Cómo hacer masajes para quitar el dolor de espalda
Saber cómo hacer masajes para quitar el dolor de espalda, es un conocimiento muy útil. Además, de necesario para poder ayudar a calmar el dolor sin fármacos en determinados momentos. Tomando en cuenta, que el dolor de espalda es un padecimiento muy frecuente que muchas veces no cede con facilidad. Ya sea, porque adoptamos malas posturas, hemos realizado sobre esfuerzos. O bien, porque padecemos una patología de base. Lo cierto es, que nadie puede vivir con dolor y no siempre recurrir a medicamentos resulta ser la solución más adecuada. Aparte, de que los masajes nos ofrecen una forma ancestral de brindarle bienestar a nuestro cuerpo. Basándose en técnicas adecuadas que contribuyen a la rehabilitación, reestructuración y alivio de nuestras estructuras anatómicas. Tanto, músculos, articulaciones, huesos y vísceras. Sin mencionar los otros beneficios que nos proveen desde el punto de vista neurológico, psíquico y emocional.
Preparándonos para hacer masajes para quitar el dolor de espalda
- Debemos lavarnos las manos de manera adecuada. Para ello, debemos utilizar abundante agua y jabón. Lo mejor, es que usemos para el cuidado de nuestras manos, como mínimo una barra suave de limpieza. Preferiblemente, que sea de pH neutro. Pero, debemos retirarlo con abundante agua para retirar bien los residuos. Cabe destacar, que es súper importante conservar unas manos suaves y bien cuidadas para poder dar masajes. Ya que, ese es nuestro instrumento fundamental para el contacto. Y su objetivo debe ser siempre terapéutico, con la finalidad de calmar el dolor.
- Utilicemos una servilleta de algodón o toalla que estén bien limpios. Con el objetivo de retirar por completo la humedad de nuestras manos
- Debemos mantener nuestras uñas y cutículas cortas bien limadas. Ya que, las uñas que están ásperas o que tienen cutículas que le sobresalen pueden causar molestias. O bien, lesiones cuando entramos en contacto con la piel.
- Podemos hacer masajes para quitar el dolor de espalda en un espacio cerrado limpio, iluminado, sin fuertes corrientes de aire. Pero, también podemos hacerlos al aire libre, en contacto con la naturaleza. Eso, queda a nuestra elección, dependerá fundamentalmente del clima o de la estación del año en la que nos encontremos. Lo importante, es que usemos la superficie indicada para ubicar a la persona a la que le practicaremos el masaje. Preferiblemente, en la camilla especial para masajes. Ya que la postura, acostado boca abajo, sobre una superficie firme es primordial.
- Colocar en un lugar accesible las cremas y/o aceites que utilizaremos para hacer masajes para el dolor de espalda. Por lo general, debemos tener una mesita a la derecha de la camilla de masajes.
Hacer masajes para quitar el dolor de espalda paso a paso
1er paso: entremos en contacto
Por sí mismos, los masajes son una herramienta y un mecanismo para el contacto corporal. Cuya finalidad, desde tiempos muy remotos ha sido la de proporcionar beneficio psicológicos y físicos. Por ello, un principio fundamental es que cuando vamos a darlos. En especial, para hacer masajes para quitar el dolor de espalda, debemos concentrarnos en hacer que la persona que recibe, sienta el efecto inmediato. Lo primero, es que debe percibir el cuidado, la atención y la aceptación de su propia condición. Por medio del lenguaje del masaje, que es el tacto. Entonces, en este primer paso, debemos:
- Empezar generando calor utilizando nuestras manos. En primer lugar, comenzamos favoreciendo la relajación de la persona que recibe los masajes. Automáticamente, ésta debe abandonarse a experimentar la sensación de alivio y placidez que le ofrecen nuestras manos. De ahí, la importancia de que nuestras manos no estén frías. Lo mejor es levantar calor frotando a ambas manos de forma vigorosa. Es decir, una palma contra la otra palma, antes de comenzar hacer masajes para quitar el dolor de espalda.
