Tener fiebre de verdad
Cualquier persona ha pasado, alguna vez en su vida, por un proceso febril. La fiebre es un proceso natural del organismo que aparece a consecuencia de diferentes factores corporales. Aunque en general, la fiebre suele aparecer sin que nosotros hagamos nada al respecto, existen unos métodos que nos van a permitir tener fiebre de verdad.
En este artículo descubriremos algunos de estos métodos.
¿Qué es la fiebre?
Llamamos «fiebre» a la subida de temperatura corporal más allá de los límites normales. Se mide en grados centígrados, usando como instrumento de medición un termómetro. Actualmente, existen muchas clases de termómetros a la venta, todos ellos con la misma función: medir con exactitud la temperatura corporal del organismo.
La fiebre es un proceso que se da como respuesta a la presencia de microorganismos que pueden causar infecciones en nuestro organismo. En este sentido, la fiebre es un sistema de protección contra posibles infecciones. Esta definición le otorga un factor de supervivencia pues, sin este proceso, podríamos enfermar más de lo que ya de por si se considera que estamos cuando sube nuestra temperatura corporal.
Tipos de fiebre
En función de la duración de la fiebre, estaremos hablando de diferentes tipos de fiebre. Entre sus tipos, encontramos:
- Continua: Se trata de aquella fiebre que se da durante un tiempo prolongado, durante el cual la temperatura corporal varía menos de 1º. Suele aparecer en infecciones urinarias.
- Remitente: Este tipo de fiebre va descendiendo día tras día, pero muy lentamente. Pasan los días y no se llega a establecer la temperatura normal del cuerpo.
- Intermitente: La fiebre se presenta durante 48-72 horas. Una vez pasado este periodo de tiempo, el cuerpo regula su temperatura y no vuelve a pasar por un proceso febril hasta dentro de una temporada. Es el tipo de fiebre más común.
- Recurrente: Suele darse en personas que tienen un sistema inmunológico debilitado, a consecuencia de ello no puede hacer frente a las amenazas de los microorganismos. Por tanto, estas personas suelen ser una buena diana para las infecciones y, por tanto, la fiebre aparece de manera recurrente.
¿Cuando podemos decir que tenemos fiebre?
La temperatura corporal debe situarse entre 36.3 y 37º.
A pesar de ello, existe la creencia de que una temperatura superior a 37 puede denominarse fiebre, cuando no es así. Para poder determinar si tenemos fiebre, deberemos diferenciar tres conceptos que, aunque están muy relacionados, no pueden confundirse: La febrícula, la fiebre y la hipertermia.
- Febrícula: Nos referimos a ella cuando la temperatura corporal es mayor de 37º, pero menor de 38º. Se trata de una ligera subida de temperatura, sin llegar a ser preocupante.
- Fiebre: Estaremos usando bien el término cuando nuestra temperatura ascienda a más de 38º.
- Hipertermia: Se da cuando la temperatura corporal supera los 40,5º. En estos casos, se debe acudir al centro de salud de referencia, para recibir el tratamiento adecuado.
Causas de la fiebre
La fiebre suele aparecer como mecanismo de defensa del organismo cuando existen microorganismos que pueden causar infecciones. Ante esta alarma, el sistema inmunológico activa las defensas para hacerle frente a la posible enfermedad. La fiebre aparece por este motivo.
Ahora bien, existen otras causas que pueden provocar fiebre, como tumores y alteraciones del sistema central. En este caso, la fiebre suele ser recurrente y cursa junto a otros síntomas propios de cada enfermedad.
Cómo puedo tener fiebre de verdad
La fiebre es un proceso verdaderamente incapacitante. Produce tal malestar general que se le permite a la persona que lo padece evitar cumplir con sus obligaciones; faltar al colegio, al trabajo, a una cita importante, o simplemente pasarse el día en casa descansando.
Pocas enfermedades existen tan incapacitantes como la fiebre; por ello, provocarla es una posibilidad tentadora cuando necesitamos disfrutar de un día en casa, sin trabajar, sin acudir al centro de estudios, o a cualquier sitio donde no nos apetezca ir.
No obstante, no existen métodos que provoquen una subida real de temperatura al instante, ni siquiera en pocas horas. Conseguir una subida de temperatura corporal dentro de los límites de fiebre lleva su tiempo y su proceso.
Algunos de los métodos que nos pueden ayudar son:
Mojar la frente con agua caliente
Generalmente, para comprobar de manera manual si una persona puede tener fiebre, se toca la frente del individuo y se tiene en cuenta su nivel de calidez.
Una manera de calentar la cara es añadir compresas empapadas en agua caliente durante unos minutos, justo antes de que alguien compruebe con la mano la calidez.
Cambios bruscos de temperatura
Los cambios bruscos de temperatura suelen debilitar el sistema inmunológico, además de causarnos un buen resfriado. En este sentido, la fiebre sería un síntoma de este proceso gripal.
Podemos lograr cambios bruscos de temperatura realizando conductas como estas:
- Alternar agua muy caliente y muy fría en la ducha.
