Aceite de oliva, lo mejor de la dieta mediterránea
El aceite de oliva es uno de los ingredientes protagonistas de la dieta mediterránea. Está compuesto en un 70% aproximadamente de ácidos grasos monoinsaturados. Por lo que es una grasa amiga, excelente aliada de nuestro sistema cardiovascular. Debido a su contenido en ácido oleico favorece la disminución del colesterol malo o LDL. Así, como de los triglicéridos. Al mismo tiempo, que contribuye al incremento de las lipoproteínas de alta densidad, colesterol bueno o HDL. Lo que se relaciona a un riesgo menor de padecer enfermedades coronarias. Asimismo, el aceite de oliva contiene un 10,5% de grasas poliinsaturadas. También, de ácido linoleico y ácido linolénico. Cuyas proporciones son muy saludables para nuestro organismo.
Para muchos, el aceite de oliva es definido como la más sana de las grasas. Porque, la tradición y el sabor se ven unidos en este fantástico alimento. Por lo que es considerado oro líquido. El cual es venerado en nuestra dieta mediterránea. También, en otras áreas de nuestra vida. Por sus múltiples usos. Debido a los grandes beneficios que le ofrece a nuestra salud. Además, con secretos ancestrales que han sido muy bien guardados y heredados de generación en generación. Tanto, que su elaboración ha sido considerada magia verde. La que se practica con las manos y las voces que lo obtienen desde el olivar.
El árbol del olivo tiene su origen en el Oriente Próximo. Luego, se convirtió en un emblema auténtico de nuestra zona mediterránea. Al pasar del tiempo cuando se fueron poblando sus costas de este maravilloso árbol. Por lo que en la actualidad es ingrediente obligatorio en nuestra mesa. Pasando a ser todo un gran símbolo de una civilización. De hecho, su presencia verde ha estado presente siempre en ceremonias y rituales. Por ejemplo, Homero o Virgilio hicieron cantos para alabar su excelencia.
Aceite de oliva, lo mejor del olivar a nuestros paladares
En el mercado, hay diferentes variedades de aceite de oliva. Asimismo, cada uno de ellos tiene su implicación particular para nuestra salud. De manera tal, que el aceite de oliva virgen es el más puro. Es decir, el zumo auténtico de las frutas del olivo que son las aceitunas. Este se obtiene cuando exprimimos el fruto directamente. Pues, a diferencia de lo que sucede con la gran mayoría de los aceites obtenidos de semillas. Este es extraído por medios mecánicos exclusivamente. Además, a muy bajas temperaturas. Sin necesidad de utilizar disolventes de origen químico. Lo que hace que las estructuras grasas del aceite de oliva se preserven intactas. También, sus propiedades beneficiosas para nuestra salud. A su vez, que conserva sus cualidades naturales en cuanto a sabor, color y aroma se refiere.
El aceite de oliva, lo mejor de la dieta mediterránea. Porque es una delicia auténtica en nuestros paladares y en nuestra mesa. En primer lugar, es un agente preventivo de enfermedad cardiovascular. Además, a aquellas asociadas al colesterol.
Este preciado alimento. También es un complemento culinario excelente. Ya que, forma parte y arte de innumerables recetas. Combinando con la mayoría de alimentos, sus sabores y cocciones. Al mismo tiempo, que le da a nuestros platos un toque personal de sazón y untuosidad. Actuando como vehículo de amplificación y transmisión de los distintos sabores. Además, se integra de manera excelente en cualquier plato. Tanto, fríos y calientes, dulces y salados. O bien, en aquellos ligeros en composición, calorías y los que son totalmente contundentes. Definitivamente, un toque justo de aceite de oliva hace más digestiva, saludable y exquisitas nuestras comidas. Porque, con él podemos preparar pastas, verduras, ensaladas, cremas, arroces, conservas, escabeches, huevos, tortillas, fritos, carnes, rebozados, pescados y aves. Asimismo, preparaciones dulces como postres, helados y pasteles.
