Cómo escuchar

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Los seres humanos, desde que nacemos, somos individuos naturalmente sociables. Esto quiere decir que necesitamos relacionarnos con otras personas para conseguir sobrevivir en el planeta. Para ello necesitamos escuchar al otro.

Inicialmente requerimos la compañía de nuestros familiares o personas más cercanas, a medida que crecemos se nos hace más fácil comunicarnos con desconocidos haciendo que poco a poco consigamos amigos.

Más adelante, finalmente, logramos la anhelada pareja pero a través de los años raramente estamos solos y en todas las etapas necesitamos escuchar y ser escuchados.

Cómo escuchar

A pesar de todo lo anterior solemos ser bastante egoístas con respecto a la elección de esas personas a las que verdaderamente escuchamos. Es por ello que no a todos individuos se les reconoce por la facultad de saber escuchar a los demás. Casi siempre podemos hablar infinitas horas, prestando atención a lo que nos sucede pero obviando a los forman parte de nuestro ambiente.

Pero es que saber escuchar o aprender el cómo escuchar tiende a ser bastante complejo, lo que genera que no cualquiera pueda realizarlo sin ser realmente consciente de ello. Pero tomando en cuenta lo siguiente podrás aprender a realizar este gesto y estrechar lazos con las personas que realmente te interesa hacerlo.

El silencio es lo primero

Antes de saber cómo escuchar debemos hacernos consientes del silencio que debemos emitir. Puede sonar contradictorio hablar de emisión de silencio pero es que es complicado de conseguir en la mayoría de las ocasiones. Este pequeño gesto es la forma más práctica de hacer sentir a la otra persona que su conversación nos interesa profundamente y que por eso estamos callados.

Pero hay que tener cuidado ya que el silencio es una tentación para caer dentro del propio pensamiento y sumergirse sin salida en otros temas. Por ello es el inicio para escuchar pero no es lo único que se toma en cuenta al respecto.

Verdadera atención

Acompañando muy cerca al silencio esta la verdadera atención. Una cosa conjuga con otra, para establecer el proceso de la verdadera escucha. Prestar atención es estar respetuoso ante lo que la otra persona nos está proponiendo. Es tomar en cuenta lo que se nos dice y espera el momento indicado para opinar, si se nos pide.

El escucha presta atención desde el principio hasta la última frase que emite el otro individuo, así el tema no sea de su interés. En las relaciones más largas es un factor muy difícil de lograr ya que pretendemos adivinar lo que la otra persona está por decirnos o, peor aún, creemos que ya sabemos lo suficiente de ellas como para dedicarle nuestra escucha.

Visualización

En cuanto a prestar atención lo primero es la visualizan. Sabemos que te estamos hablando de escuchar antes que nada, pero para hacerlo hay que fijar la vista en la otra persona que nos está comentando sobre algún tema. De hecho es tan fundamental que es uno de los modales básicos a la hora de entablar cualquier tipo de conversación.

Visualizar a esa persona nos permite hacer conexión inmediata. Esta conexión se ve enfatizada cuando los oídos también se conectan y las palabras comienzan a viajar por el aire, entre la visión y el sonido. Mantenernos concentrados en la otra persona, mirándolo fijamente, es una forma de emitir mensajes y recibirlos de forma indirecta lo que hará de charla algo más cómodo para ambos.

Palabras y gestos

Ahora que visualizas a esa persona también debes tomar en cuenta cada una de las palabras que dice y sobre todo el cómo las está diciendo. Tomar en cuenta la entonación que le colocas a cada frase y el ritmo que lleva el tema del que se está hablando, es una forma muy atenta de escuchar.

Cómo escuchar

Equivalentemente hay que observar los diferentes gestos que tu emisor hace con su cuerpo. Cada uno de ellos, ya sean con las manos, pies, rostro o cualquier otra parte; serán un indicativo de la relevancia que tiene para él o ella lo que te comenta. Además es una forma de percibir naturalmente, sin preguntarlo, cómo se siente respecto a la conversación.

Tanto las palabras como los gestos pueden indicarte lo que siente la otra persona en todos los aspectos. De hecho son tan fundamentales que te harán saber si el interlocutor está cómodo con tu presencia y sobre todo si siente que realmente estás atento a su hablar.

Omite tus propios pensamientos

Cuando escuchamos atentamente lo mejor es apagar nuestra mente por el tiempo que dure la conversación. Es bastante difícil sobre todo si nos interesa genuinamente lo que se nos está hablando, pero en ocasiones hay que hacerlo. Puede que tu mente sienta la necesidad de expresar con palabras lo que opina con respecto al tema discutido, pero ya tendrá su momento para lucirse.

También se ha da la situación que tus propios pensamientos hacen que te desconcentres del tema y por ende pierdas la facultad de escuchar muy rápidamente. La mente puede llegar a jugar un papel clave en el aprendizaje para ser un buen escucha, por esta razón hay que aprender a controlarla.

No queremos hacer sentir incómodo a la otra persona emitiendo frases o sonidos que no tengan nada que ver con el tema que se está hablando. Igualmente debemos evitar emitir nuestras opiniones si no son pedidas ya que la conversación podría pasar a estar entorno a ti, perdiendo nuevamente la facultad de escuchar por la que tanto has trabajado.

