6 señales de que nuestro cuerpo necesita sexo
Existen muchas señales de que nuestro cuerpo necesita sexo que debemos tener en cuenta. Y es que el sexo es una necesidad fisiológica del ser humano. Así, como también lo es para muchos seres vivos. Igualmente, es una manera de fusión y de intercambio de energía vital entre dos personas. Cuya principal finalidad es la de producir satisfacción, placer sexual. Sin embargo, su mecanismo fisiológico y sus efectos sobre el organismo forman parte de una discusión más compleja. En tal sentido, tener sexo, trae muchos beneficios al organismo dentro de ese contexto que es ser una función vital. Tanto desde el punto de vista orgánico como del emocional y mental.
Por una parte, cuando tenemos sexo, favorecemos la circulación sanguínea adecuada, el mejor funcionamiento de todos nuestros órganos y sistemas. Por tal motivo, desde tiempos muy antiguos, diversas culturas lo han descrito como la forma de liberación e intercambio de energía vital. Como una manera de describir todas las sensaciones y procesos desencadenados que se perciben durante un acto sexual. Estos van desde liberación de neurotransmisores y hormonas relacionados con la satisfacción y la homeostasis del organismo. Hasta sentimientos y pensamientos asociados al equilibrio emocional. Todos ellos similares en el hombre y en la mujer. Pese a que nos diferenciamos en los caracteres sexuales corporales que nos identifican.
A la vista de todos está que una persona satisfecha sexualmente, es un ser humano feliz, saludable y equilibrada. Incluso, la satisfacción sexual puede percibirse en el aspecto físico, la conducta cotidiana, la forma de interrelacionarse con todos y con todo, que podamos tener diariamente. Por eso, de una manera u otra puede resultarnos sencillo identificar o detectar las señales de que nuestro cuerpo necesita sexo. Aun vista desde la concepción del sexo como necesario complemento del sentimiento de amor.
Las 6 señales de que nuestro cuerpo necesita sexo de manera urgente
El no encontrarnos en nuestro mejor momento, de equilibrio mental y orgánico, debería llevarnos a analizar la situación. Lo primero, es saber que cada organismo es variable, siente distinto y expresa las necesidades y carencias de modos diferentes. Por lo que resulta indispensable que tengamos autocontrol y auto reconocimiento. Porque, a medida que nos conozcamos bien y nos preocupemos por nuestra propia autoestima, seremos capaces de buscar nuestra satisfacción. Además, en caso de que nos llegara a suceder podríamos alertarnos inmediatamente ante las señales de que nuestro necesita sexo. Entonces, lo correcto es que analicemos y reflexionemos sobre nuestra vida de pareja, que revisemos la frecuencia de nuestros encuentros sexuales. Al mismo tiempo, que tratemos de enumerar los posibles factores que puedan estar afectándonos.
Generalmente, cuando comienzan a aparecer señales de que nuestro cuerpo necesita sexo, es porque tenemos disminución de la libido. También llamado deseo sexual, que pueden presentarse consciente o inconscientemente. Es decir, que nos estamos dando cuenta que nuestra actividad sexual es reducida o nula. O bien, que no nos damos cuenta de lo que nos ocurre en nuestra vida sexual.
Obviamente, hay que considerar el hecho de que poseamos pareja o no. Ya que, por supuesto, una persona adulta que no tiene pareja tiene mayor predisposición. Y es más vulnerable a presentar cualquier señal de que le falta sexo, que aunque busque solventar eventualmente buscando una relación sexual pasajera, es casi seguro, que no será suficiente ni la solución a sus problemas. Y es que el ser humano necesita vivir en pareja. Es una necesidad complementarnos con ese compañero de vida que es la pareja, el amor y el sexo son vitales. Ambos, conforman una llave perfecta para sentirnos realizados y llenos de energía para vivir. Entonces, apenas 6 de las señales que podemos conocer son:
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El estrés
En la actualidad, el estrés que nos afecta cotidianamente puede alterar a totalidad nuestros órganos y sistemas. Por lo general, una persona adulta sin sexo es una persona estresada. Y un adulto estresado tiende a presentar trastornos de su vida sexual. Con lo cual, es un tema inversamente proporcional.
