Neumonía atípica – Todo lo que has de saber
La neumonía es un trastorno del aparato respiratorio inferior, ocasionado por la infección bacteriana o viral. Además, produce un proceso infeccioso e inflamatorio en los pulmones con extravasación de líquido en las vías respiratorias. Afectando así, su funcionamiento normal y el intercambio de gases, esenciales para llevar a cabo la respiración. Por ejemplo, la presencia de resfriados a repetición, hacen que las vías respiratorias se hagan cada vez menos resistentes a sufrir de procesos infecciosos secundarios, que pueden llegar a generar por sí mismos, complicaciones o contribuir a que se desarrolle directamente una neumonía atípica.
Cómo es posible desarrollar una neumonía atípica
Es importante conocerlas
Son muchas las razones, así que veamos algunas que se pueden presentar, cómo y dónde podemos estar susceptibles. Existen algunos tipos de neumonía atípica, llamadas de esa manera porque son menos frecuentes. Ya que, los microorganismos que la ocasionan no son los habituales y sus síntomas son floridos y variables. Entre las neumonías que se presentan raras veces, debemos conocer a la enfermedad del legionario o legionelosis. Es producida por microorganismos que habitan generalmente en los ductos de aire acondicionado y es a través de él que se diseminan. También, representan un reservorio de los gérmenes patógenos, al igual que los sistemas de agua caliente que presentan algún deterioro.
Por otra parte la psitacosis es transmitida por las aves como palomas, loros, etc. Estos animales padecen la enfermedad que es capaz de transmitirse a los humanos ocasionando una neumonía atípica.
Puede ser secundaria a otras enfermedades
Algunos virus tienen la capacidad de interferir con la función de los cilios de las vías respiratorias. Lo que permite que esos mismos virus o cualquier otro agente patógeno como las bacterias, puedan acceder a los pulmones. En tal sentido, uno de los virus con mayor importancia es el virus de la inmunodeficiencia humana, que desencadena el SIDA. Debido a que produce un aumento significativo en la incidencia de neumonías y más causadas por agentes atípicos. Lo que significa que estos microorganismos, no son los que habitualmente afectan al resto de las personas con neumonía. Dado, que el SIDA afecta y disminuye la capacidad de funcionamiento del sistema inmunológico dejándolo sin defensas. Es por eso, que la persona tiene mayor susceptibilidad a cualquier infección, a desarrollar neumonía atípica u otras formas raras de patología.
Otro ejemplo, es el caso de los pacientes con esclerosis múltiple, que debido a la patología, se ven forzados a permanecer inmóviles. Entonces, al pasar gran cantidad de tiempo, sentados en sillas de ruedas se hacen susceptibles a padecer las complicaciones propias de las personas discapacitadas. En donde una de las primeras la representa la incidencia de neumonía atípica. Que muchas veces se complica con los efectos secundarios de muchos de los fármacos de base prescritos.
Por otro lado, una forma de contraer neumonía atípica, es cuando el reflujo gastroesofágico que se presenta con mucha frecuencia. Da lugar a un proceso infeccioso causado por bacterias del tubo digestivo como complicación adicional fundamentalmente por broncoaspiración.
Agentes infecciosos productores de neumonía atípica
Mycoplasma pneumoniae
Es uno de los microorganismos más pequeños que existe. También, es llamado bacteria de libre vida porque posee características muy particulares en la estructura de su célula. No tiene pared celular y la membrana de su célula carece de esteroides esteroles. De tal manera, que actúa ocasionando la infección de la neumonía atípica de una forma semejante a las bacterias. Suele infectar principalmente a niños mayores y adultos jóvenes.
