Cómo tratar una contractura muscular

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¿Quién no ha sufrido, alguna vez, una contractura muscular? Las contracturas afectan a los músculos y sus fibras y producen dolor y malestar en la zona donde ocurren. Aunque lo ideal para curarlas es acudir a un centro especializado en fisioterapia, siempre viene bien saber cómo podemos tratarla desde casa para que el dolor y la gravedad sea la menor posible. En este artículo te hablaremos, precisamente, de ello: Cómo tratar una contractura muscular.

Si has llegado hasta aquí buscando este tipo de información, te recomendamos que te quedes. Aquí vas a poder saber que es una contractura, que tipos de contracturas existen así como cómo puedes tratarlas. Una información muy útil que todos deberíamos de conocer.

Las contracturas musculares. ¿En que consisten?

Las contracturas musculares se refieren a la contracción del músculo y sus fibras, de manera involuntaria. El músculo permanece en tensión todo el tiempo que dura la contractura, formando nudos. Este estado muscular impide que la sangre pueda acceder al músculo, y al no llegar, se produce el típico dolor que sentimos cuando tenemos una contractura.

Aunque las contracturas pueden darse en muchos sitios de nuestro cuerpo, las más habituales son en la espalda y en las cervicales. Son muy comunes, pues mucha gente las padece.

Las contracturas afectan a personas de todas las edades, pero especialmente a aquellas que siguen una vida activa y realizan deporte. Las personas más dadas a ello son los jóvenes, y es por ello que la incidencia es mayor en estas etapas.

Cómo tratar una contractura muscular

Tipos de contracturas que existen

Existen muchos tipos de contracturas, cada una de ellas con sus características especiales. Conocerlas resultará útil para poder determinar de que tipo es la nuestra, y poder tratarla con mayor efectividad.

Contracturas postraumáticas

Son las contracturas que aparecen tras sufrir un gran impacto. Este impacto puede hacer que los músculos se tensionen. Aunque duran poco y suelen desaparecer por si solas en dos o tres días, la persona sufre mucho dolor. Un ejemplo claro son las contracturas cervicales.

Contracturas causadas por deshidratación

Estas contracturas son producidas, generalmente, por falta de hidratación. Un ejemplo son las contracturas que se dan en el esternocleidomastoideo en pacientes que han abusado del alcohol. Esta sustancia, en grandes dosis, produce deshidratación y esta es la causa de la contractura. Además, las sustancias tóxicas que se acumulan propician una rigidez muscular pronunciada. Todo ello hace que la persona visite el servicio de urgencias con frecuencia, siempre que le ocurre.

Contracturas por hipotonía

Esta contractura se produce cuando nuestros músculos sufren hipotonía y no están acostumbrados a ponerse en modo activo. Suele ocurrir cuando movemos nuestros músculos, muchas veces se dan al realizar actividades normales. Son muy frecuentes, por ejemplo, cuando nos estamos iniciando en el deporte y no lo hacemos de manera progresiva.

Contracturas posturales

Estas contracturas están causadas, básicamente, por las malas posturas que adoptamos en nuestro día a día. Tanto al agacharse, como al mantener una postura encorvada, como al pasar mucho tiempo sentados en una silla. Es importante tener unos buenos hábitos posturales para evitarlas.

Surgen poco a poco, de manera lenta, y muchas veces no presentan dolor en fases iniciales.

Este tipo de contracturas son los más frecuentes, pues representan el 90% de las causas de pacientes que acuden al médico quejándose de ello.

Cómo prevenir las contracturas musculares

Es importante tener en cuenta una serie de aspectos para intentar prevenir las contracturas y que no nos afecten.

