Heces blancas o pálidas
Las heces blancas o pálidas, también pueden recibir el nombre de heces acólicas o acolia en medicina. Estas se deben a que las secreciones biliares se encuentran disminuidas en el duodeno. Ya que, la carencia de pigmentos biliares que se haya en el sistema colédoco está siendo producida por alguna causa. Fundamentalmente de tipo obstructiva de dichos conductos biliares. Lo que se manifiesta clínicamente con la decoloración evidente de nuestras heces.
La producción de heces es una función vital y normal de nuestro organismo. Porque representa la manera en que nos deshacemos de los desechos que nuestro cuerpo no necesita. Más bien, se trata de aquellos excrementos que nos son perjudiciales. Por ello, son definidos como el desperdicio final resultante de la digestión que llevamos a cabo diariamente. De allí, que su composición está constituida por restos alimentarios. O bien, por compuestos no nutritivos que nuestro sistema digestivo descarta. Entre otros elementos que producen la fabricación de excretas. Por ejemplo, células epiteliales descamadas de las paredes internas del intestino. Normalmente, resultantes de todo el proceso complejo digestivo. En el cual, ocurre la absorción de nutrientes. Al mismo tiempo, la participación de microorganismos, reacciones químicas, enzimáticas y el metabolismo de sustancias.
Cuando evacuamos y presentamos heces blancas o pálidas, nuestro organismo nos está indicando que algo pasa. Lo más probable, es que nos encontremos en presencia de alguna enfermedad a la que debemos prestar atención. No obstante, una de las causas más frecuentes de heces bancas o pálidas es la hepatitis. Generalmente, esta enfermedad es diagnosticada por tres signos característicos. Estos son la pigmentación amarillenta de piel y mucosas o ictericia. Además, de las heces blancas o pálidas. Y también, la presencia de orinas oscuras o colurias. Debido al proceso obstructivo que afecta al hígado y a las vías biliares.
¿Cuáles son las causas más comunes que producen heces blancas o pálidas?
Existen muchas alteraciones en la coloración del bolo fecal. Entre ellas, las heces blancas o pálidas son una de las variaciones posibles que pueden aparecer. Y algunas de sus causas más frecuentes son:
- Hepatitis de etiología viral.
- Colestasia, colestasis o cese del paso de secreción biliar hacia el intestino delgado. Específicamente en su porción denominada duodeno.
- Hepatitis de etiología alcohólica.
- Cirrosis primaria biliar o patología hepática progresiva por destrucción de las vías biliares a nivel intrahepático.
- Colelitiasis o presencia de cálculos o piedras en la vesícula biliar.
- Tumor pancreático.
- Patología colestásica crónica o colangitis esclerosante. Por fibrosis, inflamación y obliteración de los conductos biliares, en sus trayectos de adentro y afuera del hígado.
- Heces blancas o pálidas producidas por fármacos. Por ejemplo, una sustancia que se llama Bario puede producirnos heces blancas o pálidas. Este compuesto es utilizado para la realización de radiografías con contraste del aparato digestivo. Por lo que cuando se administra, es necesario que el médico le advierta al paciente. Dado que la posterior evacuación será blanca o pálida. Igualmente ocurre cuando tomamos algún fármaco cuya composición contiene hidróxido de aluminio. Por ejemplo, medicamentos antiácidos. Estos, son causantes de heces blancas o pálidas por su contenido. Pero, no por la presencia de ninguna enfermedad.
- Estenosis o estrechez de los conductos biliares.
- Presencia de quistes o tumoraciones hepáticos o de las vías biliares. Tanto de etiología benigna como las de etiología maligna. Estos pueden ejercer presión sobre los conductos biliares y ocasionar problemas obstructivos.
- Trastornos congénitos del sistema biliar. Estos pueden ser detectados en algunos bebés que nacen con alteraciones o malformaciones en las vías biliares. Por lo que van a tener heces blancas o pálidas, evidentes desde el nacimiento.
- Hiperbilirrubinemia o aumento de los niveles de bilirrubina en sangre a expensas de su fracción directa.
¿Qué pasa en nuestro organismo para que se produzcan heces blancas o pálidas?
