Cómo curar VIH

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Hoy en día las enfermedades de transmisión sexual son más corrientes de lo que nos imaginamos. Solo con decir que se calcula que en Estados Unidos se detectan veinte millones de casos en un año, queda todo dicho. Porque hay muchos tipos de enfermedades de transmisión sexual. No solamente tenemos que centrarnos en el VIH, del que hablaremos a continuación, sí no que existen muchas otras, como la clamidia, la gonorrea, la sífilis, la candidiasis, el virus del papiloma humano… Así que, no se podría empezar este artículo sin antes hacer referencia a la importancia que tiene el usar un método de barrera que nos prevenga de cualquier infección. Usar un preservativo, por ejemplo, reduce drásticamente las posibilidades de tener un embarazo no deseado y de contraer una enfermedad de transmisión sexual. Algunas de estas enfermedades son fáciles de tratar, hay incluso alguna que se cura a base de pomadas específicas, pero hay otras que requieren un tratamiento muy duro y muy fuerte y hay otras que, incluso, son incurables.

Cuando hablamos de enfermedades de transmisión sexual incurable, a todos nos viene a la cabeza el VIH, el virus de inmunodeficiencia humana que produce la enfermedad del SIDA, que es la síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Esta enfermedad tuvo su punto álgido en los años ochenta, pero no precisamente por el poco uso del preservativo. Este virus se propagó rápidamente porque las personas que consumían drogas que se tenían que suministrar de manera intravenosa, muchas veces compartían la jeringuilla.

Transmisión de VIH.

Esto me lleva a preguntarme, entonces ¿cómo se transmite el VIH? Pues bien, se trasmite básicamente por la sangre y por los fluidos que se originan en las relaciones sexuales. Esto significa que el virus no se transmite ni por la orina, ni por las heces, tampoco por las lágrimas o la saliva. Única y exclusivamente por los medios mencionados. También hay que decir que las probabilidades de contagio son muchísimo mayores cuando lo que ha entrado en contacto es la sangre, por eso en los años ochenta, cuando se compartían esas jeringuillas, el virus quedaba inyectado directamente en la otra persona, por lo que el riesgo de contagio era del cien por cien.

Diferencia entre SIDA y VIH.

Hay que tener en cuenta una cosa muy importante: muchas veces hablamos de SIDA y de VIH indistintamente, pero la verdad es que no son lo mismo, aunque todo el mundo se piense que sí. El VIH lo que hace es adentrarse dentro de unos linfocitos que tenemos en la sangre. Destruye el interior del linfocito para poder alojarse dentro de él y reproducirse rápidamente. El virus irá destruyendo esos linfocitos y avanzando por todo nuestro cuerpo. Dependiendo del porcentaje de linfocitos que se hayan visto comprometidos por ese virus, hablaremos de la carga viral que tenemos. Esta carga viral es lo que puede tratarse. A base de medicamentos recetados, podemos hacer que esa carga viral está completamente controlada, impidiendo que el virus se extienda. Cuando el paciente que se ha contagiado con el virus de inmunodeficiencia humana no se trata, no toma esos medicamentos que hacen que la carga viral esté controlada, esta carga será muy grande y se dirá que el paciente tiene SIDA. Al tener SIDA, el paciente contagiado tiene el riesgo de morir en cualquier momento, ya que en cuanto tenga una enfermedad, por pequeña que sea, no tendrá sistema inmunitario suficiente como para hacerle frente y podría morir por cualquier causa. Por eso se dice que los pacientes que tienen SIDA, técnicamente no mueren de SIDA, mueren a causa de la otra enfermedad que han cogido posteriormente y que su cuerpo no ha podido controlar.

Entonces, si nos preguntamos cómo curar el VIH… la respuesta es que no existe, de momento, una cura para el VIH. Pero sí que existen medicamentos que pueden controlar su desarrollo, y es en lo que nos centraremos a partir de ahora.

Qué hacer si se tiene VIH.

Lo primero que debemos hacer es asegurarnos de que padecemos esta enfermedad. Para ello, tendremos que acudir a nuestro médico habitual y pedir que nos hagan una analítica de sangre enfocada a las enfermedades de transmisión sexual. Con un pequeño pinchazo y tras esperar un tiempo, sabremos si tenemos VIH y qué carga viral es la que tenemos en nuestro caso.

Una vez que sepamos esto, el médico nos recomendará un tratamiento antirretroviral, que es aquel que nos ayudará a reducir la carga viral (o al menos, a que no aumente). Este tratamiento consistirá en tomar varios medicamentos recetados previamente todos los días. Como dije antes, es una enfermedad que no se cura, por lo que la medicación es de por vida y la vas a tener que tomar siempre si no quieres que tu carga viral se extienda por todo tu cuerpo y eso empeore la situación. Estos tratamientos antirretrovirales aseguran una vida larga al paciente, también sana. Nadie notará que padeces esta enfermedad y tu vida será igual que la de cualquier otra persona.

Beneficios de seguir el tratamiento.

También, si sigues religiosamente este tratamiento, las posibilidades de que se transmita al tener relaciones sexuales se disminuye porque, cuando se transmite por relación sexual, las probabilidades de que se desarrolle en la otra persona dependen de la carga viral que tenga el infectado. Cuanta más carga viral, más posibilidades hay de que la otra persona quede contagiada. Aunque, por supuesto, en el caso de que una de las personas de la pareja padezca este tipo de enfermedad, lo más recomendable siempre es usar un método de barrera, porque aunque las posibilidades de transmitir la enfermedad estando en tratamiento antirretroviral son muy pocas, lo más conveniente será reducir esas probabilidades todavía más. Por eso es esencial usar un preservativo o cualquier otro método de barrera.