Es estable para freír
El Aceite de oliva, lo mejor de la dieta mediterránea, lo mejor, es que nuestro consumo de frituras sea el más reducido posible. Sin embargo, cuando queremos elegir una opción saludable el aceite de oliva es ideal. Ya que, este tiene ácido oleico que es un ácido graso mayoritario y muy estable. Por lo que es resistente a las temperaturas altas. Tales como las que se alcanzan en determinadas maneras de cocción. Por ejemplo, cuando freímos los alimentos. Lo que no ocurre con otros aceites vegetales que utilizamos mucho para cocinar. Tales como el de girasol que tiene ácidos grasos poliinsaturados de menor estabilidad. Por lo que se oxidan con más facilidad. Produciendo grasas de tipo trans. Lo que no quiere decir que el aceite de oliva no sea degradado. Pues, siempre debemos preferirlo crudo. O bien, agregado a suaves cocciones como salteados.
Asimismo, el aceite de oliva, lo mejor de la dieta mediterránea nos aporta polifenoles y pigmentos. Entre otras sustancias que lo protegen de la oxidación. Por lo que también nos brindan esa misma protección antioxidante a nuestro organismo.
Por supuesto, mientras el aceite de oliva sea de mejor calidad. Entonces, tendrá mayor capacidad de conservar mucho mejor sus cualidades alimenticias. Soportando mejor las elevadas temperaturas de las cocciones. Por tal motivo, el aceite de oliva extra virgen obtenido de las aceitunas de mejor calidad, es perfecto. Ya que, ofrece los mejores resultados. Tanto, desde el punto de vista químico como en la cata.
Tomemos en cuenta, que parte de estas cualidades del aceite de oliva virgen se pierden. Debido al proceso de refinación. Ya que, la pasta que ha sobrado de la extracción del aceite virgen ha sido tratada con disolventes químicos. Los cuales deben ser retirados posteriormente.
Niveles de calidad del aceite de oliva, lo mejor de nuestra mesa
El aceite que resulta del procedimiento de refinado es una sustancia grasa insípida y sin olor. Después, se le agrega una cantidad pequeña de aceite de oliva virgen. El cual, puede ser de tipo variable. Para otorgarle sabor y color. Lo que permite que sea vendido como suave o intenso. Mientras tenga mayor acidez, el aceite es de menor calidad. Por ejemplo, un aceite de oliva extra virgen oscila entre 0,2º y 0,8º. No obstante, un aceite de oliva de cierta calidad tiene aproximadamente 1º y 1,5º; un aceite virgen común y corriente tiene 1,5º a 3,3º. Y un aceite de oliva que se obtiene de la mezcla de un 85 a 90% del refinado. Más un 15 a 10% del virgen. Entonces, es una alternativa más barata. Porque tiene una acidez de 0,4º a 1º. Pero, tiene mucho menos cualidades.
6 variedades diferentes
- Es aromático y afrutado. Además, muy recomendado para que lo consumamos crudo. Porque no es el de mayor estabilidad.
- Esta variedad es de un sabor algo picante y amargo. Lo que es perfecto para consumir con pescados, aliños, sopas frías y verduras.
- Este aceite de oliva, lo mejor que tiene es su cuerpo y personalidad. Por lo que se recomienda para el consumo crudo. Además, en platos elaborados como el escabeche.
- Se trata de un aceite de oliva fino. Pero, con aromas intensos frutados. Al mismo tiempo, de sabor equilibrado entre el dulce y el amargo.
- Es un tipo muy peculiar. Porque es amargo, intenso, picante y astringente. Además, de ser el que posee una composición más rica en antioxidantes.
- Por lo general, es mezclado con otras variedades de aceite de oliva, lo mejor es su sabor intenso y frutado. Pues, el objetivo de su combinación es otorgarle mayor estabilidad.
