Cómo será mi bebé

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La espera de un hijo suele ser un periodo muy emocionante para una pareja. Durante los 9 meses que dura el embarazo, los padres se formulan infinidad de preguntas acerca del bebé que viene en camino. Muchas de estas preguntas suelen ser las mismas en muchos casos. Algunas de ellas necesitan los 9 meses, o incluso más tiempo, para ser respondidas. Si estáis buscando un bebé, te invito a leer Cómo quedarse embarazada y cómo saber si estoy embarazada.

Una de las preguntas más formuladas por padres que esperan el nacimiento de su hijo es ¿cómo será mi bebé? Y tras esta, vienen otras relacionadas: ¿A quién se parecerá mi bebé?¿De que color tendrá los ojos? ¿Y el cabello? ¿Cómo será su carácter?

Es imposible contestar estas preguntas a ciencia cierta; actualmente, la genética nos permite hacer aproximaciones, aunque las posibilidades son infinitas. Por ello, lo mejor es aceptar a nuestro futuro bebé independientemente de sus características; más allá de su color de ojos, o de cabello, o de la forma de su cara; evitar los prototipos para poder disfrutar del bebé sin sorpresas ni problemas.

Es cierto que la genética está presente, y en muchos de los casos, se nota. Es la genética la que determina el aspecto del bebé, y parte de su personalidad. De esta manera, podemos jugar con las posibilidades y crear diferentes bebés imaginativos en función de las características de sus padres.

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Cómo será mi bebé

En este apartado intentaremos conocer que rasgos tendrá nuestro bebé en función de la genética de sus padres.

El sexo

El sexo del bebé no tiene relación con el sexo de sus padres. Pero para que un embarazo se dé, se necesita un óvulo (órgano de la madre) y un espermatozoide (aportación del padre). Es decir, se necesitan dos personas de distinto sexo para que se pueda dar el llamado milagro de la vida.

No obstante, el sexo del bebé lo determina el espermatozoide. Según la carga cromosómica del espermatozoide que fecunda el óvulo, el bebé será chico o chica.

La combinación se da de la siguiente manera.

El óvulo de la mujer tiene carga cromosómica X. El espermatozoide puede llevar dos cargas cromosómicas: X o Y.

De esta manera, al fecundar el óvulo, la carga genética del embrión será XX o XY. La primera letra es la carga del óvulo, la segunda es la carga del espermatozoide.

Una carga genética XX corresponde a una niña, mientras que una carga genética XY corresponde a un niño. 

Por tanto, es el espermatozoide más rápido quien decide, en función de su carga genética. Esto ocurre al azar. No existe mayor probabilidad de tener un niño o una niña. Ante un embarazo, existe el 50% de probabilidades de que el embrión desarrolle cada uno de los dos sexos.

El sexo del bebé puede saberse mediante pruebas sanguíneas, en las que se descubre todo el material genético del embrión. Por imagen (ecografía), el sexo puede verse a partir de la semana 12, aunque no es frecuente verlo tan pronto. Generalmente, sobre la semana 16 puede verse sin problemas. Si quieres saber que más puedes conocer semana a semana, te recomiendo leer el post El embarazo semana a semana.

predecir el sexo del bebé

El color de ojos

El color de ojos viene determinado genéticamente, en función del color de ojos de los padres.

En este sentido, encotramos diferentes combinaciones:

  • Los dos padres tienen los ojos marrones: El bebé tiene un 75% de probabilidades de tener ojos marrones, un 19% de tener ojos verdes, y tan solo un 6% de tener ojos azules.
  • Uno de los padres tiene ojos verdes y el otro, marrones: En este caso, habrá un 50% de probabilidad de que el bebé tenga ojos marrones, mientras que habrá un 37.5 y 12.5% de tenerlos verdes y azules, respectivamente.
  • Padre con ojos azules y madre con ojos marrones, o viceversa: Existe un 50% de probabilidades de que el bebé desarrolle ojos marrones o azules. Los ojos verdes no se contemplan en esta combinación.
  • Los dos padres tienen los ojos verdes: En este caso, existe un 75% de probabilidades de que el bebé desarrolle ojos verdes, frente a un 25% de azules.
  • Padres con ojos azules y verdes: La probabilidad de desarrollar ojos verdes o azules está al 50%.
  • Los dos padres tienen los ojos azules: El bebé desarrollará ojos azules casi al 100%.

