Cómo sé si mi relación va mal

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Cómo sé si mi relación va mal, antes de que comiencen los problemas de pareja. Pues, a todos nos gustaría saber prevenir para que no se pierda parte de esa magia que nos enamoró. De por sí, establecer una relación amorosa, de pareja que perdure no es tan sencillo. Lo primero, es que cuando conocemos a alguien y nos estamos involucrando con esa persona. Debemos tener muy bien definido qué tipo de relación queremos. De ese modo, nos estaremos orientando a un buen comienzo. Simultáneamente, hay signos que nos pueden servir de guía. Por ejemplo, una buena relación se establece donde hay amor y sobre la base de valores. Como el respeto, la honestidad, la fidelidad, la solidaridad y todos aquellos que fortalezcan, facilitando la vida en común.

En la pareja, las responsabilidades en todos los aspectos, deben ser compartidas. Así, que una relación es construida y mantenida poniendo el 50% y 50% de ambos miembros. Lo que debemos tener claro desde un principio para ser justos, equilibrados y asumir la parte que nos corresponda. Aparte, la convivencia en pareja y las relaciones conforman un todo de múltiples factores que debemos cultivar a diario.

La comunicación, es un  pilar fundamental e indispensable para que toda relación pueda concertarse y fluir. Ya que, siempre van a surgir diferencias y desacuerdos como parte de esa diversidad propia que nos hace ser humanos. Pero, en la medida que se sea detallista y capaz de establecer la comunicación adecuada, se podrá establecer una relación que perdure. Con lo cual, sé si mi relación va mal, cuando ese intercambio regular de intereses mutuos se ve afectado. Ya sea, porque distanciamiento y/o cambios en la manera de relacionarnos. En consecuencia, van apareciendo síntomas como la distancia, discusiones sin resolución, disminuyen el contacto y el deseo sexual.

Si mi relación va mal puede aparecer alguna de estas señales

Saber si mi relación va mal

Hay señales que sirven para la autoevaluación y la autorreflexión. Ya que, si mi relación va mal, la mejor manera de darse cuenta, es porque las cosas van cambiando. Entonces, la manera de relacionarnos y las emociones que sentíamos ya no son las mismas. Lo que se va reflejando en nuestro comportamiento y podemos notarlo si lo detallamos.Va ocurriendo un distanciamiento progresivo. Se van perdiendo los valores básicos que fundamentan las relaciones humanas y en particular de la relación de pareja. Por ejemplo, el amor, la honestidad, la fidelidad, la lealtad, la comprensión, entre muchos otros valores morales que intervienen para que dos personas se unan. Pero, que fallan cuando la relación va mal.

  1. Está fallando la comunicación

Por lo general, esta es la primera causa de problemas en todas las parejas. Si se quiere es la principal causa de problemas en cualquier tipo de relación. Puesto que de la falta de comunicación lo primero que surge son los malos entendidos. Con ello la incapacidad para resolver cualquier diferencia o problema. De allí que si los padres no se comunican con los hijos, y viceversa, surgen disfunciones familiares que muchas veces se reflejan en problemas de conducta en niños y adolescentes. Lo mismo ocurre en una pareja que sin darse cuenta paulatinamente deja de comunicarse. Entonces, van apareciendo diferencias y problemas que cada vez se van haciendo más marcados. Pues, para que los seres humanos podamos conocernos es importante que nos comuniquemos. Por ello, si queremos que una relación perdure debemos fomentar día a día la comunicación. Lo que significaba que debemos hablar, expresar nuestros sentimientos.

