Cómo mentir
Mentir no es correcto. Ya que, se trata de poner en práctica un antivalor. Puesto que es lo contrapuesto a la honestidad. Por lo que puede resultar muy negativo. De modo tal, que el hecho de querer saber cómo mentir promoviéndolo como un conocimiento que debamos tener. Aunque, es posible que existan circunstancias en nuestras vidas, en donde hemos dicho alguna mentira. Lo que no quiere decir que mentir sea un hábito adecuado que debamos tomar. Sino, que por el contrario desde el punto de vista conductual, puede tornarse hasta peligroso. Si nos habituamos a mentir existen grandes probabilidades de que nos desprestigiemos. Al mismo tiempo, que produzcamos desconfianza e incertidumbre en las demás personas. Lo que en definitiva crea expectativas muy negativas acerca de quien somos como persona. Con lo cual, debemos ser sumamente cuidadosos si pensamos mentir. Concientizando, las consecuencias que ello nos puede traer.
A corto, mediano y/o largo plazo, mentir puede traernos repercusiones de diferente magnitud. Por lo cual, mentir no es un quehacer, oficio o profesión que debamos aprender. Sino que por el contrario, una persona tiene una elevada vibración y aumenta su calidad humana mientras más sincera es. Sin embargo, los seres humanos somos en gran medida, aquello que los adultos forman a los niños. Por eso, alguien que proviene de un núcleo familiar donde se le ha enseñado a mentir con la forma de actuar cotidiana de sus integrantes. Entonces, va aprendiendo desde niño a ser mentiroso.
Alguna vez puede ser necesario mentir
Sin embargo, tampoco podemos negar que hay determinados momentos en la vida donde mentir puede ser necesario por alguna razón. Por ejemplo, si deseamos dar una sorpresa de cumpleaños y una mentira puede favorecer una bienvenida sorprendente para el cumpleañero. O bien, cuando para salvar a un inocente. Si decimos una mentira piadosa para que luego se imponga el bien o la verdad. Como se presenta con frecuencia en los casos de mobbing laboral y/o bullying escolar. Asimismo, existen otras circunstancias donde se encuentran mentirijillas de por medio. Por ejemplo, si jugamos alguna broma o si la usamos como pretexto para no lastimar a otra persona. Esto muy frecuente, en diferentes situaciones del plano sentimental, de salud y/o emocional, entre otros.
Mentir puede resultar sencillo
Aunque, decir una mentira puede resultarnos muy fácil. Debemos tener presente que la primera persona que se miente es uno mismo. De hecho, hay un antiguo dicho popular que dice que “quien le ve cara de tonto mintiéndole a otro, resulta ser el más tonto que primero se engaña a sí mismo”. Por otra parte, recordemos que quien se acostumbra a mentir, el día que diga la verdad nadie le creerá. Mientras tanto, tengamos presente que mentir, requiere de un esfuerzo para que no quedemos en evidencia y hasta en ridículo. Porque, debemos coordinar nuestra capacidad mental para mentir. Lo que requiere de un esfuerzo mucho mayor que el que ponemos en marcha para decir la verdad.
Qué debemos tomar en cuenta al mentir
- Lo primero, es que cualquier mentira que pretendamos decir, debemos hacerla creíble para nosotros mismos. Es decir, en primer lugar, debemos creernos la mentira y convencernos del motivo que nos ha hecho mentir. Para ello, es muy importante que la mentira se adapte además a la realidad. Porque si inventamos argumentos injustificables o estúpidos. Pues, nadie nos creerá. Aunque pensemos que nos la estemos comiendo o flipando al mentir.
- Ejercitar la mentira, practicándola y repitiéndola para nosotros mismos. Puede hacer que cumplamos con la premisa de que mientras más repetimos una mentira, haremos que ésta se convierta en una verdad. También, nos puede resultar un excelente ejercicio practicar nuestra mentira escribiéndola muchas veces. Tal cual, es una caligrafía. Ya que ayuda a expresarla cada vez con más naturalidad.
- No extendamos ninguna mentira ampliándola con detalles. Mientras menos extensa sea, será mucho mejor. Ya que, una mentira corta es más difícil de descubrir.
- Es importante que siempre mantengamos la seguridad en nosotros mismos. Una mentira dicha con personalidad y espontaneidad será más fácil de creer. Por eso es necesario actuar siempre con la mayor naturalidad posible. De modo tal, que nuestras expresiones faciales son un signo cardinal para saber mentir.
- No dejemos ninguna evidencia que pueda delatarnos. Es decir, no dejemos detalles expuestos que puedan servir para que nos descubran.
Si damos respeto también lo recibiremos
Fundamentalmente, recordemos que mentir no es bueno. Asimismo, que forma parte del respeto que debemos guardarnos a nosotros mismos y a los demás. Por lo que una persona honesta y sincera siempre será recibida con las puertas abiertas en cualquier lugar donde esté. Pero, si nos caracterizamos por ser mentirosos, nos ocurrirá todo lo contrario. Seguramente, recibiremos el rechazo de mucha gente y con toda la razón. Entre otras cosas, debemos partir del principio de no hacer a otros lo que no queremos que nos hagan a nosotros. Pues, decir la verdad nos mantendrá siempre con la cara en alto frente al resto del mundo.