El cabello

Diferentes estudios afirman que el cabello oscuro y rizado tiene más probabilidades de transmitirse que otros tipos de cabello, como el liso y de color claro. En este sentido, si uno de los padres tiene el cabello oscuro y/o rizado y el otro no, posiblemente se desarrollará esta combinación.

Por cierto, la calvicie también se hereda.

El color de piel

Generalmente, los genes de colores oscuros suelen ser más fuertes que los de colores claros. Por ello, una pareja donde uno es negro y otro blanco pueden tener un hijo negro, con más probabilidad que blanco.

La inteligencia

La inteligencia se forma a partir de tres elementos: un elemento genético, y dos elementos ambientales.

Existen estudios que dicen que el elemento genético lo establece la madre; la inteligencia es heredada de la madre, pues se transmite a través del cromosoma X. No obstante, son muchos los no están de acuerdo con esta afimación.

Los otros dos elementos restantes, referidos al ambiente, son la estimulación y la nutrición. Una buena estimulación, con recursos adaptados a la edad de cada bebé, la ayuda del adulto de referencia (generalmente, madres y padres), junto con una nutrición adecuada que pueda abastecer al cerebro de todos los nutrientes necesarios, harán, en combinación con la herencia, el sistema inteligente del bebé.

El caracter

El carácter se hereda de los padres y crea la base de la personalidad. No obstante, con los años y las experiencias vividas, el ambiente va moldeando este carácter. De esta forma, no solo interviene en él la carga genética de los padres, sino también el moldeamiento que realizar el ambiente.

La personalidad

De la misma manera que el carácter se hereda y, con el tiempo, el ambiente lo moldea, lo mismo ocurre con la personalidad. Este rasgo cuenta con una carga genética, que, como todas, se forma de genes del padre y de la madre.

Ahora bien, nosotros estamos expuestos al ambiente; tenemos relaciones sociales, vivimos experiencias fuertes (muerte de familiares, despidos, tener hijos…) que pueden moldear la personalidad tal cual fue heredada de nuestros padres, reajustandola a las características ambientales de cada momento. En este sentido, la personalidad es un rasgo que está en continuo cambio constante, lo que nos permite ser seres en constante cambio durante toda nuestra vida.

Aspectos externos que pueden moldear la personalidad:

  • La posición del niño entre los hermanos
  • El colegio; sus profesores, sus amigos, sus resultados
  • Motivación por hacer lo que le gusta hacer
  • La estructura social de la que forme parte el niño
  • La raza, el sexo, la cultura donde se mueva la persona.

El ejemplo es una variable externa que puede moldear la personalidad. Hacer lo que queremos que hagan nuestros hijos es una de las mejores cosas para conseguirlo. Leer si queremos que lean. Comer variado si queremos que coman variado. Recoger si queremos que recojan. Ser educados si queremos que sean educados… y un largo etcétera de conductas que queramos ver reflejadas en nuestros hijos.

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A modo de conclusión

Podemos concluir afirmando que los rasgos físicos del bebé están determinados en su totalidad por los rasgos físicos de los padres, quienes los pasan a través de la genética a sus descendientes. No obstante, aunque los rasgos personales del bebé (como es la personalidad y el carácter) también tienen carga genética, el ambiente puede moldearlos en función de las experiencias vividas a lo largo de la vida de la persona.

Por ello, los rasgos físicos pueden intuirse en función de los rasgos de los padres, mientras que los rasgos internos son más difíciles de predecir.

No podemos olvidar algo muy importante que también se hereda: el ejemplo. Los padres deben comportarse como les gustaría que se comportasen sus hijos, sobre todo delante de ellos.

Es importante, a la hora de buscar un bebé, no buscar determinados aspectos en él, sino estar abierto a aceptar cualquier rasgo físico o de personalidad que presente. Así, de esta forma, evitaremos desilusionarnos y podremos disfrutar mucho más de la maternidad o paternidad, aceptando a la persona tal y como es.

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