Asimismo, debemos garantizar que este contacto inicial lo abordemos con firmeza. Pero, con suavidad al mismo tiempo. Para ello, debemos conectarnos aproximando nuestras manos con calmada lentitud. Pero, con movimientos rítmicos. Luego, debemos presionar levemente, sincronizando con la espiración de la persona. Igualmente, reduciremos la presión durante la inspiración. Ya que, si logramos una mayor armonía, habrá más profundidad en los efectos de nuestros masajes. También, es vital y de mucha utilidad que podamos mantenernos en conexión con nosotros mismos. Es decir, con nuestro centro interno mientras estamos dando los masajes. Por eso, nuestras manos deben trabajar relajadas siempre. Manteniendo, nuestras muñecas flexibles. Así, nos concentraremos mejor para seguir la anatomía de la espalda correctamente. Adaptándose a ella y lograr una rehabilitadora manipulación.
2do paso: posiciones y movimientos de analgesia con las manos
Los movimientos siguientes son técnicos y referentes en todo masaje. Porque nos permiten levantar calor, dar inicio a una manipulación terapéutica y tomar confianza. Para lograr nuestro objetivo de hacer masajes para quitar el dolor de espalda.
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Movimientos de entrada general
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Nos son de utilidad para lograr la unión de las partes del cuerpo y la espalda, como un todo. Lo que nos permite que tengamos la percepción globalizada del esquema del cuerpo. Focalizando en el trabajo terapéutico manual que debemos hacer en la espalda. Simultáneamente, nos permite ir despertando más sensibilidad, coordinando nuestros movimientos; orientados a que se favorezca la relajación, la analgesia y poder descontracturar la espalda. Lo que se hará cada vez mejor. Tanto para el que provee como para el que recibe los masajes para la espalda.
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Rozamientos o movimientos de roce
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Forman parte de los movimientos y posiciones básicas que tenemos que adoptar con nuestras manos. Partiendo siempre del principio de adaptarlas al área del cuerpo que estamos trabajando. Ya que, son indispensables para lograr los efectos fisiológicos y psicológicos que la persona con dolor de espalda necesita. Por ello, los movimientos con nuestras manos deben ser amplios. Al mismo tiempo, superficiales. Inicialmente, con poca insistencia. Pero, cubriendo en amplitud la extensión de la espalda. De manera simétrica. Sin masajear encima de la columna vertebral.
Entonces, vamos trabajando con toda nuestra mano. Haciendo ligeras y suaves presiones con uniformidad. Utilizando siempre nuestras dos manos, simultánea, progresiva e independientemente. Conservando siempre el contacto para poder extender bien aceite por toda la espalda. Recordando que es importante calentar y desarrollar analgesia local. Para ello, es fundamental activar el sistema circulatorio y el sistema linfático. Preparando y relajando la espalda para continuar con los próximos movimientos de la sesión de masajes. Manteniendo la flexibilidad y los movimientos multidireccionales en nuestras muñecas. Pero, siempre con suavidad y de manera envolvente.
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Deslizamiento con movimientos de presión
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El roce previo permite que preparemos la espalda a que perciba una acción analgésica dirigida más profunda. Entonces, es importante que nuestras manos se mantengan posicionadas simétricamente mientras efectuamos el roce. Ahora vamos aumentando la intensidad, a medida que empujamos la piel. Haciendo pliegues pequeños que vamos deslizando delante de las manos. Estos movimientos son elementales para que logremos relajar la musculatura de la espalda. Al mismo tiempo que vamos favoreciendo el flujo sanguíneo en los tejidos más profundos. Por eso, debemos alternar nuestras manos. Poniéndolas como haciendo un brazalete. Alternando, también presiones con mayor y menor intensidad. Utilizando el borde de nuestras manos. Cabe destacar, que el mismo procedimiento se usa para hacer masajes para quitar el dolor de espalda y para el resto del cuerpo.
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Movimientos en puntos específicos
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Estos movimientos, tienen la finalidad de disolver la tensión en la espalda. Aquí, es importante, particularizar presión sobre los diferentes puntos de tensión. Principalmente, en tres pasos:
- La torsión: Colocamos las manos haciendo posición de brazalete. Luego, realizamos un giro en dirección opuesta. Haciendo un movimiento perpendicular de ida y vuelta en forma de “S”.