Normalmente, nuestro organismo produce bilirrubina. Principalmente, proveniente de los glóbulos rojos viejos producto de la hemoglobina degradada. Lo que ocurre en los sistemas, vascular y retículo endotelial. De allí, resultan tres productos principales. Estos son, el grupo hem, el hierro y la globina que es la fracción proteica. Esta última es degradada en aminoácidos que pasan a ser una reserva para nuestro cuerpo. Mientras que el hierro es empleado en la médula ósea para fabricar más hemoglobina. Por último, se producen metabolitos provenientes del grupo hem. Y son estos los que se excretan al intestino por parte de la bilis. Cuyo producto es la bilirrubina.
Para que el grupo hem pueda degradarse se cumplen diferentes pasos. Donde ocurre una oxidación que provoca la producción de verdoglobina. La que se llama así, por su coloración verde oscuro. Luego esta se transforma en biliverdina. Finalmente, esta se transforma en fracción no conjugada o indirecta de bilirrubina. Ya que, en la periferia es insoluble y se une a la albúmina. Para transportarse al hígado, donde las células de tipo retículo endoteliales generarán bilirrubina conjugada o directa. Por medio de una reacción enzimática.
Después de esto, la bilirrubina directa se almacena en vesícula biliar. De allí, se excreta sin reabsorberse a la porción duodenal del intestino. Entonces, una parte de la flora bacteriana intestinal normal hace que la bilirrubina se convierta en urobilinógeno. Este es un producto hidrosoluble e incoloro que es reabsorbido en parte por las células maduras del hígado. Y este mismo órgano lo excreta nuevamente. Dando así, el característico color de la orina. Mientras que la parte que no se absorbe, va al intestino. Allí, se transforma en el pigmento llamado estercobilina. Este es el responsable de darle el color a nuestras heces. Las cuales son normalmente marrones o anaranjadas.
Entonces, aparecen las heces blancas o pálidas
Por lo general, el color pardo o amarronado es el característico, que normalmente tienen nuestras heces. A pesar de que la intensidad de su tonalidad pueda ser diferente. Tanto, de una persona a otra, como en uno mismo. No obstante, debemos conocer que su coloración se debe al pigmento llamado estercobilina. Este va a ser definido por lo que consumimos. Tanto en nuestra alimentación como por la influencia de algunas enfermedades. O bien, por tratamientos farmacológicos. Ya que, algunos medicamentos también pueden influir sobre el color de las heces.
En el caso de heces blancas o pálidas. Generalmente, estamos en presencia de trastornos que afectan a nuestro sistema hepato biliar. Ya sea, porque interfiera el normal funcionamiento de drenaje de nuestra vesícula biliar. O bien, porque la función afectada sea a nivel del hígado y/o del páncreas. Lo cierto, es que sea cual sea la razón. Al ver que nuestras heces son blancas o pálidas. Lo correcto es que acudamos inmediatamente a la consulta de nuestro médico. Porque es necesario hacer el diagnóstico de la causa del problema. Al mismo tiempo, que tomemos las medidas de tratamiento adecuado. Sabiendo siempre y teniendo conciencia de que el hecho de que nuestras heces sean blancas o pálidas, no es para nada normal. Y algo, patológico nos ocurre.
Si por alguna razón, existe una obstrucción en las vías biliares. O bien, estamos padeciendo una infección que nos afecta directamente el hígado. Esta produce una disminución en nuestra producción de secreción biliar. Entonces, por cualquiera de las razones. Lo que sucede es que se trastorna todo el proceso fisiológico y normal. Lo que hace que se produzcan las heces blancas o pálidas.