La toma de este tratamiento es esencial porque impide que la carga viral crezca. El objetivo es llegar a reducirla para que nuestro sistema inmunitario se vaya fortaleciendo poco a poco. Lo que se intenta conseguir es que, si tenemos una enfermedad, sea nuestro propio cuerpo, a través del sistema inmunitario, el que la combata y la expulse de nuestro organismo.

Este tratamiento antirretroviral se compone en su conjunto de seis clases de medicamentos distintos. Lo más normal es que el médico nos recete únicamente tres de esos seis medicamentos y probablemente los vaya combinando entre sí y cambiando hasta dar con la fórmula exacta que hará que tu sistema inmunitario sea capaz de regenerarse, siendo más fuerte que el virus que le ha invadido. A la hora de escoger el tratamiento, se tendrá n en cuenta las características del paciente, para saber cuál será la combinación de antirretrovirales que mejor puede actuar en él. También se tiene muy en cuenta si el paciente está tomando algún tipo de medicación (aparte de este tratamiento antirretroviral)

Otros factores a tener en cuenta.

Pero como en esta vida, todos los medicamentos que tomamos tienen una serie de contraindicaciones que sería muy oportuno mencionar para que, cualquier persona, pueda estar al tanto de los riesgos que acarrea el estar en este tratamiento antirretroviral.

Hay que tener en cuenta que los efectos secundarios, como siempre, dependen de cada persona ya que son muchos los factores que entran en juego a la hora de hablar de efectos secundarios.

Pero lo más probable es que la persona que esté sometida a este tratamiento antirretroviral sufra dolores de cabeza intensos y continuos, así como mareos ocasionales. Estos síntomas, aunque molestos, no revisten gravedad para el paciente. Pero hay otro tipo de efectos secundarios que sí que son preocupantes, ya que, si no son tratados a tiempo, pueden llevar a que el paciente sometido al tratamiento antirretroviral fallezca. Estos efectos de los que hablamos suelen ser daños en el hígado, inflamación de la zona de la garganta o incluso inflamación de la lengua. Si se da el último caso, se podría llegar a fallecer por asfixia, ya que la lengua se hincharía hasta llenar la cavidad bucal, provocando que no pase el aire a través de la garganta.

Además, si se está sometido a este tipo de tratamiento, hay que saber también que es posible que exista una interacción con otros medicamentos. Por lo que, siempre, lo primero que hay que hacer, es numerarle al médico todos los medicamentos que se estén tomando, ya sean medicamentos que precisen receta o se puedan comprar libremente en una farmacia sin necesidad de llevar prospecto médico. Así que no solamente se habla de medicamentos como tal, también puede interactuar con vitaminas o incluso con infusiones de determinadas hierbas. Estas interacciones, además de suponer unos posibles efectos secundarios que no se buscan en ningún momento, pueden tener otro efecto peor: el que se pierda la eficacia del tratamiento antirretroviral. Si esto ocurre, tendríamos el problema de que la carga viral podría verse incrementada, ya que los medicamentos no están haciendo el trabajo de la manera más eficaz posible, por lo que el riesgo de contraer SIDA es muchísimo mayor. Así que, como dije antes, lo más importante es siempre preguntar a un médico especializado en la materia antes de tomar cualquier medicamento o hierba natural, ya que podría estar causando un efecto indeseado en nuestro organismo.

En la cura del virus de inmunodeficiencia humana también tenemos que tener en cuenta una cosa: el virus que se ha reproducido dentro de nosotros, albergándose dentro de nuestros linfocitos para después extenderse por todo el cuerpo, puede que cree nuevas cepas del virus. Esto significa que, si se han creado esas nuevas cepas, el tratamiento antirretroviral que estamos tomando en ese momento, ya no es efectivo, pues esa nueva cepa se trata de un virus genéticamente distinto del anterior. Por eso hay que seguir la medicación religiosamente, ya que no seguirla puede producir la aparición de estas cepas. Y también hay que ir al médico cada cierto tiempo, el que él estime más oportuno, para hacer un seguimiento de la evolución del virus. Si este muta, si crea una cepa nueva, será necesario cambiar la medicación hasta dar con la combinación adecuada que frene esa nueva cepa.

Así que la cura del VIH es muy complicada. Exige ser constante y metódico. No saltarse absolutamente ninguna de las dosis que el médico nos ha ordenado para que el virus no se reproduzca.

Si seguimos esta medicación, también el riesgo de que alguien se contagie por contacto de nuestra sangre o fluidos sexuales se disminuye, por lo que no solamente es importante para ti que sigas este tratamiento, sino también para las personas de tu entorno y para aquellas, sobre todo, con las que mantienes relaciones sexuales.

Si tienes dudas, no tienes más que ir a tu centro hospitalario más cercano y allí te indicarán cómo tienes que proceder de ahora en adelante. Además hay muchas organizaciones y asociaciones dedicadas a la cura del VIH, que también podrán ayudarte si necesitas más información y también apoyo de otra clase, como el psicológico y moral.

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