Si estamos de acuerdo o no lo estamos, debemos mantener el respeto, conscientes de que tenemos cualidades y defectos, que no todo lo que ocurre es culpa de nuestra pareja. Sino, que por el contrario, uno mismo y ambos somos responsables de nuestros actos y de la evolución que le damos a nuestra relación. Por ende, que cada uno sea capaz de decirse a sí mismo que si mi relación va mal también es responsabilidad y culpa mía. En definitiva, la comunicación es esa herramienta que nos da la oportunidad a cada uno de ser mejor persona, de reflexionar a tiempo que queremos para nuestras vidas, tomar las medidas necesarias para construir soluciones a tiempo y relaciones duraderas que nos hagan sentir bien. Al mismo tiempo, que nos hagan crecer emocionalmente, que eleven nuestra autoestima, que nos hagan vivir intensamente, conocer la verdadera esencia de lo que es compartir.

  1. El silencio se hace una norma

Al fragmentarse  la comunicación, se lesionan por completo muchos aspectos de la relación. Así, que un signo inconfundible de que mi relación va mal y si no reflexiono a tiempo puede acercarse a su final. Suele ocurrir que dos personas que se unen porque se encontraron intereses en común, luego ya ni se hablen. Entonces, evidentemente las cosas no están nada bien.

  1. No nos llamamos casi

Se ha perdido el interés y  nos dejamos de llamar. Porque nos hemos dejado de necesitar y antes cualquier excusa era buena para no solo llamarnos. Sino para realizar cualquier actividad que nos acercara y justificar estar juntos en cualquier momento.

  1. No se comparten ni planifican actividades juntos

Si mi relación va mal, los encuentros cada vez van siendo menores. Acompañándose con un sentimiento de “ya no me importa o ya no tengo interés”. Ya no salgo casi con mi pareja ni planifico a futuro salida ni mucho menos otros planes de relevancia. Incluso, se suelen hacer planes diferentes y/o con otras personas como una forma de evadir la intimidad con la pareja. O bien, para evitar compartir momentos en los que obviamente se ha perdido el ánimo de estar juntos.

  1. Los momentos compartidos se limitan al cumplimiento de obligaciones cotidianas

Y cuando logramos concertar o coincidir en alguna actividad juntos es porque se trate de alguna obligación. O bien, de algún quehacer que estrictamente tengamos que llevar a cabo. Pero, hemos perdido la iniciativa de invitarnos y de dedicarnos momentos de intimidad para los dos.

  1. Aparecen discusiones sin motivos de importancia

Cuando cualquier cosa sirve de buen motivo para discutir aun cuando no ha habido ningún motivo real para ello. Luego, de las discusiones aparece el irrespeto, las agresiones y la violencia. Pero, si lo reflexionamos bien a profundidad nos daremos cuenta que no hay nada que lo justifique. Ya que, todo y cualquier situación en el mundo que se presente se puede resolver por medio de la comunicación. Porque el dialogo permite que nos expresemos, es importante que sepamos emplearlo, con educación, reparo, cordialidad, calma, sensatez y normalidad. Recordemos no ofender ni permitir ofensas, terminamos creando situaciones destructivas que no conducen a nada bueno. Como si tomáramos una hoja de papel limpia, nueva y sin roturas. Cuando la arrugamos o la rompemos, por mucho que después intentemos repararla, después no podremos hacerlo del todo, pues siempre quedarán rastros de sus cicatrices.

  1. Se deja de tener vida sexual activa

El sexo es la parte integrante más importante de toda relación madura de pareja. Es el momento de fusión de ambos. De seguro, fue el estímulo del deseo sexual que sirvió de protagonista y/o detonante para iniciar la relación. Al mismo tiempo, que nos condujo a estar juntos y desearnos mutuamente. Sin embargo, el cerebro es nuestro principal órgano sexual. Lo que contribuye a explicar que si mi relación va mal es porque hay elementos que nos bloquean. Pero, si estos estímulos negativos y/o la pérdida de deseo sexual o libido se hacen repetitivos y se mantiene en el tiempo; llega el momento en que la vida sexual se ve afectada, porque la vamos perdiendo. Hasta el punto que podríamos vernos encerrados viviendo una relación de pareja que no es tal. Porque no compartimos el sexo, no hay comunicación, no expresamos lo que sentimos y tampoco hay contacto corporal.