Al mismo tiempo que modifica negativamente nuestro funcionamiento normal, interfiriendo sobre nuestras capacidades y actividades fisiológicas. Lo que trae como consecuencia infinidad de manifestaciones de desequilibrio, enfermedad, alteraciones en nuestra vida sexual, sus consecuencias, entre otros. Entonces, de alguna manera u otra contribuye al origen de lo que se llama disfunción sexual. Esta es definida como la dificultad para consumar el acto sexual en cualquier etapa de su desarrollo. Ya sea, en el deseo, la excitación, el orgasmo o cualquier otro de los momentos; en donde la persona y/o la pareja, quedan impedidos para el disfrute de la actividad sexual. Además, afecta la vida sexual, originando tanto problemas interpersonales como problemas de pareja o falta de confianza y comunicación. Al igual que repercute en los aspectos psicológicos del individuo (depresión, miedos, traumas, etc).
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Dolor testicular en los hombres
Precisamente por ser el sexo una función normal, tiene mecanismos fisiológicos que la hacen presente. Los hombres, experimentan erecciones cuando los cuerpos cavernosos de las cámaras del pene se llenan de sangre. Entonces, como una de las señales de que nuestro cuerpo necesita sexo. Estas erecciones comienzan a aparecer espontáneamente y pueden verse frustradas por no consumarse el acto sexual. O bien, recurrirse solo a la masturbación que no proporciona la satisfacción necesaria o esperada conseguida con la relación sexual y las diferentes estrategias que involucra.
Muchos hombres sin sexo, sienten dolores en la parte baja de testículos, sin antecedente traumático u otro que lo justifique. Realmente se trata de un proceso de vasocongestión testicular que puede afectar también a la próstata por periodos prolongados de excitación o deseo sexual insatisfechos y falta de orgasmo. Por eso, los mismos afectados, suelen darse cuenta que al tener una buena noche de sexo el dolor les desaparece por un buen tiempo. Este fenómeno se puede conocer también como congestión pélvica, pero, popularmente es llamada “bolas azules” o “cojoneras”. Aparte, esta congestión se puede acompañar de dolores de cabeza, mal humor, dolores musculares, dolores y malestar severo de estómago. También, de molestias al orinar y en muy raros casos cáncer de testículos.
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Mal humor
El mal humor es característico en hombres y mujeres con una vida sexual insatisfecha. Aunque, también se presenta en otras condiciones o patologías. Asimismo, el estar de mal humor disminuye el deseo por cualquier estímulo incluyendo el sexual. No obstante, por cual fuera que sea sus causas, puede desencadenar en la persona diversas situaciones. Por ejemplo, de angustia, ansiedad, tensión, estrés y desequilibrio emocional. Pero como consecuencia de la falta de relación sexual, se pueden producir cambios hormonales. Igualmente, alteraciones en la secreción de neurotransmisores y enfermedades que repercuten sobre nuestro estado de ánimo.
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Nos tornamos menos sociables
Realmente, pareciera ser que todas las señales de que nuestro cuerpo necesita sexo se relacionan entre sí. Ya que una puede ser causa o consecuencia de la otra y viceversa. Evidentemente, al no tener relaciones sexuales, no solo nos sentimos de mal humor. Sino que esos cambios que ocurren en la secreción de hormonas y neurotransmisores van modificando paulatinamente toda la homeostasis de nuestro organismo. Desequilibrando su funcionamiento normal y conllevando entre otras cosas a que se reduzca nuestro deseo y capacidad de socializar.
Es probable que también afecte significativamente la falta de orgasmo y la consecuente descarga de endorfinas que nos ocasiona satisfacción, alegría, euforia, tranquilidad y relajación. Obviamente, causantes del buen humor y nuestro mejor estado de ánimo, que se ve frustrado ante la falta de sexo y/o la insatisfacción sexual. Convirtiéndose en una de las señales de que nuestro cuerpo necesita sexo.
