La presión arterial es una de las tareas más importantes que realiza el organismo durante su vida. Se refiere a llevar sangre a través del cuerpo. La sangre va acompañada de oxígeno y otros elementos que los músculos y los huesos necesitan para poder funcionar sin problemas.
Mucha gente padece tensión alta sin saberlo. Generalmente, la gente que no la tiene (o que no lo sabe) no suele medirse la tensión con un tensiómetro, por lo que no es conocedora del estado de su tensión o presión arterial. Esta medida se suele realizar cuando la persona acude al médico, como control de sus variables.
No obstante, tener la tensión o presión alta puede traer consecuencias graves de salud. Es importante saber si padecemos hipertensión porque debemos intervenir sobre ella; muchas veces, adoptando unas medidas simples podemos hacerle frente. Si aún así no conseguimos estabilizarla, necesitaremos medicación para conseguirlo.
Si has llegado hasta aquí porque tu presión arterial es alta y quieres saber cómo bajarla, no dejes de leer este artículo.
Que es la presión arterial.
La presión arterial es la fuerza con la que la sangre circula por las arterias.
Cada latido que da el corazón, impulsa a la sangre, que de este modo recorre todo nuestro organismo llegando a todas las zonas. Esto lo podemos notar, tocando diferentes partes del cuerpo, y escuchar acercando la oreja al pecho de la persona. Gracias a ello, podemos usar un tensiometro para medir las pulsaciones y ofrecer una medida objetiva de la presión arterial.
Si atendemos al funcionamiento del corazón, notaremos que tras un bombeo, llega una fase de descanso que vuelve a desembocar en otro bombeo. Este funcionamiento se corresponde con dos tipos de presión arterial: Presión arterial sistólica y presión arterial diastólica.
- La presión arterial sistólica es la presión con la que el latido del corazón impulsa a la sangre.
- La presión arterial diastólica es la presión que se produce en ese momento de descanso del corazón entre latido y latido.
Lógicamente, la presión sistólica es más alta que la presión diastólica. Por ello, cuando medimos la presión arterial, nos encontramos con una medición alta (la sistólica) y otra baja (la diastólica).
Presión arterial normal y presión arterial alta
La presión arterial normal y la presión arterial alta se determina en función de nuestra medida de presión alta y baja y su cabida en unos parámetros.
De esta forma, encontramos que:
- Una presión normal es aquella que tiene:
- Presión sistólica menor de 120
- Presión diastólica menor de 80
- Prehipertensión:
- P.A.S entre 120 y 140
- P.A.D entre 80-90
- Presión arterial alta grado I
- P.A.S entre 140 y 160
- P.A.D entre 90 y 100
- Presión arterial alta grado II
- P.A.S de más de 160
- P.A.D. de más de 100
Síntomas de una presión arterial alta
La presión arterial alta no produce síntomas. La única manera de saber cómo está nuestra presión es usar un tensiómetro durante una temporada.
Las medidas se deben realizar todos los días, por la mañana en ayunas, sentada en una silla, con las piernas sin cruzar y el cuerpo en reposo. Durante el momento que dura la prueba, la persona debe estar tranquila y relajada; no hablar ni moverse.
Con el paso de los días iremos teniendo unas medidas generales que nos van a ir diciendo como es nuestra tensión arterial general.
Consecuencias de una presión arterial alta
Una presión arterial alta significa que el corazón está trabajando en exceso, porque realiza más pulsaciones por minuto. Esto, a la larga, puede ser perjudicial y puede desembocar en problemas de salud cardiacos y cerebrovasculares que pueden ser graves.
Que hacer si sospechamos de una presión arterial alta
Lo primero que debemos de hacer si sospechamos que tenemos la presión arterial alta es adquirir un tensiómetro. Lo podremos hacer en cualquier farmacia y grandes almacenes. Encontraremos diferentes tensiómetros de diferentes precios. No suelen ser caros.
Una vez lo tengamos, vamos a medir cada día la tensión. Elegiremos el momento previo al desayuno. Nos sentaremos en la mesa y procederemos a ello. Mientras, se recomienda no hablar ni moverse. Apuntamos las medidas en un papel. Día tras día iremos realizando las mediciones hasta tener unas 10. También podemos poner otra medición diaria, siempre a la misma hora.
Cuando tengamos unas 10 mediciones, acudimos al médico. Le enseñamos las mediciones y él dirá si nuestra presión arterial es alta o normal.
Si es alta, nos dará una serie de recomendaciones:
- Comer una dieta saludable. Evitar poner mucha sal a la comida y aumentar el potásio. Comer mucha fruta y verdura.
- Hacer ejercicio. Andar 30 minutos todos los días se considera ejercicio.
- No beber alcohol. El alcohol, en exceso, aumenta la presión.