Lo que no nos beneficia para nada. Pues, la comunicación y el sexo son el motor vital que da vida a la relación de pareja. Cuando ambos se afectan o se ven coartados por diferentes razones. Son la máxima expresión de que ya no somos felices. Existen diversos estudios que hablan de la economía sexual en el ser humano. Estos, demuestran la importancia del sexo en la vida de pareja que repercute sobre la salud de todo el organismo. Es sabido, que cuando tenemos sexo, se liberan hormonas y neurotransmisores que benefician muchas funciones que regulan nuestro equilibrio interno. Haciéndonos más felices, sanos física, mental y emocionalmente. Por ello, una persona sexualmente activa es feliz. Por tanto, una pareja con vida sexual activa, plena y satisfecha es feliz y tiene mayor capacidad de enfrentar dificultades.

  1. Se van perdiendo los detalles

Un mal síntoma es que se pierda la capacidad de tener detalles el uno con el otro. Es decir, que ya no nos halagamos, ya no nos fijamos en las cualidades del otro. O bien, no hacemos esfuerzo y/o ni siquiera recordamos pequeños detalles que hacen sonreír, crear empatía y crecer en pareja. Todos aquellos que nos hacen ser románticos y acercarnos. Desde saludarnos con cariño, regalarse una flor, atenderse el uno al otro, servirse de apoyo mutuo, entre otros.

  1. Cualquier motivo es bueno para alejarse de la pareja

Ésta deja de ser prioridad y de manera consciente o inconsciente cuando corresponde que nos acerquemos como pareja. Entonces, buscamos cualquier otro motivo para interrumpir el encuentro. Ya sea, propiciando encuentros con familiares, con amigos, priorizando asuntos de trabajo, nos sumergimos en los estudios o cualquier otra actividad que obviamente resta atención a nuestra pareja.

  1. Hay una creciente desmotivación e indiferencia

Incluso, de manera consciente si mi relación va mal, en vez de buscar el acercamiento, favorece a la ruptura posterior. Porque se buscan ocupaciones alternas  para buscar de cubrir las propias necesidades en otro lugar. Por ejemplo, se regresa a estudiar, trabajar, relaciones extramatrimoniales, entre otras actividades que puedan hacer evadir los problemas. Pero, que en definitiva producen más distanciamiento, reducción de las expectativas hacia la vida de pareja e indiferencia hacia lo que está pasando dentro de la relación. Lo que estimula el sentimiento de que ya no me importa lo que le ocurra o sienta mi pareja.

  1. Aparece la intolerancia y el disgusto

Cuando las diferencias, las discusiones y el desinterés se hacen constantes. Generalmente, se acompañan de falta de tolerancia que además puede conllevar a la constante descalificación. Entonces, no importa que haga la pareja porque pareciera que solo se le aprecian sus defectos sin ninguna cualidad. Pero, lo que realmente ocurre es que nos cargamos de intolerancia, concentrándonos en el disgusto constante. Lo que implica también que le estamos dando peso a las malas energías, siendo negativos. Posiblemente, nos negamos la oportunidad de rectificar y reflexionar, perdiéndonos de construir una relación amorosa que nos llene.

Saber si mi relación va mal

  1. Se es infiel sin importar qué pueda sentir la pareja

Es el momento preciso donde terceras personas se aprovechan de la situación de debilidad de la pareja para entremeterse. Y contribuir a crear alejamiento e incluso acabar por completo si mi relación va mal. Muchas veces, nuestra actuación individual nos lleva a pensar que ser infiel es una manera fácil de deshacernos del desapego que sentimos por nuestra pareja y que acabaremos con los problemas buscando en otra persona las carencias emocionales que nos afectan. Pero, casi siempre ese es un concepto errado que simplemente puede llevarnos a un mayor estado de frustración, desilusión y heridas.

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