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Inseguridad en nosotros mismos y en la expectativa hacia nuestra pareja
Cuando nuestra sexualidad se encuentra insatisfecha, por una u otra razón falla, nos tornamos inseguros. Eso nos afecta como personas, haciéndonos sentir incapaces de satisfacer y satisfacernos sexualmente. Pero, también afecta a nuestra pareja quien puede mostrarse insegura de nosotros o de ella misma. E incluso de sus propios sentimientos dentro de la relación. Lo que confirma una vez más que el sexo es elemento protagonista y piloto en cualquier relación de pareja seria y madura.
La discontinuidad de tener relaciones sexuales puede producir inseguridad e incertidumbre con nuestra pareja. Por lo que es necesario mantener viva y no permitir apagar la pasión de la intimidad sexual. Para ello, siempre es necesaria la novedad, imaginación y la expresión de amor en cada acto sexual con nuestra pareja. En definitiva, el sexo tiene que ser una forma de satisfacer la necesidad de sexo de nuestro cuerpo. A su vez de mostrarle a nuestra pareja lo mucho que la amamos. Y que fusionamos nuestra energía con la suya en un dar y recibir mutuo.
De allí que la satisfacción sexual plena ha sido relacionada durante mucho tiempo con los rasgos atléticos y dinámicos de la personalidad. Siendo motivo hasta de burla la incapacidad tildada del que luce como débil o “enclenque” y el obeso mórbido que ya no se puede ni mover. Aunque nuestra sociedad actual se caracterice por la búsqueda de igualdad de trato hacia las personas y el rechazo al bullying. Lo que sí está claro es que cuando tenemos limitaciones corporales, orgánicas o somos sujetos inseguros. Entonces, es mayor la probabilidad, por no decir que es casi seguro que estamos carentes de vida sexual. Y debemos prestar atención a que esa deficiencia que se nos hace manifiesta es apenas una de las señales de que nuestro cuerpo necesita sexo.
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Padecimiento de enfermedades mentales y orgánicas
Una de las señales de que nuestro cuerpo necesita sexo puede ser el hecho de que vamos tornándonos hipocondriacos. Es decir, podemos ir haciéndonos enfermizos, vulnerables a sentirnos mal constantemente, por cualquier razón. Incluso cuando pudieran parecer insignificantes, pero se vuelven significativas en nuestro organismo. De pronto nos hemos vuelto enfermizos y sin un motivo aparente de peso que lo justifique.
Entonces, mantener las relaciones íntimas podría ayudar a protegernos de determinadas enfermedades, nos vemos beneficiados en nuestra salud mental y física.
Las consecuencias de no tener relaciones sexuales pueden impactar en nuestra salud, ocasionando ciertas enfermedades y aumentando sus efectos. Por lo cual, mantener relaciones sexuales nos ayudan a evitar dolores en todas partes del cuerpo, estados depresivos, insomnio, gripes a repetición, asma y otros problemas respiratorios, incontinencias, enfermedades de la piel, enfermedades cardiovasculares, cáncer de próstata. Ya que, al mantener equilibrado nuestro organismo se fortalece nuestro sistema inmunológico y con ello nuestro estado general de salud.
Llevar una vida sana pasa por una serie de conductas y actuaciones que influyen directamente sobre nosotros. Por lo tanto un adulto integralmente sano debería tener una alimentación saludable y equilibrada. También, ejercicio físico adecuado que vaya de la mano con un peso corporal adecuado; y un aspecto físico del cual nos sintamos satisfechos. Al mismo tiempo que se acompañe de salud mental, excelente estado de ánimo, buen humor y permanente actitud positiva. Asimismo, de una vida de pareja satisfecha, con actividad sexual normal, fantástica, llena de innovación, calor humano. Y que pueda ir de lo dulce e impregnado de ternura hasta las experiencias más salvajes y placenteras del kamasutra.