Cómo masturbar a una mujer
La masturbación es un tema del que todavía no conseguimos hablar abiertamente. La verdad es que no hay ningún motivo, ya que es algo natural y muy bueno para nuestra salud. También nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos, saber qué nos gusta y qué no. El hecho de que tengamos sexo no implica que no nos podamos masturbar, aunque en la mayoría de casos, es mejor hacerlo con una pareja. En este artículo hablaremos de cómo masturbar a una mujer. También es posible que te interese cómo son los tatuajes para las mujeres.
Independientemente de si seas hombre o mujer, no todas las personas somos iguales. Aunque las mujeres pueden tener más ventaja en este tema por la falta de empatía masculina en este tema. Ellas si saben que es importante. Porque en alguna ocasión seguramente han sentido que no se le daba la atención que ello requiere. Pero, como hemos dicho antes, no todas las personas son iguales y no a todas las mujeres les gusta lo mismo. O al menos, de la misma forma. Antes de leer consejos de cómo mejorar nuestra técnica para con las mujeres, deberemos parar a pensarnos en qué le gusta a esa persona. Es muy beneficioso para ambas partes el hablar del tema y tener una comunicación fluida sobre los gustos.
Masturbar a una mujer
Los preliminares tienen gran importancia a la hora de intimar. Sin unos buenos preliminares es probable que no lleguemos en el punto de excitación que deberíamos. Por eso hemos de tomar el tiempo necesario en esta tarea, ya que las dos partes saldremos ganando. Tener a una compañera totalmente entregada en el coito hará que disfrutemos más, pero esto no se consigue sin una buena estimulación. Estos son los pasos que deberemos dar:
– No ir demasiado directos. Si hay algo que nos de placer, eso es conseguir algo que previamente hemos deseado. Si, por ejemplo, comemos antes de tener hambre, puede que la comida nos sepa bien. Pero no disfrutaremos de ella. Disfrutaremos mucho más si esperamos a tener hambre para luego comer. Con esto quiero decir que no hay que ir directamente a tocar las partes íntimas de una mujer. Primero hay que jugar, pasar la mano por otras zonas. Incluso cerca de sus zonas erógenas. Tampoco hay que jugar demasiado, ya que hacer sufrir un poco está bien. Si hacemos sufrir demasiado puede que acabemos con la paciencia de nuestra compañera.
– Conocer las partes de la vagina. Es importante saber que partes son las que hemos de tocar durante la masturbación y cómo. De esta manera sabremos por dónde empezar e interpretaremos mejor las señales.
Estar pendientes
– Empezar a masturbar. Con la yema de los dedos podemos empezar, suavemente, a acariciar el clítoris. Es una zona muy sensible. Esto tiene su lado bueno y su lado peligroso. El lado bueno es que cuando empecemos a tocar el grado de excitación de la pareja aumentará. El peligro es que debemos de ser delicados, ya que justamente por ser una zona muy sensible podemos llegar a hacer daño. La velocidad también es un factor que deberemos controlar. Hay que ir despacio y suave e ir incrementando la intensidad según sintamos las reacciones de la mujer.
– No hay que centrarse en sólo un punto. Seguramente, llegados a un punto de temperatura, ella nos pida que introduzcamos los dedos en la vagina. Hay que estar atentos, ya que puede que lo pida indirectamente y de forma sutil. Si esperamos que nos estén dando instrucciones para dar el siguiente paso, es una mala señal. Por eso es importante no estar estancados en una sola zona.
-Vagina. Cuando introduzcamos los dedos en la vagina, la mejor forma es hacerlo con la palma de la mano hacia arriba. El proceso es el mismo. Hay que ir poco a poco. Es una zona también muy sensible y en ella se encuentra el punto G. Con el dedo índice y corazón con las yemas de los dedos mirando hacia arriba podremos encontrarlo. Al introducirlos rectos y de esa forma, doblaremos los dedos ligeramente. Es parecido al gesto de «ven». Es importante empezar suave y medir sus reacciones para saber qué estamos haciendo bien. Si vemos que algo le gusta, significa que podemos seguir de la misma manera. Por otra parte, si notamos que lo que estamos haciendo no produce ningún efecto o que la intensidad de los gemidos no es la misma, deberemos probar otra cosa.
Movimientos de la mano
Seguramente nos estamos preguntando, una vez introducidos los dedos en qué dirección dirigirlos. Esto es algo que debemos de resolver nosotros mismos, en plena acción. No hay unos movimientos específicos o una velocidad concreta. Tal y como hemos aconsejado, hay que ir poco a poco y viendo las reacciones de la otra persona. En cuanto a los movimientos es cuestión de probar y explorar la zona. No hemos de tener miedo.
Conocer a la persona
Al margen de la técnica para masturbar, lo importante es trasmitir las sensaciones correctas. Ya podemos tener mucha destreza a la hora de intimar, pero si no congeniamos no hay nada que hacer. Por eso es importante conocer a la otra persona. Estar al tanto de sus gustos, crear ambiente entre los dos. Es importante ‘conectar’ y que haya química. Esta es la clave de todo. Antes de llegar a la cama, primero hay que llegar a la mente de la otra persona. Ese objetivo sólo lo conseguiremos prestando atención y ganando su confianza.
Cuando estamos con una persona con la que tenemos confianza siempre nos sentimos más cómodos. Por eso es importante que las dos personas se conozcan entre sí. Por mucho que mejoremos nuestras dotes amatorias, la verdadera prueba está fuera de la cama. Lo que la mayoría de la gente buscamos no es conseguir todo lo mejor, sino compartirlo con la mejor compañía. Por eso es importante el ‘feeling’.
Consejos
Como hemos señalado anteriormente, es importante hablar. No hay mejor fuente de información que la persona interesada en que lo hagamos bien. Es importante conseguir una conversación sincera y clara. Después de esa charla necesaria, ganaremos complicidad, confianza y mejoraremos nuestra salud sexual.
Otra actitud a tomar en cuenta es ser solidario. Es una de las claves para ser feliz. Por eso un error muy grave que solemos cometer es mirar por nuestro placer. Hay que preocuparse si la otra persona disfruta y cómo conseguir que realmente lo consiga. Aunque sea por interés propio, si conseguimos que la otra persona disfruta, nos hará disfrutar mucho más a nosotros.
Crear el entorno adecuado. Muchas veces la ocasión surge sin ni siquiera planearlo. Pero si tenemos la oportunidad de crear el ambiente adecuado, cuando llegue el momento será más placentero para los dos. Un gran porcentaje del sexo está en la mente. Si llegamos a tener esa conexión mental todo lo demás irá sobre ruedas.
Un buen producto que nos puede ayudar si hay algún problema de lubricación son los geles de las marcas de preservativo. Estos ayudan a que la vagina esté lubricada y aumenta el placer.
Cuando pasemos a masturbar a nuestra compañera podemos darle besos al mismo tiempo. O intercambiar miradas. Este pequeño detalle hará que se intensifique el placer. Y la ventaja que nos da a nosotros es que podemos observar todos sus gestos para interpretarlos. Es una posición muy ventajosa, ya que podremos saber a ciencia cierta si lo estamos haciendo bien. SI has leído este artículo puede que quieras saber más acerca de cómo hacer una depilación brasileña.