Cómo ser amable
Muchas veces nos hemos preguntado, y seguiremos haciéndolo, cómo podemos ayudar a otras personas, aunque no las lleguemos a conocer. Continuamente, estas situaciones suceden y no sabemos qué hacer ni cómo reaccionar. Ya sea porque no conocemos a esa persona lo suficiente, porque no se nos ocurre la manera de ayudar o mil razones más que se nos puedan ocurrir. Pero sí hay algo que podemos hacer y que seguro contribuirá a ayudar a esa persona a ser feliz. Podemos mostrarle amabilidad. Puede parecer demasiado simple, o incluso insuficiente, pero es todo lo que una persona necesita para sentirse mejor. Por eso, en este artículo hablaremos de cómo ser amable. No a todas las personas nos sale ser amables, ni tenemos la misma facilidad para dar ese trato de una manera natural. Esto también dependerá de cómo nos han tratado a nosotros o de lo que estamos acostumbrados a ver.
Tenemos muchas maneras de combatir el estrés y, desgraciadamente, una de ellas es desahogarnos de una manera equivocada con otros. Gritar o hablar de mala manera a una persona porque nosotros hemos tenido un mal día es algo que sucede. Probablemente lo hayamos hecho nosotros y nos lo han hecho también. Si recapacitamos y pensamos cómo nos hemos sentido cuando esa otra persona descargaba toda su tensión en nosotros, evitaremos hacerlo. Y, por el contrario, cuando esa persona esté haciéndolo con nosotros podemos recordar que no es nada personal, sólo estrés. La mejor manera de combatir y de responder ante esta situación es ser amable. Ya que así, le demostramos comprensión y apoyo. Es todo lo que necesita en ese momento y seguramente nos lo agradecerá y nos pedirá disculpas. Hay momentos en los que, seguramente, no tendremos ganas ni ánimo para ser amables, pero la otra persona lo merece.
Ser amable
La amabilidad nos abre muchas puertas y nos facilita las comunicaciones en cualquier tipo de relación que podamos tener. Son gestos sencillos que no cuestan nada y significan mucho para la gente. En un mundo en el que todas las personas viven con prisa, estrés y demasiadas preocupaciones, ser amable es difícil. Ya sea por el trabajo o la falta de él, por la economía, problemas con la familia o de pareja, la gente no es feliz. Parece que nos pasamos la vida intentando solucionar un problema para que no se junte con el otro que viene. Esta dinámica nos impide ver el patrón que provoca todos esos problemas. Por eso, en estas situaciones, a la gente le cuesta ser amable. Más aún si no conoce a la otra persona. Parece que ser amable nos consume mucha energía y la queremos guardar para los problemas que puedan surgir a diario.
Ser amable no es una serie de acciones que hemos de tomar durante el día, es una manera de ser. Puede que nos cueste trabajo conseguirlo, pero es posible si le ponemos interés y constancia para mejorar nuestro trato personal. Cuando conseguimos que la amabilidad forme parte de nuestro carácter, la vida cambia por completo, así como nuestras relaciones. Es famosa la frase de «para recibir, primero hay que dar» y se puede aplicar a este aspecto. Si tratamos a la gente con amabilidad, seguramente sea lo que recibamos a cambio. Podemos estar de acuerdo o no con la otra persona o, incluso, que nos caiga mal. Esto no es óbice para tratar mal a la gente. No hace falta que seamos amigos o que intentemos ganarnos su aprobación, se puede ser amable sin que haya una buena relación. Hay ciertos tratos mínimos que deberíamos mantener siempre con cualquier persona.
Maneras de ser amable
La amabilidad se esconde en los pequeños detalles. Como hemos dicho anteriormente, no hace falta conocer a la otra persona o que te caiga bien. Cuántas veces habremos visto a una persona caminar por la calle con apariencia feliz, sin ningún motivo aparente. Al ver a esa persona, seguramente nos haya producido una sensación reconfortante y habremos pensado que nos gustaría estar así. Cualquier persona, sin importar su circunstancia, puede ser amable y en este texto hablaremos de cómo.
Situaciones cotidianas. A lo largo del día, es muy probable que algunas situaciones se repitan con cierta regularidad. Coincidimos con gente al ir al trabajo, al llegar al portal o al entrar en alguna tienda. Esta es una oportunidad para ser amable con la gente. Detalles como sostener la puerta para que pase, dejarle salir antes de que entremos o saludar con una sonrisa. Son acciones que parecen intrascendentes, pero hacen sentir mejor a la otra persona y a nosotros mismos. Nunca sabemos cómo está la otra persona ni qué día ha tenido. Puede que un simple gesto como este le haga olvidar los malos momentos pasados y se vaya a casa con una sonrisa.
Estar atentos. Prestar atención cuando nos hablan o captar lo que una persona necesita es un buen comportamiento para con los demás. Igual podemos hacer un favor que a nosotros no nos cuesta mucho, pero para la otra persona es un mundo. Por eso, ser amable no cuesta nada en comparación con lo que puedes aportar a la otra persona. Lo cierto es que a todos nos iría mejor si tuviéramos más amabilidad con el resto del mundo. Habría menos discusiones, menos problemas y más felicidad. Ser amable y recibir el mismo comportamiento nos ayudará a curar la ansiedad, ya que nos aportará mucha paz interior.
Consejos
Para ser amables con otras personas es posible que necesitemos primero estar cómodos con nosotros, así sería mucho más fácil. Por eso, si queremos mostrar amabilidad en nuestras relaciones, hemos de reflexionar y hacer un análisis personal. Saber cuál es nuestra situación y cómo nos hemos comportado nos ayudará enormemente para tomar determinadas decisiones. Si sabemos dónde estamos y sabemos dónde queremos ir, también lograremos saber el camino que nos hace falta recorrer. De esta forma, lograremos descifrar la manera de estar más contentos y tratar mejor a las personas. Todo pasa porque estemos felices o, por lo menos, queramos.
Seguramente nos preguntaremos cómo ser amable con una persona a la que no conoces o con la que no tratas. Esto tiene fácil solución, lo único que tenemos que pensar es cómo nos gustaría que nos tratasen si fuéramos esa persona. No importan las circunstancias, si estamos trabajando o si tenemos prisa. Ser amable no quiere decir que seamos sus mejores amigos, se trata de relacionarse de una manera agradable. Por eso, como hemos dicho antes, es totalmente factible ser amable con una persona que no conoces. A todo el mundo le gustaría ser tratado de esta manera.
Nunca sabemos las vueltas que da la vida y ser amable con todo el mundo nos puede llegar a beneficiar. Aunque no hay que hacerlo con un interés personal, ya que se debe tratar a la gente bien sin recibir nada a cambio. Pero siendo amable, se te abrirán muchas puertas y la gente querrá estar rodeada de personas como tú. Ya que siempre queremos tener cerca a personas que nos traten bien. Siendo amable es muy posible que ganes muchos amigos. Todas las relaciones han de empezar de alguna manera, y que mejor forma de que el inicio sea siendo amables.