- El café, descafeinado.
- Nada de bebidas con cafeína.
- No fumar: Ya sabemos las consecuencias del tabaco. Aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular.
- Controlar el estrés. En este artículo puedes leer «12 ejercicios para combatir el estrés«
Dentro de un tiempo, deberás volver al médico con nuevas mediciones que habrás tomado mientras realizas las recomendaciones propuestas. Si siguen siendo altas, el médico recetará medicación. Si las medidas se han corregido, deberás seguir en esa línea.
Remedios caseros para rebajar la presión alta
Quizás te ayuden estos 10 remedios para bajar la presión arterial:
Comer alimentos con vitamina C:
Los estudios demuestran que las personas hipertensas tienen bajos los niveles de vitamina C. Por ello, comer frutas que contenga esta vitamina puede ayudar a que la tensión se regule. La naranja, por ejemplo, puede ayudar mucho.
Dormir bien:
El descanso es fundamental para que el organismo rinda con buenas garantías. Dormir las 8 horas que establece la OMS ayuda a tener el corazón relajado. Por cada hora que duermas de menos, el corazón se hiperactiva. Para dormir bien, puedes leer el artículo «Dormir mejor«.
El sobrepeso trae tensión arterial:
Está comprobado que si adelgazamos, la tensión también adelgaza y baja.
Alimentos buenos:
Comer potasio (plátanos), lácteos, legumbres, champiñones y frutos secos.
Relacionarte con gente:
Sentirse solo aumenta la presión arterial, mientras que relacionarnos con gente la baja. Conocer gente nueva te puede servir para mejorar la salud.
Escuchar música relajante:
Un estudio ha revelado que escuchar música instrumental durante 30 minutos mientras estamos tranquilos, reduce los niveles de presión arterial.
Evitar el ruido:
Aunque no seamos conscientes, siempre estamos escuchando ruido. Da igual si el ruido casi no se escucha; si es constante, nos pone nerviosos y sube la presión. Es importante evitarlo. Existe ruido que no se puede evitar (como el de los electrodomésticos, el tic tac de los relojes…), por ello una buena solución es usar tapones de vez en cuando.
Practicar deporte:
El que nos guste. Da igual que sea ir en bici, pasear a paso un poco más rápido que de normal, apuntarnos a natación, a clases de baile, a grupos de senderismo… Practicar ejercicio puede reducir en un 70% el riesgo de hipertensión.
Exponerse al sol:
El sol tiene vitaminas que el cuerpo necesita, como la vitamina D. Esta vitamina es necesaria para la presión arterial. De hecho, las personas que llegan a la menopausia con déficit de esta vitamina suelen ser hipertensas.
Medita, haz yoga:
Sirve para tranquilizarse y luchar contra el estrés y la ansiedad. El efecto de esta lucha es poder normalizar la presión arterial.
A modo de conclusión
La presión arterial es el impulso que la sangre recibe a partir del trabajo del corazón. El corazón realiza dos tareas; latir y descansar. Estas dos tareas se alternan. Cada una de ellas da una clase de tensión: tensión sistólica y tensión diastólica. Esta tensión la podemos medir con un tensiómetro. Las mediciones las podemos hacer en casa, siempre y cuando respetemos sus horas para que sean fiables.
El médico deberá vigilar la presión arterial y decir si existe riesgo de hipertensión. Si lo hay, podrá marcar unas pautas de alimentación, ejercicio y saber comer para que la persona las realice. Si aún así no consigue estabilizar su presión arterial en límites normales, deberá recetar medicación. La medicación debe tomarse siguiendo la pauta que ha puesto el médico.
Existen, además de la medicación, otras soluciones a tener en cuenta siempre al mismo tiempo que la toma de medicamentos. Estos remedios, que pueden llamarse caseros, tratan de bajar la presión instaurando tranquilidad en el organismo; de esta forma, escuchar música relajante y luchar contra el estrés con meditación y clases de yoga puede ser una buena idea de alejar el estrés y la ansiedad, y vivir mejor. De la misma manera, comiendo plátanos y frutos secos, entre otros, conseguiremos elementos que nos facilitarán conseguir nuestro objetivo. Salir con gente, dejar bañarse por el sol, dormir bien, evitar el ruido constante por muy bajo que sea, y practicar deporte aeróbico (aunque sea leve) puede ayudarnos a que nuestra presión arterial mejore.
De no hacer caso a la hipertensión, el corazón puede trabajar más de la cuenta durante mucho tiempo y pueden producirse problemas cardiovasculares. (Infarto, ictus, derrame cerebral…). La presión alta no produce síntomas, por lo que es mejor llevar un control de nuestra presión que lamentarse cuando ocurra algún problema de salud grave relacionado con la hipertensión.