Cómo es el tratamiento de la neumonía

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La neumonía es una enfermedad, calificada potencialmente como grave, por lo que amerita asistencia médica de forma inmediata. Por tal motivo, cuando la persona sospecha o está segura de padecerla, debe acudir al médico inmediatamente. Ya que, el objetivo debe ser  hacer el diagnóstico preciso para recibir tratamiento a la brevedad posible. A parte, existen otras medidas de tratamiento alternativo, como el soporte dietético o nutricional. Para contribuir dentro del tratamiento de la neumonía,  al alivio de algunos síntomas y fortalecer el sistema inmunológico.

Es importante la identificación de la presencia y extensión de la infección que está ocasionando la neumonía. Para ello, es importante el diagnóstico que debemos corroborar acudiendo al médico quien indicará una radiografía de tórax y otros criterios de especialistas.

Dieta, nutrición y tratamiento de la neumonía

Tratamiento de la neumonía

Cuando se tiene una neumonía es recomendable de llevar a cabo los siguientes cambios nutricionales:

  • Evitar totalmente todos aquellos alimentos que tienen potencial alergénico. Que bien, pueden detectarse por medio de una dieta de eliminación. Allí, veremos que es necesario eliminar el consumo de lácteo y derivados.
  • Eliminar el consumo de azucares refinados, reducir los alimentos de difícil y pesada digestión.
  • Tener un descanso reparador y dormir bien.
  • Tomar abundantes líquidos. Garantizar consumir por lo menos ocho vasos de agua al día, que son aproximadamente equivalentes a dos litros de agua. Con lo cual, es necesario evitar la deshidratación y favorecer a la fluidificación de las mucosidades.
  • Tomar suplementos nutricionales a base de vitaminas, minerales, oligoelementos y bioflavonoides. Por ejemplo, vitamina A, vitaminas del complejo B, vitamina C, vitamina D, vitamina E, zinc y magnesio. Actualmente, algunos estudios han demostrado que las personas con neumonía se benefician con dosis relativamente elevadas de vitamina A. Esta vitamina tiene la particularidad de permitir la curación de las membranas mucosas. Por su parte, la vitamina C y los bioflavonoides fortalecen directamente al sistema inmunológico. Asimismo, el zinc facilita la curación y refuerza la actividad inmunitaria.

La fitoterapia como soporte terapéutico

Los remedios hechos en base a plantas medicinales o preparaciones herbales, se pueden adquirir sin recetas. Son muy útiles como apoyo al tratamiento que nos ha mandado el médico luego de acudir a su consulta. Por ejemplo:

  • El guayacolato de glicerol

Contribuye a limpiar los pulmones de mocos, secreciones y ayudan a acelerar el proceso de recuperación.

  • Sello de oro o Hydrastis canadensis

Es una planta con actividad antimicrobiana. Que al igual a otras plantas chinas, actúan estimulando el sistema inmunitario. Por lo que sirven en el tratamiento de la neumonía, debido a sus potentes propiedades antibióticas. Se le usa como antiinflamatorio a la vez de tratamiento contra la infección.

  • Equinácea

Es una planta medicinal que refuerza la actividad del sistema inmunitario. Esta puede tomarse por unas 6 semanas para prevenir o curar las infecciones.

  • El ajo 

También tiene cualidades antibióticas. Y muchas veces es utilizado como coadyuvante o complemento en el plan de tratamiento de las personas con neumonía. Muchos fitoterapéutas recomiendan el consumo de tres dientes de ajo o tres cápsulas de aceite de ajo diariamente. Y que sea iniciado cuando aparezcan los primeros síntomas de la infección.

  • Regaliz o Glycyrrhiza glabra

Es preciado para tratar neumonía y otras infecciones respiratorias. Dado, que tiene una importante acción antiviral, disminuye los nocivos efectos del estrés y se utiliza contra muchos microorganismos. Entre ellos, el herpes, diferentes estafilococos y estreptococos causantes de neumonía.

  • Licopodio

Es otra planta medicinal perenne. Es utilizada por médicos homeópatas y naturistas para el tratamiento de la neumonía en etapas precoces.