Pneumocystis carinii
Es una infección oportunista causada por un hongo y representa la principal causa de la muerte en las personas con SIDA en etapa terminal. Por eso, es la fundamental causante de neumonía atípica que afecta a aquellas personas que tienen disminuida la actividad del sistema inmunológico. Con lo cual, sus mecanismos de respuesta ante la agresión del germen, se encuentran considerablemente reducidas o suprimidas. Es el caso de aquellas personas con cáncer, los que reciben tratamiento con quimioterapia y los enfermos infectados con SIDA, entre otras enfermedades autoinmunes. Para otros, este microorganismo es considerado fundamentalmente un parásito que pareciera estar asociado con los hongos.
Chlamydia psittaci
Es un germen bacteriano celular que produce la psitacosis de las vías respiratorias. Que es una infección zoonótica, es decir que es transmisible entre seres humanos y animales. Por esa razón, generalmente los afectados de éste microorganismo son las personas que han estado en contacto con pájaros. Por ejemplo, trabajadores del área de avicultura.
Legionella pneumophila
Pertenece al género de la Legionella, es causante de la enfermedad llamada legionelosis. Es una bacteria gramnegativa de tipo pleomórfica, aeróbica, es decir, que posee tamaños y formas celulares de aspectos variables. Recibe su nombre a partir de 1976, cuando durante una convención de la legión americana se generó un brote muy grave de neumonía atípica. Del cual, había sido responsable éste germen que era desconocido hasta ese momento y que se disemina a través del aire acondicionado.
Los síntomas que produce la neumonía atípica
Fiebre con escalofríos.
Tos seca quintosa o con secreción que se puede tornar sanguinopurulenta y estar indicándonos la presencia de infección bacteriana potencialmente grave.
Los sibilantes son un ruido de un tono parecido a un silbido que se relaciona con la dificulta para respirar. Habitualmente es más asociado al asma, se pueden agravar por las corrientes de aire frío, seco y las elevadas alturas. Pero, aparece característicamente en la neumonía atípica como manifestación clínica debida al compromiso de la función respiratoria.
Malestar general y decaimiento.
Pérdida del apetito con la consecuente pérdida progresiva de peso corporal.
Medidas preventivas para la neumonía atípica
- Llevar la ropa adecuada para exponerse a la temperatura exterior.
- Tomar alimentos y bebidas nutritivas, que contengan vitaminas, minerales, oligoelementos, bioflavonoides, entre otros. También, proveerlos en suplementos nutricionales,que en definitiva forma parte de elegir para el consumo propio, lo saludable. Recordemos que los alimentos envasados, procesados, artificiales, con químicos, etc. no contienen valor nutritivo. No así, los alimentos naturales como frutas, vegetales, legumbres, semillas que son vitales para nuestro organismo. Ya que ayudan a mantener y a fortalecer el sistema inmunitario, por lo que las defensas contra infecciones permanecen activas. Además, contribuyen a regenerar los tejidos sanos y a mantener la humedad e integridad de las mucosas. Entre muchos otros beneficios o más bien bendiciones que los alimentos sanos le proveen a nuestro cuerpo para que funcione mejor.
- Respirar aire fresco. Procurar no permanecer durante largos periodos de tiempo en ambientes cerrados expuestos únicamente a la ventilación artificial con aires acondicionados que muchas veces sirven de reservorio de enfermedades. Cabe destacar, que por ésta misma razón muchas veces encontramos neumonías atípicas reportadas como enfermedades o epidemias ocupacionales. Y es que el mal o inadecuado mantenimiento de ductos de aires acondicionados afecta al mismo tiempo a un conglomerado de trabajadores.
- Abrir las ventanas de la casa y de los cuartos todos los días, aunque sea por unos minutos de tiempo, aunque sea durante el otoño o el invierno cuando el clima es más frío, ya que el objetivo es permitir la rápida circulación de aire natural en nuestras áreas de convivencia.
- Evitar el contacto con aquellas personas que sabemos enfermas con patologías respiratorias o de las que sospechamos puedan estarlo. De ese modo, estaremos evitando el contagio directo con las secreciones y enseres personales infectados.
- No prestar ni utilizar los utensilios íntimos ni personales de consumo de alimentos y bebidas.