- El amasamiento: Consiste en coger la musculatura que trabajamos de la espalda completamente con la mano y amasar con movimientos alternativos. Con ello, estaremos despegando las capas y activando el metabolismo de los músculos.
- La fricción: ahora, debemos aplastar los nudos musculares que se encuentren en planos adyacentes. Al mismo tiempo que estamos trabajando los puntos específicos de dolor. Para ello, realizamos movimientos vibratorios alternados con movimientos circulares. De manera insistente.
- Manipulación específica de los puntos dolorosos: El trabajo específico sobre los puntos de dolor es fundamental al hacer masajes para quitar el dolor de espalda. Ya que, nos da la oportunidad de influir directamente sobre el padecimiento. Al mismo tiempo, que se refleja positivamente sobre la salud general de quien recibe los masajes. Dado que estos puntos son puntuales y determinados. Por lo que sirven para aliviar el inconveniente que produce la presencia de dolor en la espalda.
Un masaje para el dolor de espalda en pareja
Quién mejor que nuestra pareja para darnos un masaje cuando tenemos dolor en la espalda. Aparte de que resultan beneficiosos para ambos. Tanto el que lo da como el que lo recibe. Porque nos dedicamos un tiempo en pareja para aliviar el padecimiento de nuestro compañero. Por lo que es importante que no nos corra prisa. Sino que sirva para recrearnos y sentirnos atendidos mutuamente.
Lo primero es el contacto
Con nuestra pareja acostada boca abajo y sin ropa. Comencemos acariciando la región del hueso sacro. Entonces, nos ubicamos de rodillas y apoyamos una mano en la región dorsal de la espalda y la otra mano encima del hueso sacro. Para ello, debemos estar bien centrados en lo que estamos haciendo y relajados. Así, empezamos a acariciar la zona del sacro con la mano derecha. Haciendo movimientos circulares en el mismo sentido de las agujas del reloj durante unos dos minutos. Ya que, el objetivo es ir brindando un efecto térmico y sedante al hacer masajes para quitar el dolor de espalda esto es fundamental para comenzar a mejorar el malestar.
Ahora, los movimientos suaves
Vamos deslizando los dedos por toda la espalda. Pausadamente, pero de manera continua. Así, iremos viendo cómo se destensan los músculos. Para ello, quien da el masaje debe ubicarse de rodillas de frente, por la cabeza de la pareja que recibirá el masaje. Sin que se esfuerce nuestra columna. Lentamente, vamos deslizando los dedos de las dos manos en dirección ascendente. Es decir, del sacro al cuello. Esto irá relajando las terminaciones nerviosas que se encuentran en la piel. Este mismo procedimiento, debemos repetirlo por aproximadamente dos minutos. Lo más importante, es que utilicemos para ello las yemas de nuestros dedos. Asimismo, no debemos pellizcar ni usar nuestras uñas, para evitar lesionar. Aquí, debemos lograr hacer masajes para quitar el dolor de espalda en nuestra pareja. Al mismo tiempo, que ésta se sienta confiada, cómoda, relajada y que el dolor calme progresivamente hasta sentirse renovado.
Deslizamientos con el aceite para masajes
Debemos a aplicar aceite en la palma de nuestra mano y le colocamos sobre la piel de la espalda. Para ello, debemos apoyarnos suavemente sobre nuestro propio peso. Llevándolo siempre hacia adelante. Haciendo un poco de presión, alternando la intensidad y sin perder el contacto con la piel. Ese movimiento lo repetimos varias veces para calentar el área de la espalda.
Ahora, viene el deslizamiento con movimientos cruzados de las manos por toda la espalda. Esto lo hacemos dibujando dos ochos simultáneamente. Y se debe empezar desde las caderas hacia los glúteos de forma intermitente, una mano y la otra. Entonces, llegamos a los hombros y de allí a las escápulas. Haciendo dos pases con las dos manos y los dedos. Finalmente, hacemos presión caminando la espalda con las palmas de las manos. Dejando caer nuestro propio peso sobre nuestra pareja, vamos de glúteos a escápulas. Luego, nos regresamos recorriendo el mismo camino pero a la inversa hasta llegar a los glúteos. Por último la secuencia se repite dos veces sin tomar descanso.