No hacer otras actividades mientras te hablan

Es tan incómodo cuando la persona que se supone que nos está escuchando comienza a hacer cualquier otra actividad para no perder tiempo o adelantar su rutina. El escuchar se basa principalmente en dedicar precisamente esos minutos a la otra persona, debido a esto es fundamental dejes de hacer otras cosas y te concentres en la plática que está ocurriendo.

Puede que tengas en la mente mucha de las cosas que necesitas hacer, pero si has ofrecido escuchar a otro no puedes simplemente omitir esa promesa. Relájate y deja pasar el tiempo con calma, de esta forma harás sentir al otro muy cómodo. Créeme que se notará la dedicación que le colocas al respecto y le darán ganas a esa persona de repetir tu compañía.

Cuida tus gestos

Así como debemos prestar atención a los gestos de los demás, también debemos tener cuidado con los propios a la hora de escuchar. Un mal gesto hecho con cualquier parte de tu cuerpo es señal de que no te interesa lo que se te está hablando, por lo que podrías hacer sentir muy mal a esa persona.

De hecho ha pasado que incluso los movimientos son señal de aburrimiento o que pueden llegar a ser el comienzo de alguna discusión en particular, debido a que el otro no se siente verdaderamente escuchado.

Ten presente esto la próxima vez que te dediques a escuchar a alguien. La idea es que ambos puedan interactuar entre sí, pero sobre todo que los sentimientos que florecen de la otra persona sean recibidos con buena disposición. Puede que esta sea un de las partes más complicadas, pero te será de mucha ayuda, así que disimula un poco si estas ante algo que no te interese.

Olvídate de ti mismo

Para poder escuchar adecuadamente debemos tener presente, desde la primera palabra, que la conversación no gira entorno a nosotros. Puede que sea un tema que nos interese, incluso que nos involucre, pero es el momento del otro individuo para emitir sus comentarios y opiniones con respecto a ese tema en concreto.

En ocasiones los temas son tan interesantes que es casi imposible no sentirnos identificados y que por ende queramos emitir comentarios sobre como nosotros actuaríamos en esos casos. Este no es el momento para trasmitir sino más bien para recibir lo que la otra persona tiene para decirnos.

De hecho para poder ser un buen escucha hay que saber cuáles son los momentos adecuados para intervenir, de modo que sea satisfactorio para ambos. Aprende a distinguir las palabras del otro y sus finales de frase, esto se aprende con los pasos anteriores.

No te conviertas en psicópata, escucha con cariño a la otra persona y, con ello,empatiza.

Involúcrate en su historia

Un buen escucha se involucra en el relato que se le está contando, pero sin interferir demasiado. Habrán momentos de pausa donde podrás intervenir y hacerle saber a la otra persona que le estas prestando la suficiente atención como para implicarte en lo que se te cuenta.

De hecho esta será la forma de hacerle saber a tu compañero que los detalles que te ha relatado son de tu importancia y que por ello lo escuchas. Algunas temas pueden ser más aburridos que otros pero debemos de hallar la manera de mantenernos interesados para que la conversación se repita y la relación siga estrechándose.

Pregunta de ser necesario

Las preguntas también serán un factor fundamental, de hecho son la única forma de permitir las interrupciones dentro de arte de escuchar. Igual que lo que te comentamos anteriormente sobre las intervenciones, las preguntas también será una forma de hacer saber que está prestando atención.

De hecho son fundamentales para la compresión de lo que se está hablando. Por más que estés escuchando, si no te queda claro alguna parte de lo que te han dicho, automáticamente perderás muchos datos que serán relevantes a lo largo de la conversación. Para que esto no suceda detén por unos segundos a la otra persona y pídele que te explique las dudas, para así poder seguir conectado con el tema.

Cómo escuchar

Deja de lado la ansiedad cuando quieras escuchar a alguien de corazón y con sinceridad.

Si no estás de acuerdo omite las críticas

Al escuchar no podemos simplemente sentarnos a criticar al otro sobre lo que nos comenta. Sobre todo si son temas delicados que generan alguna clase de sentimiento profundo sobre la otra persona. Si esa persona se está abriendo con respecto a ese tema es porque siente que tienes la capacidad para escucharlo atentamente.

La idea es que el otro no se sienta juzgado o señalado por ti. Por ello es sumamente fundamental que aprendas a distinguir el momento idóneo para emitir comentarios. Conjuntamente estos deben ser con el permiso del hablante y sobre todo con extremo tacto.

Las críticas con respecto a cualquier tema no dejan nada positivo. Por ello si no queremos estar expuestos ante ella lo mejor es que las omitamos. Equivalentemente aprenderemos a tener una mejor escucha si poco a poco nos liberamos de estos comentarios que no le hacen ben a ninguna de las dos partes.

Además, escuchando, podrías aprender a identificar a las personas tóxicas.

Escuchar es más que solo oír

Escuchar y oír pueden sonar incluso como sinónimos y si las buscas en el diccionario los conseguirás como lo mismo, pero en el contexto de las relaciones interpersonales no pueden emparejarse. Oír es simplemente saber que hay algún tipo de sonido a nuestro alrededor, en este caso que se nos está diciendo algún tipo de mensaje.

Escuchar en cambio es prestar verdadera atención, es dedicar tiempo de cálida y sobre todo hacer sentir bien a la otra persona, tomando en cuenta sus palabras. Por este motivo es que escuchar es tan fundamental para establecer y mantener las relaciones interpersonales de cualquier tipo.

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