El cáncer de piel es uno de los tipos de cáncer que más incidencia tiene entre la población. A pesar de las recomendaciones médicas, somos muchas las personas que no cuidamos nuestra piel como es debido, y esto hace que aparezcan enfermedades asociadas a ella. El cáncer es una de ellas.
En este artículo vamos a hacer referencia al cáncer de piel. En él encontrarás todo lo que necesitas saber sobre este cáncer; que es, como se diagnostica, que tratamientos existen y cómo puedes prevenirlo. Por tanto, si estás buscando información sobre este tipo de cáncer, te recomiendo que sigas leyendo este artículo.
El cáncer de piel
Aunque no le demos mucha importancia, la piel tiene un papel fundamental en nuestro organismo. No solo recubre todo nuestro cuerpo, sino que además, nos protege contra el calor y la luz, y supone una barrera de protección ante lesiones e infecciones. Existen algunos factores que predisponen a sufrir cáncer de piel. Luego los repasaremos.
Este tipo de cáncer es el más común que existe actualmente. Se produce debido a la formación de células cancerígenas en los tejidos que conforman la piel. El cáncer empieza en la epidermis (capa externa de la piel) y va penetrando hasta llegar a la dermis.
Existen diferentes tipos de cáncer de piel. Algunos de ellos pueden propagarse a otras partes del cuerpo, por lo que sus consecuencias pueden ser graves con el paso del tiempo.
Llevar un buen cuidado de la piel, así como acudir al médico ante la presencia de lunares o manchas, puede ser la solución al cáncer de piel.
Los estadios del cáncer de piel
El cáncer de piel tiene cinco estadios, en función de su gravedad. Estos estadios son usados para poder iniciar diferentes tipos de tratamiento para intentar curarlo.
Factores de riesgo para el cáncer de piel
Existen una serie de factores que pueden aumentar la probabilidad de sufrir cáncer de piel. No obstante, esto no quiere decir que se sufra por cumplirlos. Son útiles para saber qué podemos hacer a nivel de prevención.
Algunos de los factores de riesgo son:
- Piel clara, que no se broncea con facilidad. (No obstante, el cáncer también puede presentarse en personas con piel más oscura o que no cumpla estas características)
- Piel pecosa
- Color de ojos claros
- Cabello pelirrojo o rubio
- Estar expuesto durante largo rato a la luz solar, o abusar de métodos de bronceado artificial sin protección.
- Tener antecedentes de cáncer en familiares directos
- Si nuestro sistema inmunitario está debilitado
- Haber recibido radiación
- Haber sufrido quemaduras de piel años atrás
¿Que nos puede hacer sospechar?
Deberemos sospechar de un posible problema en nuestra piel si:
- Observamos que tenemos manchas en la piel, lunares o lesiones nuevas, que antes no estaban, y que poco a poco van cambiando de forma y/o color.
- Cuando estas manchas o lunares son asimétricos, con borde irregular.
- Lunares que midan más de 6mm
- Heridas que, tras 15 días, siguen abiertas.
- Heridas en las que se forman costras y no parecen mejorar
- Lunares que producen picor
- Manchas que tienen una especie de brillante que brilla.
Deberemos tener en cuenta que la presencia de lunares no tiene por qué indicar un cáncer de piel. Los lunares son pigmentos naturales de la piel. Generalmente, cuando existe un problema en la piel los lunares tienen unas determinadas características especiales. Son lunares raros que no tienen el mismo aspecto que los lunares normales.
Quizás te puede interesar nuestro artículo «Cómo eliminar manchas en las axilas»
¿Que hacer cuando existen marcas sospechosas?
En el momento en que avistemos en nuestra piel alguna marca que nos resulte sospechosa, deberemos acudir al médico. Un dermatólogo deberá estudiar la marca que nos ha dado sospechas y emitir un diagnóstico.
El dermatólogo realizará unas pruebas diagnósticas para poder comprobar si se trata de un cáncer de piel, o descartar esta posibilidad.
Su primera tarea será examinar la piel, en busca de marcas, lunares, heridas o bultos sospechosos.
Si considera que existe riesgo, se podrá realizar una biopsia. En esta prueba se analiza un trozo de piel, que se extirpa previamente, para poder comprobar si contiene células cancerígenas. Existen cuatro tipos de biopsias, diferenciadas por la forma de extraer el trozo de piel que se analizará. Todas ellas tienen el mismo fin.
Una vez diagnosticado el cáncer de piel, se deberá determinar si las células cancerígenas se encuentran localizadas en la piel o si, por el contrario, se han extendido hacia otras partes del cuerpo. Para ello, se necesitará realizar diferentes pruebas que permitan ver el interior del organismo. Las pruebas más demandadas son el TAC, IRM (imagen por resonancia magnética) y biopsia de ganglio linfático.
Te recomiendo que leas nuestro artículo «Cuáles son los síntomas del cáncer».
Tratamiento del cáncer de piel
El tratamiento del cáncer de piel podrá variar en función del estadio en el que se encuentre y del tipo de cáncer de piel del que se trate.
Generalmente, existen diferentes opciones de tratamiento para el cáncer de piel. Estos son:
- Cirugía: Se extrae, mediante cirugía, el trozo de piel que contiene las células cancerígenas.
- Quimioterapia en dosis variables, según la gravedad de cada paciente. La quimioterapia se basa en la introducción de medicamentos en el organismo, que pretenden parar el crecimiento de las células malignas. Se puede recibir via oral (fármacos) o vía intravenosa.
- Radioterapia en dosis variables, dependiendo también de la gravedad. Se trata de exponer la zona afectada a radiación, para tratar de eliminar las células que causan el cáncer.
- Terapia biológica, fotodinámica y/o dirigida.
Actualmente, además, existen diferentes tipos de tratamientos que están en fase de prueba. Es muy frecuente que, en caso de sufrir algún tipo de cáncer, el médico pregunte si deseamos pertenecer a un ensayo clínico. Pertenecer o no quedará a voluntad del paciente.
Es muy frecuente que se necesiten pruebas de seguimiento, una vez se ha iniciado el tratamiento y durante todo el tiempo que dure.
A modo de conclusión
El cáncer de piel es uno de los tipos de cáncer más común entre la población. Se basa en la existencia de células dañinas (cancerígenas) en las diferentes capas de la piel. Existen diferentes tipos de cáncer de piel, todos ellos empiezan en la epidermis y penetran a capas interiores. Algunos de estos tipos pueden extenderse hacia otros lugares del cuerpo.
La mejor manera de prevenir el cáncer de piel es protegiendo la epidermis de las altas exposiciones a la luz solar y artificial. La piel tiene memoria, así que no protegerla hoy puede darnos problemas dentro de unos años. Es importante cuidarla y protegerla, para evitar lesiones que en un futuro puedan desencadenar un cáncer de piel.
Podemos sospechar de estar padeciendo un cáncer de piel cuando tenemos lunares o pecas feas, que no son simétricas, muy oscuras o que brillan. En estos casos, deberemos acudir al médico, quien nos examinará las señales y procederá a realizar algunas pruebas diagnósticas, en caso de verlo necesario. No todas las pecas son cancerígenas, por lo que puede ser que no sean preocupantes.
Existen diferentes tipos de tratamiento para el cáncer de piel, todos ellos deben elegirse en función del estadio en el que se encuentre el cáncer y otras características a valorar. Existe medicación, radiación e incluso puede realizarse cirugía para intentar eliminar la zona afectada.
Es muy importante seguir las recomendaciones de prevención que nos ofrezca el médico, así como evitar estar expuesto a la luz solar en horas de máxima temperatura.