  • La lobelia inflata

Una planta medicinal que se conoce también como tabaco indio, tabaco salvaje y hierba del asma. Suele asociarse al tratamiento de muchos síntomas relacionados con el pulmón para prevenir la neumonía. No así, durante la enfermedad ya establecida.

  • Nueza

Es una planta tóxica familia de la calabaza; que los homeópatas utilizan basados en el principio de que lo similar cura lo similar. Por tal motivo, la medicina homeopática recomienda nueza para tratar el dolor en el pecho y la pleuresía de la neumonía.

  • Usnea

Es una especie creada a partir de la relación simbiótica entre líquenes y algas, por eso es única. Su componente principal es el ácido úsnico que tiene propiedades antitumorales y antibacterianas más potentes  que la penicilina. Es así, como es efectiva contra bacterias grampositivas como estafilococos, estreptococos y neumococos, pero no destruye a las bacterias gramnegativas. Además, contiene mucílago que mejora la tos, es expectorante, suaviza las membranas mucosas, es relajante muscular y estimula el sistema nervioso. Por eso, tiene muchos usos medicinales y uno de los más importante es en el tratamiento de la neumonía.

Otros tratamientos

La plata coloidal es una suspensión de partículas submicroscópicas en un medio distinto. En éste caso, la plata coloidal es plata metálica que se encuentra suspendida en agua. Tiene propiedades antimicrobianas, al igual que otros metales, como el cobre. Por eso, antiguamente se utilizaban monedas u otros artículos de plata para mantener libre de contaminación el agua de consumo. También, eran usados para mantener la leche fresca durante periodos mayores de tiempo, cuando no había refrigeradores. A pesar de que no queda clara su acción dentro del organismo; si está comprobada su elevada capacidad antibacteriana, antimicótica y antiviral in vitro. Por lo que es indicada como tratamiento de apoyo en la neumonía.

Terapia craneosacra es una técnica holística de curación. Consiste en utilizar un tacto muy suave para ayudar al equilibrio del sistema craneosacro del cuerpo. Asimismo, incluye nervios, huesos, tejido conectivo y fluidos del cráneo y de la zona espinal. Por ello, está indicada en muchas patologías y en este particular para el tratamiento de la neumonía.

Algunas otras medidas son útiles en el tratamiento de la neumonía, o bien, incluso después,  durante el periodo de recuperación. Ya que, favorecen y educan la respiración, el movimiento y la relajación. Además, de mejorar la capacidad respiratoria y la provisión de oxígeno a todo el organismo. Entre ellos tenemos:

  • Yoga.
  • Pilates.
  • Meditación.
  • Imágenes dirigidas.

Si la neumonía es bacteriana el tratamiento es antibiótico

Lo primero, ante la sospecha de neumonía, es acudir al médico. Para que éste examine al paciente, haga los estudios necesarios y determine la causa específica que está originando la patología. Entonces, una vez que la etiología de la enfermedad queda clara se podrá definir el tratamiento exitoso específico.

La neumonía puede ser causada por diversos microorganismos, virus, bacterias, hongos y hasta parásitos. Y dependiendo de la causa que la origina, necesitará un tratamiento eficaz. Debido a ésta particularidad, es necesario tener presente que el tratamiento de la neumonía bacteriana solo puede llevarse a cabo con el uso de antibióticos. Ya que, al ser producidas por bacterias que son formas de vida, microscópicas de tipo procariotas que solo son eliminadas por la antibióticoterapia.

Tratamiento de la neumonía

La edad otro factor importante para definir antibioticoterapia en el tratamiento de la neumonía bacteriana

En todos los casos donde se presenta la enfermedad no se logra la identificación del germen causante. Sin embargo, siempre es necesario definir el tratamiento de la neumonía. Y la persona encargada para ello debe ser el médico, no debemos inventar, jugar o colocar recetas caseras o empíricas. La neumonía es una enfermedad delicada que puede traernos complicaciones serias, que incluso pongan en riesgo la vida. Aquí, vemos elementos y medidas que nos son muy útiles. A parte del conocimiento adecuado para sospechar la presencia de cualquier neumonía. Pero, debemos comprender de manera responsable que debemos acudir al médico responsablemente, quien es el capacitado para tratar la enfermedad. Generalmente, los antibióticos que el profesional elegirá de acuerdo a la bacteria encontrada:

  • Recién nacidos de 0 a 20 días, siempre deberán ser ingresados a la hospitalización. Y los antibióticos utilizados podrán ser ampicilina, gentamicina o cefotaxima, dependiendo del hallazgo y el criterio médico.
  • De 3 semanas a 3 meses de edad, el médico debe decidir su ingreso hospitalario o no. Y los antibióticos más utilizados en ésta etapa son eritromicina, azitromicina o cefotaxima.
  • Lactantes de 4 meses hasta preescolares de 4 años de edad, nuevamente la decisión corresponde al médico tratante. Si a la evaluación del paciente corresponde o no ser hospitalizado. Y los antibióticos por microorganismos infectantes durante ésta etapa de la vida, son amoxicilina, ampicilina, cefotaxima o cefuroxima.
  • Desde los 5 a 15 años de edad, sigue siendo una responsabilidad del médico asignar la antibióticoterapia que  considere de acuerdo a los criterios especializados de diagnóstico. Y los antibióticos utilizados para el tratamiento de la neumonía en éstas edades, van desde claritromicina, azitromicina, eritromicina, doxiciclina, ampicilina, cefotaxima o cefuroxima.

En la neumonía de los adultos

  • A partir de los 15 años de edad y en adultos, la neumonía puede tratarse de forma ambulatoria o en hospitalización cuando la gravedad del caso así lo requiera. Sin embargo, en este grupo etario y en el resto debemos tener presente que la elección del tratamiento debe ser pensada por el especialista. Dado que, existen diferentes tipos de infecciones aun siendo bacterianas, el criterio para la escogencia del tratamiento de la neumonía presenta discusiones que deben adaptarse a la realidad de la patología del paciente afectado. Tomando en cuenta además, que hoy en día existe gran variedad de drogas  que son igualmente efectivas,  que tendrán diferentes vías de administración y acción sobre las bacterias. Entonces, debe prelar en nosotros siempre, el conocimiento, el respeto por el área de desempeño de cada quien y en éste caso saber que el médico se ha formado con criterios para el manejo adecuado de los enfermos. Siendo cierto, que el paciente debe velar por ello, siendo el mayor calificador del trabajo de éstos profesionales. Medido en la confianza que deposita y en el intercambio de ideas como buen conocedor que siente los síntomas que padece. Es por eso que, es indudable que es el médico, quien debe afirmar su compromiso, con calidad de atención, ética y con el contacto, que debe garantizar examinando a sus pacientes. Estableciendo la empatía meticulosa que lo hace merecedor del principio hipocrático de “primum non nocere”“lo primero es no hacer daño”. Luego, de que recordemos esto, debemos estar seguros que ante la presencia de toda patología y particularmente para el tratamiento de la neumonía es una obligación acudir a nuestro médico de confianza.

Aquí solo mencionaremos, una vez más que los antibióticos utilizados en éstas edades pueden ser penicilina G, vancomicina, cefalosporinas tipo cefotaxima, eritromicina,cloranfenicol, clindamicina, etc.

Conozcamos como se puede prevenir la neumonía

Muchas neumonías bacterianas se producen en pacientes que se han infectado antes por el virus de la gripe, por lo que la vacunación anual contra esta enfermedad puede disminuir el riesgo de neumonía en ancianos y enfermos crónicos con asma, fibrosis quística, diabetes, enfermedad renal o cáncer, por mencionar algunos grupos de riesgo.

Seguir una dieta sana que incluya alimentos completos, vitaminas del complejo B y vitaminas C ayuda a prevenir la enfermedad. Para mantener una buena salud y prevenir la neumonía, también es útil practicar un programa regular de ejercicio y reducir el estrés.

Existe una vacuna específica contra el neumococo, muy eficaz, que debe administrarse en edad pediátrica y a los pacientes que presenten enfermedades crónicas.

Los pacientes con una resistencia inmunitaria disminuida tienen un mayor riesgo de infección por Pneumocystis carinii. Frecuentemente reciben una tanda de un antibiótico denominado trimetoprim-sulfametoxazol o pentamidina inhalada para evitar la infección.

 

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