  • Es fundamental tener unos buenos hábitos posturales que impidan que los músculos se tensen durante mucho tiempo. Las contracturas causadas por malos hábitos suponen el 90% de las causas. Esto es totalmente evitable. Para ello, necesitamos ser conscientes de las posturas que adoptamos en todo momento, incluso en aquellas que nos resulten más cómodas. Muchas veces, nuestras posturas favorecen a estas contracturas y ni siquiera nos damos cuenta de ello. Mantener la espalda descansada en un respaldo recto puede ser muy útil, sobre todo si pasamos largas horas sentados frente al ordenador. También puede resultar de ayuda agacharse flexionando las piernas y dejando la espalda recta, en vez de arquearla.
  • Si debemos estar muchas horas con la espalda en mala posición, deberemos estirar los músculos cada cierto tiempo para evitar que se cansen demasiado.
  • Resulta curioso como un síndrome que afecta a nuestros dientes puede crear una contractura. El síndrome ocluso postural es un síndrome en el que nuestros dientes no están en el lugar donde deben estar. Esto puede crear contracturas en cuello y espalda, por lo que una manera de prevenir este tipo de problemas es no descuidar nuestra higiene y cuidado bucodental y acudir al dentista a realizar las revisiones pertinentes.

Cómo tratar las contracturas musculares

A la hora de tratar una contractura muscular podemos optar por diferentes tipos de tratamientos. Estos son:

Tratamientos médicos

Estos tratamientos se basan en fármacos que alivian el dolor y la inflamación de la zona que tiene la contractura.

Para ello, se usan fármacos miorrelajantes y antiinflamatorios. Solo deben tomarse bajo prescripción médica, por lo que será necesario acudir a la consulta de nuestro médico y que él considere que la gravedad de la contractura esté indicada para ello.

Suelen recetarse en caso de contracturas graves o fuertes, que cursan con mucho dolor.

Tratamiento fisioterapéutico

Se trata del tratamiento más recomendable cuando existe una contractura. Cuando esta es grave, el tratamiento fisioterapéutico puede darse al mismo tiempo que el tratamiento médico.

Para recibir este tipo de tratamiento deberemos acudir a un centro fisioterapéutico, con buenos profesionales en este campo. Ellos, mediante el contacto con la zona, tratarán de reducir la tensión y la contracción. Es posible que se necesiten varias sesiones para tratar una sola contractura, pero es el método más acertado y recomendable.

Cómo tratar una contractura muscular

Tratamientos que podemos realizar en casa

Termoterapia

Se trata de aplicar calor en la zona donde se sitúa la contractura. La relajación que aporta este calor puede aliviar el dolor y reducir la tensión del músculo. Para ello podemos usar la almohada eléctrica, o algún otro método de aplicar calor.

Cómo tratar una contractura muscular

Reposo

El reposo es otra manera de conseguir que el músculo contracturado descanse, se relaje y pueda aliviar su tensión.

Mediante la alimentación

Para evitar las contracturas en la medida de lo posible deberemos abastecer a nuestro organismo de potasio. Este elemento se consigue comiendo plátanos. Además, es recomendable reducir el consumo de vinagre y tomates, hasta que la contractura haya desaparecido.

Si quieres saber más sobre cómo tratar una contractura cervical, te recomiendo que leas nuestro artículo «Cómo tratar una contractura en las cervicales«.

A modo de conclusión

Las contracturas musculares pueden aparecer por diferentes causas, pero todas ellas producen un dolor bastante acusado que puede impedirnos realizar actividades cotidianas. Saber cómo tratar las contracciones puede resultar muy útil, pues de esta forma podemos actuar desde casa. No obstante, se recomienda visitar a un buen profesional para beneficiarnos de los tratamientos fisioterapéuticos.

En este artículo te hemos contado que son las contracturas, que tipos de contracturas existen, cómo podemos prevenir las contracturas y cómo tratarlas en el caso de que estés sufriendo alguna. Es muy importante ponerse en manos de profesionales, pues así nos aseguraremos de que nuestra contractura esté tratada correctamente. Mientras, podemos seguir las recomendaciones que te hemos dado en este artículo, para que la recuperación sea más rápida y mejor.

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