- Salir a la calle con poco abrigo en los días de frío
- Sudar en un ambiente frío, y no taparse cuando se recuperan las fuerzas. Por ejemplo, realizar ejercicio que eleve la temperatura corporal del momento y descansar en ambientes húmedos, de baja temperatura, sin abrigarse.
Mantener la humedad en nuestro cuerpo durante horas
Algunas ideas para mantener la humedad en el cuerpo son:
- Pasar un día entero con los pies mojados en agua fría, sobre todo cuando hace frío. Sumergir los pies o mojarse los calcetines son dos opciones que pueden ayudarnos a que la temperatura suba.
- Exponerse a bajas temperaturas con el cuerpo mojado. Una idea es bañarse en el mar en invierno y dejar secarse al aire libre, sin añadir abrigo al cuerpo.
- Pasar la noche con el pelo mojado, sobre todo si salimos de casa antes de que se seque. Cuanto más frío haga, más probabilidades tendremos de enfermar.
Realizar ejercicio físico intenso
Con el ejercicio, la temperatura corporal se eleva para hacer frente a la gran demanda de energía y oxígeno que sufre el organismo. Por ello, el sistema metabólico se acelera, mientras que el agua corporal se evapora. El cuerpo intenta remediar esta situación realizando la rabdomiolisis, que a su vez provoca la liberación de mioglobina, una sustancia tóxica que eleva la temperatura corporal durante unas horas, un día como máximo.
Además de poder subir la temperatura, nos beneficiaremos de los beneficios del deporte en nuestra salud.
Provocar fiebre con los alimentos
Podemos usar los alimentos para conseguir tener fiebre, de diferentes maneras.
- Comer alimentos con Vitamina B, en especial aquellos que aportan vitamina B1, B2, B3, B5, B6, B9 y B12. Estos alimentos son:
- Carnes rojas
- Patatas
- Brócoli
- Huevos (sobre todo la yema)
- Hígado
- Legumbres
- Espinacas
- En este enlace puedes conocer que otros alimentos aportan vitamina B.
- Dejar media cebolla bajo las axilas puede ayudar a iniciar un proceso febril.
Otros métodos engañosos para subir la temperatura del termómetro
Ya que estos métodos no producen fiebre instantánea, y ante la posibilidad de que necesites estar incapacitado en un periodo corto de tiempo, existen otros métodos para elevar la temperatura del termómetro. Estos métodos se basan en fuentes de calor externas al cuerpo, por lo que el organismo no notará síntomas pues no experimentará una subida de temperatura real.
Los métodos que pueden funcionar son:
- Acercar el termómetro a una bombilla encendida para aprovechar que el calor que desprende suba la medición de temperatura.
- Encender una fuente de calor y acercar el termómetro, con cuidado de no pasarse con la temperatura.
- Frotar la punta del termómetro con los dedos o una tela, de manera muy rápido, para que se caliente.
- Los termómetros de mercurio pueden sumergirse, así que una buena forma es ponerlo debajo del chorro de agua caliente hasta que alcance la temperatura deseada.
Si optamos por estos métodos, deberemos tener en cuenta que nuestras conductas deberán ir en consonancia a la alta temperatura conseguida con estos métodos, de manera que nuestro supuesto estado febril sea creíble.
Para ello:
- Empezar a verbalizar los primeros síntomas unas horas antes de medir la temperatura es esencial para que el proceso sea creíble. Quejarse de fríos, temblores, dolores de cabeza, malestar general…
- Cuando ya se haya dado la medición, es muy recomendable no hablar mucho, expresar malestar general no solo verbalmente, sino también en la postura (estar acostado, sin levantarse, con movimientos lentos) y en la expresión facial (cansado, decaído, triste).
De la misma manera, la recuperación no debe darse de manera repentina, sino que deberemos dejar pasar un tiempo, en el que los síntomas vayan desapareciendo poco a poco, para no causar sospechas.
A modo de conclusión
La fiebre es un mecanismo de defensa del organismo que surge ante una amenaza de microorganismos que pueden crear una infección. En este caso, el cuerpo reacciona elevando la temperatura corporal, para hacerle frente al peligro. La fiebre es, por tanto, un proceso adaptativo que actúa en favor de la supervivencia.
Generalmente, la fiebre aparece de manera natural, sin que nosotros la provoquemos. Ahora bien, existen momentos en que tener fiebre es útil para no cumplir con las obligaciones diarias. En estos casos, podemos intentar unos métodos que, si bien no producen fiebre de manera repentina, producen que el sistema inmunológico se debilite y facilitan la subida de temperatura corporal. Exponerse a bruscos cambios de temperatura, a humedades durante horas, comer vitamina B y realizar ejercicio intenso pueden aumentar la probabilidad de padecer fiebre.
Si estos métodos no resultan efectivos, siempre podemos aprovechar las fuentes de calor para acercar un termómetro. De esta manera, podremos ver cómo sube la temperatura.