de queso untable.

Primero tienes que hacer una especie de puré de guisantes: rehoga la cebolleta y cuando esté dorada añade los guisantes. Mantén todo rehogándolo durante unos diez minutos. Añade agua (la suficiente para cubrir los guisantes) y cuando esté todo cocido, retira del fuego y tritura todo con una batidora hasta que obtengas el puré. Después corta en juliana la lechuga, asegurándote de que está completamente seca, para evitar que los rollitos tengan agua. Después añade a esa lechuga el jamón y la piña, ambos cortados en cuadraditos y cuidando que la piña esté bien escurrida también (para ello, después de cortarla, la puedes poner encima de un colador durante unos minutos, para asegurarte de que escurre bien). Luego extiende la pasta brick sobre una superficie limpia, úntala con queso y rellena con la mezcla de la lechuga, el jamón y la piña, teniendo cuidado de que colocas la mezcla en el centro de la pasta, para que puedas cerrarla sin problema y no se salga la mezcla cuando lo vayas a freír. Cierra la pasta haciendo sobrecitos y fríe los rollitos en aceite de oliva bien caliente. Sácalos del fuego cuando estén dorados y ponlos en papel absorbente para que cojan el aceite que sobre. Sírvelos encima de la crema de guisantes.

Esta receta es una buena forma de introducir la fruta en la dieta diaria, sobre todo en la de los niños si a estos les cuesta comer fruta. Aunque tiene el problema de que los rollitos son fritos y, por lo tanto, la carga calórica va a ser bastante, lo bueno que tiene es que el contenido es rico en vitaminas y al menos estás comiendo algo que tu cuerpo va a aprovechar.

4. Compota de piña.

La última receta que te traigo es un postre: compota de piña. Todo el mundo conoce la compota de manzana y estoy segura de que en todos los hogares se hace al menos una vez al año. Pero no se oye hablar de la compota de piña, que es igual de rica y con muchísimas vitaminas. Es imprescindible para el invierno, ya que al contener tanta vitamina C, nos protege contra los resfriados y los catarros.

Necesitarás una piña entera, cincuenta gramos de pasas, cincuenta de azúcar moreno, dos limas, un cuarto de kilo de queso fresco y seis galletas tradicionales.

Primero tendrás que obtener la ralladura de una lima y conservarla. Después, en un cazo en el que habremos puesto un litro de agua, tendremos que añadir el zumo de la otra lima, así como el azúcar y las pasas. Tendremos que dejar reducir esa mezcla hasta que el aspecto sea de jarabe denso. Tienen que salir unas ocho cucharadas más o menos de ese jarabe.

Después pela la piña y córtala en cuadraditos. Coloca el resultado en un bol grande y añade el jarabe que resultó del paso anterior. Deja que el jarabe enfríe un poco y cuando ya lo hayas conseguido, tapa el bol con papel trasparente y mételo en el frigorífico.

Mientras tanto, machaca las galletas y corta el queso en dados. Para servir: coloca la piña en un bol, con las galletas y la ralladura de lima espolvoreadas por encima y con trocitos de queso. Tendrás un postre riquísimo.

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