Algunos consejos culinarios con aceite de oliva, lo mejor de la dieta mediterránea
- Podemos cambiar el sabor de un aceite de oliva. Si lo maceramos con plantas aromáticas. O bien, con especias o frutas. Infusinándolo con otros alimentos, como bayas. Pues, cuando el aceite está crudo, fresco y natural. Este le da a nuestros platos una textura suave y brillo. Emulsionándose para obtener salsas tipo la vinagreta, la mayonesa o el alioli. Además, sirve de aliño. Integrando distintos ingredientes. Dando suavidad a cremas y salsas.
- Lo podemos agregar a una crema de verduras después que la hemos triturado. Para ello, lo ideal es que agreguemos una cucharada por persona. Posteriormente, triturando aun más para integrarlo por completo a los demás ingredientes.
- Es un excelente acompañante sobre una rebanada de pan con tomate.
- Sirve para freír, sofreír, rehogar, escabechar, saltear, asar y confitar. Ya que, al fuego, nos proporciona temperatura, color, sabor y textura crujiente. Ayudándonos a sacar mejor partido de innumerables alimentos.
- Permite que las preparaciones a la plancha no se nos peguen.
- Para dorar los alimentos. Sin que se quemen. Ni absorban el aceite. Lo que debemos hacer es calentarlo. Sin humearlo. Porque es importante que la temperatura mínima alcance los 160 ºC. Pero que no exceda los 185 ºC. Si queremos comprobar la temperatura del aceite. Lo que podemos hacer es colocarle unos dados de pan. Si el aceite está muy frío estos se hundirán. Es decir, la temperatura es igual o menor a 150 ºC. Si la temperatura ya está en unos 175 ºC. Entonces, los cubitos de pan caerán y subirán de manera rápida. Pero, si el aceite sobrepasa los 185 ºC quemará demasiado. Por lo que los trocitos de pan no se sumergirán.
Unas deliciosas recetas con aceite de oliva, lo mejor para un almuerzo
1. Crema verde de guisantes
Ingredientes
500 gramos de guisantes pelados
1 calabacín pequeño
2 cebollas moradas
1 cabeza de ajos
50 ml de aceite de oliva
Sal y pimienta al gusto
Modo de preparación
Pelamos los ajos y las cebollas moradas. Reservándolos un poco para hacer la decoración del plato. Mientras tanto, limpiamos y troceamos el calabacín. Luego, calentamos el aceite de oliva en una olla. Rehogando los ajos y una cebolla cortada a la juliana. Después, agregamos los guisantes y el calabacín. Cubriéndolos con poco agua y dejándolos al fuego durante unos 20 minutos. Agregándoles la sal y la pimienta. Ahora, trituramos toda nuestra preparación. Sirviendo la crema caliente. Una vez en el plato, le añadimos un chorrito de aceite de oliva crudo y cebolla morada cortada por encima.
2. Pimentones asados con aceite de oliva, orégano y tomillo
Ingredientes
50 ml de aceite de oliva
3 pimientos (1 rojo, 1 verde y 1 amarillo)
50 gramos de orégano
1 diente de ajo
50 gramos de tomillo
Sal y pimienta al gusto
Modo de preparación
Debemos limpiar bien los pimientos. Luego, los untamos con aceite de oliva para asarlos al horno. El cual, debemos precalentarlo previamente a 180 ºC. Aproximadamente durante unos 25 minutos. Después, los retiramos del horno. Mientras tanto los tapamos y los dejamos enfriar. Entonces, los cortamos en tiras anchas. Colocándolos en un cuenco con su jugo, donde los salpimentamos. Ahora, le agregamos el orégano y el tomillo espolvoreándolos. Además, añadimos el ajo y terminamos de aliñarlos con el aceite de oliva crudo. Finalmente, una vez ya decorados los servimos templados.
3. Montadito con tomate y aceite de oliva
Ingredientes
50 ml de aceite de oliva
1 rebanada de pan tostado
2 rodajas de tomate
30 gramos de orégano
Sal al gusto
Modo de preparación
Rociamos nuestra rebanada de pan con un poco del aceite de oliva. Luego colocamos encima las 2 rodajas de tomate. Espolvoreándole el orégano, sal al gusto y un poco más de aceite de oliva. Entonces, ya está listo para saborear.