Manifestaciones clínicas
La carencia del pigmento denominado bilirrubina. Así, como del resto de sus productos derivados. A nivel del tramo duodenal de nuestro intestino delgado. Dan como resultado unas heces sin color. Por lo que al evacuar podremos observar las heces blancas o pálidas. Asimismo, como todo signo de la presencia de un anormal funcionamiento en nuestro cuerpo. También, presentaremos otros signos y síntomas asociados. Los cuales son producto de todo el proceso fisiopatológico que sufre nuestro sistema hepato biliar. Por ello, la presencia de las heces blancas o pálidas suelen acompañarse de tiente amarillento en piel y mucosas. Lo que también se conoce con el nombre de ictericia. Dada por la acumulación anormal o elevación por encima de los niveles normales de bilirrubina. Asimismo, debemos saber que seguramente presentaremos orinas oscuras. También, denominadas coluria. Como consecuencia de la excesiva eliminación que hay de bilirrubina por la vía urinaria.
Sin embargo, también debemos conocer que existen heces blancas o pálidas donde si hay producción de bilis. Además, su secreción y metabolismo no está obstruido. Ni alterado. Sino que la bilis que es segregada no tiene color. Porque el defecto se encuentra en la carencia de pigmentos. Ya que, son estos los que no se están produciendo. Por esa razón, la podemos encontrar descrita en la literatura médica con el nombre de acolia apigmentaria. La cual, como su nombre lo expresa, significan heces blancas o pálidas sin pigmentos. Cabe destacar, que este estado patológico es mucho menos frecuente. Y su diagnóstico etiológico es más difícil.
¿Cuáles son las herramientas diagnósticas para detectar la causa de unas heces blancas o pálidas?
A pesar, que una coloración blanca o pálida en nuestras heces pueda ser debida a la administración de ciertos fármacos. Sobre todo si los tomamos en dosis grandes. Por ejemplo, los que contienen sales de magnesio o bismuto subsalicilato. Entre ellos, el peptobismol, el kaopectate y otros antidiarreicos. También, debemos considerar que hay estados patológicos que se manifiestan con la presencia de heces decoloradas. Ya sean, indicándonos una enfermedad leve o estados realmente graves. Porque nos señalan que nuestras heces carecen de la presencia de bilis. Lo que seguramente es consecuencia de la obstrucción del sistema biliar. Por ello, cuando evidenciamos la presencia de heces blancas o pálidas.
Lo más recomendable es que acudamos al médico. Para que sea el especialista quien nos ayude a realizarnos un diagnóstico adecuado. Al mismo tiempo de administrar las medidas terapéuticas y tratamiento adecuado. Tomando en cuenta que siempre es indispensable encontrar la verdadera causa del problema. Conociendo la etiología primaria que lo ha generado. Para que posteriormente el problema sea solucionado. Para ello, existen procedimientos médicos de diagnóstico. Los cuales, según el criterio especializado deben ponerse en práctica. Estos, pueden ser:
- El examen bioquímico o de laboratorio en sangre y de funcionalismo hepático o hepatograma.
- Serología específica para la detección de agentes virales que afectan el hígado y las vías biliares.
- Opcionalmente, debe hacerse un análisis o examen de heces.
- Un ultrasonido o estudio ecográfico abdominal.
- El estudio endoscópico de colangiopancreatografía de tipo retrógrada. También conocida como CPRE.
- TAC o tomografía computarizada de la región abdominal.
- IRM de vías biliares e hígado.
- La detección de trastornos en la estructura de las vías biliares por medio del procedimiento quirúrgico.
Consideraciones importantes
Cuando vamos al médico porque nuestro motivo de consulta es que hemos estado evacuando heces blancas o pálidas. Entonces, debemos estar pendientes de saber reconocer bien nuestros signos y síntomas. Para ello, lo mejor es que:
- Conozcamos cuando fue la primera vez que nuestro bolo fecal se tornó de color blanco o pálido.
- Si a partir de allí, siempre se han venido presentando de color blanco. O bien, sepamos diferenciar si su presencia ha sido un hallazgo aislado.
- Tomemos nota de manera específica de cuáles medicamentos estamos consumiendo. Al mismo tiempo, que seamos meticulosos en revisar su composición. Para que sepamos informar muy bien de ello a nuestro médico.
- Por último, es importante señalar también, qué otros síntomas hemos estado presentando.
De ese modo podremos contribuir a realizar un adecuado diagnóstico diferencial de la causa del problema. Por ende, estaremos seguros de que también estaremos ayudando a que nuestro tratamiento sea el más exitoso.